La nueva ilusión de Victoria Federica: ¿se confirma la relación?
17·10·22 | 19:54 | Actualizado a las 22:06
El nuevo amor de Victoria Federica: ¿se confirma la relación? Agenicas
Victoria Federica es una caja de sorpresas. La nieta de Juan Carlos I ha vuelto a alimentar los rumores sobre un más que posible nuevo romance. Y es que la nueva ilusión de Victoria Federica es un torero: Andrés Roca Rey, una de las grandes figuras del toreo actual.
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Mucho se ha especulado en los últimos meses sobre la especial amistad de la sobrina de Felipe VI con el torero Roca Rey y la posibilidad de que su relación pase a mayores y comiencen el noviazgo.
La hija de Jaime de Marichalar y la infanta Elena ha seguido al torero por distintas plazas españolas, incluyendo la corrida del 12 de octubre en Las Ventas, y pese a que ambos juegan al despiste, la conexión es evidente tanto en público, donde el torero le tira rosas en sus vueltas al ruedo, como en privado.
Andrés Roca Rey: un torero diferente con un estilo único, en su finca de Sevilla
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Son las siete de la tarde y, bajo el ardiente sol andaluz, el termómetro sigue marcando 36 grados. Nada que vaya a distraerlo del entrenamiento diario: dos horas de toreo de salón para trabajar sus posturas, luego tres horas en el campo frente a las vacas para perfeccionar sus técnicas. Y entonces aparece él al volante de su furgoneta negra, con la música flamenca a todo volumen, sudando y flanqueado por su cuadrilla y su equipo de picadores. Él es Andrés Roca Rey, un peruano de 1,86 metros y 26 años, la nueva estrella del toreo. Estamos aquí, en su casa, en ‘La Consentida’, una suntuosa finca de diez hectáreas situada en las alturas de Gerena, un pequeño pueblo blanco perdido en medio de olivares, a 20 kilómetros de Sevilla. Fue en esta villa donde el director de cine Orson Welles, encantado por la magia del lugar, habría encontrado la inspiración para su película Ciudadano Kane.
“Con los héroes nunca se sabe cómo acaban las cosas”
En el ruedo, con los pies bien plantados en la arena, en ese momento de silencio flotante que precede a la lidia, la adrenalina inunda sus venas y hace desaparecer el miedo, dando paso al valor y a la concentración extrema. El alma del artista se eleva por encima del público, que pide más. “Nada más existe a mi alrededor, excepto el toro y yo”, sonríe.
“Vic y yo somos grandes amigos”, confiesa sobre la hija de la infanta Elena, a quien dedica sus toros y que se ha convertido en su fiel seguidora
¿Cómo ve el futuro? La pregunta inquieta a su apoderado, que acompañó a El Juli durante diez años: “Con los héroes nunca se sabe cómo acaban las cosas. Ningún torero que se arriesgue tanto ha durado 25 años”. Explica que no se proyecta en el futuro, que vive “el día a día”. “Disfruto cada minuto como si fuera el último”, confiesa Roca Rey. Salidas con amigos, buena comida, buen vino y reguetón.
Despedidas desgarradoras
Empezó a los catorce años con unas prácticas de dos meses en la escuela taurina de Badajoz, en Extremadura, antes de volar a Sevilla, dos años más tarde. No fue fácil dejar atrás a su familia y sus amigos a sus 16 años. Recuerda las despedidas desgarradoras, a su madre llorando, a su hermano diciéndole con los ojos húmedos: “Ya eres un hombre. ¡Suerte, torero!”. A diferencia del colombiano César Rincón, el genio peruano no tuvo que huir de la miseria. Sin embargo, sus comienzos en España fueron difíciles. Nadie lo conocía: “Mi apoderado no era ni ganadero ni empresario, así que no tenía toros con los que entrenar ni fechas programadas en las plazas”. Ante la adversidad, se preguntó: “¿Merece la pena empeñarse?”.
Se ha convertido en uno de los pocos toreros peruanos que se han hecho un nombre en Europa: “Estoy agradecido a España por abrirme sus puertas”
Una tarde de domingo, tras años de lucha y sacrificio, renació la esperanza ante una película, RocknRolla, de Guy Ritchie, que vio con su hermano y otro novillero en el pequeño salón de la pensión donde se alojaban, en Gerena. Recuerda la filosofía del protagonista: “En la vida, hay quien quiere la riqueza y quien quiere la fama. El héroe lo quiere todo”. ¿Por qué no aplicarlo al toreo? Empezó irrumpiendo en la plaza de toros de Madrid. Roca Rey lo consiguió el 19 de abril de 2015 en Las Ventas. Un primer éxito seguido por una cadena ininterrumpida de triunfos. En 2015, con 18 años, tomó la alternativa con Enrique Ponce como padrino y Juan Bautista como testigo.
Dos tipos de cornada
Andrés Roca Rey Valdez nació el 21 de octubre de 1996 en Lima, Perú, en una familia ligada a los toros. Toreó una becerra con siete años y no ha dejado de hacerlo. Con 14 años recogió el Trofeo al Mejor Toreo de Capote y en 2011 cruzó el Atlántico para formarse en la Escuela de Tauromaquia de la Diputación de Badajoz (España). Dos años después, en 2013, hace el viaje definitivo, dejando en Perú a la familia. Salamanca se rinde a su arte, luego Arnedo, Bayona, Marbella, Jaén, Osuna: 20 veces salió a hombros y cortó 54 orejas. Ser mataor hoy es enfrentarse al toro y a las redes sociales, y las críticas de los antitaurinos. "Yo los respeto a ellos y de una forma u otra también los entiendo porque es un espectáculo duro, muy de verdad, y muy de verdad de la vida, el fracaso, el triunfo, la muerte. Y lo entiendo porque sé que la sociedad de hoy en día le quiere dar la espalda a lo que es la verdad, la muerte, y cuando quieres darle la espalda a lo verdadero, sufren las profesiones, como el toreo”, dice.