Juan March de la Lastra.
El gran auge de la familia llegó de la mano de la Corporación Financiera Alba, un instrumento de ingeniería financiera con el que se lanzaron a la compraventa de empresas, fundamentalmente las relacionadas con el sector servicios.
La nueva generación
Es hijo de Carlos March y está casado con María Herrero, hija de Ágatha Pidal e Ignacio Herrero, biznieto del fundador del Banco Herrero, y perteneciente a una de las familias más acaudaladas de Asturias. La boda se celebró por todo lo alto en septiembre de 2001 en la catedral de Oviedo con más de medio millar de invitados. La pareja tiene un hijo. Y como fiel imagen de los March, vive a caballo entre Madrid y Mallorca, donde su abuela Carmen le ha dejado en herencia la finca de origen medieval de Son Fiol, en la localidad de Llubi.
Los March también poseen una mansión junto a la céntrica Plaza de Cort, donde se ubica el Ayuntamiento de Palma de Mallorca. Pero su gran possessió es la finca de Sa Vall, la más grande de Mallorca, con 37 kilómetros cuadrados, entre los términos municipales Ses Salines y Santanyi, al sur de la isla.
Juan estudió en la Universidad Carlos III de Madrid. Allí se licenció en Administración y Dirección de Empresas. Como todos los jóvenes de bien entró a trabajar en la JP Morgan en Nueva York, una entidad en la que su padre era miembro de su Comité Internacional. Luego marchó a Londres, donde reforzó su bagaje financiero, para volver a Madrid y trabajar en Corporación Financiera Alba y en March Gestión de Fondos.
En 2001 se incorporó a la línea ejecutiva del grupo familiar y empezó a participar decisivamente en el proceso de creación y lanzamiento de las Sociedades Gestoras de Fondos de Inversión y Fondos de Pensiones del grupo. En ellas asumió la máxima responsabilidad, primero como director general y luego, desde junio de 2002, como presidente. En junio de 2004 también entró en el consejo de administración del Grupo Acerinox, en representación de la empresa familiar Alba.
Sabemos que el verano está cerca cuando regresa el único festival que no te puedes perder
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La diseñadora y su esposo, que acudió con el tradicional pañuelo palestino, saludó con dos besos a los Reyes
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Miriam lució un vestido estampado en tonos claros de manga tres cuartos y complementos en color claro
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Horas después de este enlace, la Casa Real jordano ha emitido estas imágnes en las que se ve al Rey firmando en el acta matrimonial
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La princesa Iman se decantó por un vestido minimalista con un velo bordado y un ramo de flores en blanco
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Rania de Jordania se sentó junto al resto de los asistentes, en la primera fila, junto con sus tres hijos y su futura nuera, Rajwa, de amarillo
Marita March.
El primogénito, Javier, nació en Madrid el 3 de enero de 1971 y está dedicado a los proyectos agrícolas y medioambientales, aunque también pertenece al Patronato de la Fundación Bartolomé March. En diciembre de 1977 se casaba con Maya Royer Ruiz-Fernández.
Cinco meses antes hizo lo propio su hermana Ana María, nacida en Madrid el 9 de enero de 1975 y estudiante de Empresariales. Ésta se unía en matrimonio con un representante de la más antigua nobleza de España. Se trata de José María Castillejo de Oriol, VII conde de Floridablanca, V marqués de Aldana, dos veces Grande de España, X Conde de Armíldez de Toledo, Caballero de la Orden de Malta y, sobre todo, íntimo amigo del Rey Felipe VI. También llegó a ser miembro del llamado “clan de Becerril”, un grupo de jóvenes empresarios y políticos afines al PP liderados por Alejandro Agag, yerno de José María Áznar.
De la unión de José María y Ana nació un heredero, de nombre Juan, en quien confluyen riqueza y títulos nobiliarios.Y como no podía ser de otra forma, a su boda, celebrada en el verano de 1997 en la iglesia de la localidad mallorquina de Manacor, y en medio de una gran expectación, asistieron los más destacados personajes de la nobleza, de las finanzas y de la vida social española.
El segundo descendiente de la rama del patriarca Bartolomé March Servera fue el escritor y pintor Juan March Cencillo, que nació en Madrid en 1944 y murió soltero con 48 años de edad. Desde entonces (1992), la Fundación de su padre creó el premio de novela corta que lleva su nombre, en recuerdo a las célebres tertulias literarias que éste organizaba en su possessió de Son Galcerán, que perteneció en su día al archiduque Luis Salvador de Austria y cercana a la poética localidad de Valldemossa.
