Miguel Bosé revela quién fue su verdadero primer amor
En entrevista con Joaquín Prat, el astro español confesó que Bárbara Blasco fue su primer amor. Fue una amiga de la infancia que le robó el corazón cuando tenían no más de cinco años.
"Una chica que era guapísima y es una mujer guapísima todavía, con el pelo muy, muy largo. Y teníamos cuatro o cinco años, nos agarramos de la mano y decíamos que éramos novios. Y yo la miraba y la miraba rendido", platicara el intérprete de Si tú no vuelves.
Revista Digital
Miguel Bosé: "Tuve que sobrevivir a un dios y a la mujer más bella del mundo"
Miguel Bosé ha 'desconfinado' su infancia y su adolescencia en un libro, 'El hijo del Capitán Trueno' (Espasa). Y no compone un retrato almibarado. Habla de la decepción de su padre, el torero Luis Miguel Dominguín -"yo era un pusilánime que le sacaba de quicio"-, del fondo y la forma de la ruptura del matrimonio con Lucía Bosé, la posterior penuria económica, la relación con Picasso, la pérdida de la virginidad. Una porción de intimidad en 480 páginas que dará para horas de debate.
-¿Tocaba una salida de todos los armarios posibles?
-El momento te elige, no lo buscas tú. Por mucho que me senté en el pasado a intentarlo, no pudo ser.
-¿Por pudor?
-Porque las historias tienen que fluir.
-¿Se ha liberado de un peso?
-Es un gesto generoso más que una terapia. Cuento la historia de un niño, Miguelito, y de un adolescente de los que no teníais noticia porque la atención mediática estaba puesta en dos dioses. Es un recuerdo bello, sin rencores, sin suciedad. Tuve que sobrevivir según las cosas iban sucediendo.
-En la relación con su padre sucedieron cosas que calificaríamos de maltrato.
-A ver, si quiere que nos entendamos, ponga las palabras justas y no intente hacer amarillismo.
-No pretendo. Se lo llevó de safari a Mozambique con 10 años porque temía que saliera "maricón".
-No hubo violencia. No hubo maltrato. ¡Por el amor de Dios!
-No le dio quinina, enfermó de paludismo y le obligó a seguir.
¿Quién es Cecilia?
España, 1948, solo tres años después de terminada la Segunda Guerra Mundial y en el contexto de la dictadura franquista, nació la pequeña Evangelina Sobredo Galanes, en Pardo, una comunidad de Madrid. Entre los que la conocieron es recurrente escuchar que incluso hablaba mejor el inglés que el español, esto debido a que vivió en países como Reino Unido, Portugal, Estados Unidos, Argel y Jordania, lo cual la otorgó una visión del mundo privilegiada, junto con sus siete hermanos.
A los cinco años, la pequeña ya impresionaba con su voz, la cual descubrió una monja estadounidense que la incitaba a tocar la guitarra en las fiestas de fin de curso de su escuela. Chiquilla enamorada del amor y con un tremendo talento, Evangelina comenzó a escribir sus propias canciones a los 14 años de edad. No es una sorpresa la temática, pues mientras algunas chicas todavía jugaban con sus muñecas, la futura estrella ya llenaba de romance sus primeras letras.
No fue sino hasta 1972 cuando firmó su primer LP al que llanamente se le llamó “Cecilia”, nombre que también adoptó su identidad en los escenarios debido a una canción de Simon and Garfunkel y a que “Eva” ya estaba registrado. Lo que le faltaba de originalidad al título del disco, lo derrochó en sus canciones, las cuales eran odas al feminismo y a la existencia de la mujer.
Una de las piezas más interesantes de este álbum fue “Dama Dama”, una pieza que critica el puritanismo falso con el que deben dirigirse las féminas ante la vida. El alma y las letras de la intérprete seguían ardiendo, así que de forma libre y sin banderas ideológicas forzadas, la compositora manejó una pancarta que abriría el paso a otras mujeres interesadas en dar a conocer la consigna de que las féminas tenían un espacio en este mundo.
Meses después, según narra Teresa, hermana de la intérprete, Cecilia escribió un cuento que no la convenció del todo, pero que le parecía suficientemente bueno para convertirlo en una canción. El argumento de esta historia se centraba en una mujer que vive ilusionada por las cartas que le envía un remitente anónimo, el cual resulta ser su esposo, quien se comporta distante y cruel con ella.
Con el tiempo, mi padre se dio cuenta de que aquel hijo que quería reformar había crecido y volado sin jamás pedirle nada. Eso le dignificó
-¿Picasso fue la figura paterna que no tuvo?
-Picasso fue el abuelo. Era una persona que me hacía sentir importante. Yo no recibía atención de nadie, y él me la daba. Cuando en los veranos hablábamos, por ejemplo de arte, siempre me preguntaba: "¿Y para ti qué es?". Le interesaba mi opinión, todo lo que le decía le parecía fascinante. Él no recordaba haber sido niño tal vez nunca.
-Nadie recuerda que Lucía Bosé y sus hijos pasaran estrecheces.
Mi primer amor fue una niña que se llamaba Bárbara Blasco. Íbamos de la mano por las comuniones diciendo que éramos novios
-También cuenta que Helmut Berger, amante de Luchino Visconti, fue su primer amor.
-Mi primer amor fue una niña que se llamaba Bárbara Blasco y hoy sigue siendo íntima amiga. Íbamos de la mano por las comuniones diciendo que éramos novios.
-Me refería al amor carnal.
-¿Cree que se lo voy a contar ahora?
-Lo cuenta usted en el libro.
-Cuento lo que sale y si no cuento más es porque no debo. Sucedió de forma bonita.
-En todo caso, es la primera vez que pone por escrito su orientación sexual.
-Me han dicho que en Cataluña hay tormenta, ¿es cierto?
-Oído. ¿Cree que el libro tendrá un efecto reparador tras un año de polémicas?
-No sé a qué se refiere.
-Al negacionismo del covid, a la batalla judicial con su expareja.
-Que cada uno interprete el libro como quiera. Lo mismo me ha pasado con las canciones. No se puede imaginar la cantidad de interpretaciones que desencadenaron canciones como 'Si tu no vuelves', una de las más conocidas de mi repertorio.
-Alguna versión correcta de usted querrá proyectar.
-Cuando las cosas salen de uno ya no le pertenecen a uno. No quiero manejar las voluntades.