Las tres 'viudas' de Nino Bravo a los 50 años de su muerte: qué pasó con su herencia secreta
Nino Bravo, flanqueado por su hija Amparo (i.), su mujer, María Amparo (c.d.), y su hija Eva (d.). Diseño: Arte EE
Si en Estados Unidos apodaron a Frank Sinatra como La voz, nosotros tuvimos nuestra versión made in Spain en la figura de Nino Bravo, fallecido el 16 de abril de 1973. Hoy se cumple el 50º aniversario de su despedida final. Tenía 28 años. Estuvo un plis de ingresar en el famoso Club de los 27. En aquel momento el artista valenciano había subido todos los peldaños hasta alcanzar un éxito sin precedentes en tan poco tiempo porque en sus últimos cuatro años de vida se había convertido en uno de los cantantes mejor pagados de España.
“Podríamos decir que estaba entre los tres primeros junto a Raphael y Julio Iglesias, ya que por actuación cobraba entre 100.000 y 150.000 pesetas, que no estaba nada mal para la época. Hacía un promedio de entre 80 a 100 galas en la temporada veraniega que se extendía de mayo a septiembre”, afirma Darío Ledesma, el único biógrafo oficial que recientemente publicó el libro Nino Bravo: voz y corazón (Editorial Milenio). Todo se truncó cuando el coche que nunca debió conducir –lo tenía que haber hecho su cuñado y mano derecha, Manu Martínez, que se quedó en Valencia haciendo varias gestiones– se salió de la carrera en una curva del municipio de Villarrubio (Cuenca), dio tres vueltas de campana. Falleció de camino a un hospital madrileño. Los otros tres ocupantes sobrevivieron.
La historia de amor que terminó antes de tiempo
Luis Miguel y Amparo se conocieron en una discoteca de Valencia que se llamaba Victor's. Fue un "flechazo", según contaba su hija Eva en una entrevista del pasado mes de enero. "Él lo dejó todo para estar con ella e intentaron casarse en secreto", explicaba.
El 20 de abril de 1971 se casan Nino Bravo y María Amparo Martínez Gil, familiar del abogado y consultor Miguel Mira Juan. Su intención era ocultarse de la prensa a toda costa. Habían sido testigos de cómo los periodistas ocuparon más espacio que los invitados en la boda de Julio Iglesias e Isabel Preysler, que tuvo lugar en enero de ese mismo año.
Dieron información falsa a la prensa para intentar evitar que se agolpara a las puertas de la iglesia. El compromiso era tal, que Nino Bravo estaba intentando a toda costa que no le pillaran los fotógrafos, poniendo incluso en riesgo su vida: "Mi padre, de hecho, saltó de un tejado a otro para salir por el patio de un vecino. Una cosa así un poco de película", contaba su hija.
Sin embargo, finalmente un periodista se enteró y para evitar dar exclusivas, simplemente el cantante hizo llegar las fotografías de su enlace en la Iglesia Castrense de Santo Domingo (Valencia) a la prensa.