Río de Janeiro, ciudad maravillosa
El primer destino será seguramente Río de Janeiro. Llamada Ciudad Maravillosa, quién no ha oído hablar de su famoso carnaval, del Pan de Azúcar, del Cristo Redentor, de su paseo marítimo y de sus famosas playas de Ipanema y Copacabana.
Paseando por su paseo marítimo
Perdeos por el paseo marítimo de la playa de Copacabana con una caipirinha en la mano, por el barrio centro y la zona portuaria donde descubriréis monumentos, como la iglesia de la Candelaria, los Arcos de Lapa, el Teatro Municipal y el Palacio Imperial.
Morro de Corcovado
Pero si os tenéis que quedar con un solo lugar, este sería el Morro de Corcovado. Ahí podréis contemplar el Cristo Redentor, el Pan de Azúcar y una vista de la ciudad inolvidable. Para subir se puede ir en el tren de Corcovado que os llevará hasta la base del Cristo.
Parque Botánico de Río de Janeiro
A solo 13 kilómetros de Río de Janeiro es una maravilla de la naturaleza. Acercaros también al rio Macacos, una hermosa vía acuática que fluye desde el macizo de Tijuca, y al lago Leandro con sus lirios gigantes.
Parque Nacional de Iguazú
Declarado Patrimonio Natural de la Humanidad tendréis el privilegio de ver las cataratas de Iguazú desde el lado brasileño, es de decir, de frente. Disfrutaréis de las cataratas gracias a las pasarelas que existen. Para llegar tomad el camino de Foz a Iguaçú, un paseo de unas cuatro horas en el que se disfruta de la majestuosidad de las cascadas.
Madeira
Una de las joyas del Atlántico es la isla portuguesa de Madeira. Triunfa entre los viajeros más selectos y está muy cerca, no es costosa y sus posibilidades son sencillamente espectaculares. No viajéis en verano y evitad gastar de más, ya que el tiempo será igualmente bueno gracias al clima subtropical que impera en la isla, con temperaturas siempre suaves. Sus verdes paisajes, sus acantilados, sus montañas y sus playas nunca dejan de resplandecer.