Cómo guardar el vestido de novia para siempre
¿Sabes cómo conservar tu vestido de novia después de tu gran día? La diseñadora Laura Escribano te da los mejores consejos para guardar tu traje para siempre en perfecto estado.
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El vestido de novia siempre es una pieza especial, confeccionada con tejidos y materiales muy delicados. Este punto es importante tenerlo en cuenta a la hora de plantearnos guardarlo para siempre. Y es que cuando los trajes de novia son así de delicados requieren de unos cuidados y tratamientos específicos que ponen en valor una filosofía sostenible.
Ante todo, recomiendo llevar el vestido a un profesional que sepa cómo guardarlo correctamente. Pero si deseas guardarlo por tu cuenta y conservarlo para siempre, te voy a dar una serie de consejos que te ayudarán.
Consejos expertos para preservar tu vestido de novia como un tesoro para siempre
El vestido de novia es una de las piezas más importantes y significativas de cualquier boda. Después de todo, es el vestido en el que la novia se sentirá hermosa y especial en su gran día. Es por eso que es crucial tomar medidas para preservar el vestido de novia después del evento, para asegurarse de que se mantenga en perfectas condiciones y se pueda conservar como un tesoro para siempre.
Antes de empezar con los consejos, es importante destacar que la limpieza profesional del vestido de novia es esencial antes de comenzar cualquier proceso de preservación. Esto asegurará que cualquier mancha o suciedad sea eliminada correctamente y evitará que se fijen aún más en el tejido.
Una vez que el vestido esté limpio, es recomendable seguir estos consejos para preservarlo adecuadamente:
- Almacenamiento adecuado: Guarda tu vestido de novia en una caja de conservación de tamaño adecuado, preferiblemente de cartón libre de ácido. Evita el uso de bolsas de plástico o perchas, ya que pueden causar daños al tejido y a los adornos.
- Control de la humedad: Es importante mantener el vestido alejado de la humedad, ya que puede provocar moho o decoloración. Guarda la caja en un lugar fresco y seco, lejos de ventanas o áreas expuestas a la humedad.
- Evita la exposición a la luz solar: La luz solar directa puede causar decoloración en el vestido, así que asegúrate de almacenarlo en un lugar oscuro o con poca luz.
- Manipulación cuidadosa: Cuando necesites sacar el vestido de la caja para mostrarlo o para cualquier otra ocasión especial, asegúrate de lavarte las manos y usar guantes blancos para evitar manchar o dañar el vestido.
- Mantenimiento periódico: Revisa el vestido de vez en cuando para asegurarte de que no haya signos de decoloración, manchas o daños. Si encuentras algún problema, es recomendable acudir a un especialista en conservación de vestidos de novia para que realice los arreglos necesarios.
4. Cómo guardar el vestido
Envuelve el vestido de novia en paños de algodón, muy finitos, para que el tejido transpire. También se puede envolver con un papel de seda incoloro y libre de ácidos, sin meter a presión. No lo guardes en una funda de plástico porque este tipo de materiales no permiten que el vestido transpire y eso puede derivar en moho y manchas de humedad.
La mejor opción para guardar el vestido son cajas de cartón, preferiblemente artesanales, de buena calidad y confeccionadas a medida, para que el vestido tenga todo el espacio que necesita. Estas cajas deben estar correctamente cerradas para evitar que entre luz y amarillee el vestido.
Jamás se debe guardar un vestido de estas características en vertical, siempre en horizontal, y no se debe guardar bajo ningún concepto en lugares húmedos. Busca siempre espacios sin luz, sin humedad y que no tengan exceso de calor. Y es que el calor, el frío y la humedad contribuyen a estropear prendas tan delicadas como un vestido de novia. Lo mejor para que el vestido no sufra y se mantenga intacto es guardarlo en un lugar fresco y oscuro.
Si quieres que el vestido no solo aguante las inclemencias temporales, sino que quede protegido de visitantes no bienvenidos, como polillas e insectos similares, te aconsejamos colocar junto a él una bolita de naftalina o alcanfor. Finalmente, como guinda para asegurar la máxima protección posible del vestido, recomendamos airearlo una vez al año. Además de disfrutar de él y revisar posibles desajustes que deterioren su perfecto estado, podrás evitar las dobleces que con el tiempo pueden surgir.
Haz arreglos para un «vestido de cambio»
Si planeas tener una fiesta de baile después de la ceremonia, considera la posibilidad de tener un vestido de cambio para evitar que el vestido principal se ensucie o se dañe durante la celebración.
Si ocurre un accidente y se mancha el vestido, actúa rápidamente. Utiliza un paño limpio y húmedo para tratar de eliminar la mancha. Evita frotar enérgicamente, ya que esto puede dañar el tejido.