Una marca campestre que traspasa barreras
Los entendidos en moda y, en especial, en el sector nupcial seguro que conocen el trabajo de T.ba y el vital papel que hoy ejerce la firma jerezana en la industria. Fundada en 1999 por, precisamente, la madre de Sol, Mercedes, y la hermana de esta, Fernanda, nació con el objetivo de dar una vuelta al armario 'country'. "Un concepto cosmopolita de ropa de campo, evolucionando hacia el mundo de la moda sin perder su identidad, lo que hace que sus colecciones sean tan especiales. Más allá de someterse a las tendencias del mercado, T.ba busca algo único y diferente, atemporal, eterno e innovador", es lo que reza en la página web de la marca.
Aquella aventura empresarial que arrancó influenciada por la vinculación de una familia al mundo del caballo, la de López de Carrizosa, y de la que brotaron prendas de carácter informal, colecciones sencillas para la vida en el campo con calidad en los tejidos y precisión en los diseños, ha evolucionado en los últimos tiempos a un emporio de moda internacional con dos vertientes más, T.ba Brides y Dreaming Habits. Fundadas en 2020 durante la pandemia, la primera, especializada en vestidos de novias, y la segunda, lencería y ropa 'comfy', son el nuevo filón bajo la firma matriz.
Con una filosofía global que se cimienta en la sostenibilidad, el trabajo artesanal y la naturaleza, hoy cuentan con tiendas propias en Madrid y Londres, y presencia en más de 150 establecimientos multimarca en 22 países. Mercedes López de Carrizosa se mantiene al frente de la dirección creativa de T.ba, y su hija, Sol, sigue sus pasos en la línea nupcial. Se formó en el IED (Istituto Europeo di Design) y comenzó su carrera trabajando en el equipo de diseño de Uterqüe, la marca prémium del grupo Inditex que desapareció en 2022.
Según ha revelado la firma para Vanitatis, el taller de alta costura de T.ba Brides es algo más que el epicentro nupcial de la empresa: se ha convertido en el departamento de I+D de la marca y el centro logístico impulsor de la colección de vestidos de fiesta que se lanzó el pasado invierno.
La boda de Sol
El próximo sábado 25 de marzo, Jerez de la Frontera volverá a ser testigo de la unión matrimonial de un miembro de la familia Prado López de Carrizosa, la de Sol, con su novio, el analista y consultor Gonzalo de Mora-Figueroa Borrero. Tal y como ha podido conocer este medio, la diseñadora de trajes nupciales y su prometido contraerán matrimonio en una ceremonia religiosa que, previsiblemente, tendrá lugar en la iglesia de San Marcos, el mismo templo del siglo Xlll en el que se casó su hermana Mercedes dos años atrás.
El traje de la novia, por supuesto, será de T.ba Brides. "Es una mezcla y reflejo de cómo la personalidad de la novia y de la marca son la misma. Nos encanta pensar que las novias son las que dan vida a los trajes, montamos las ideas sobre cada novia y acordes a ellas. En este caso no ha sido diferente", nos cuentan en primicia desde la marca.
Quedará expuesto y a la vista de todos en unas semanas. Como maravilla a admirar y como fuente de inspiración para futuras novias. Una obra nupcial que bebe de los valores de la marca, es decir, artesanía, sostenibilidad y calidad, y se rige por los siete ingredientes que sí o sí debe contener un traje firmado por la seña jerezana: respeto, exigencia, confianza, admiración, complicidad, ilusión y amor.
Cuando eres diseñadora de vestidos de novia y en tu porfolio figuran looks nupciales tan fotografiados y mediáticos como, por ejemplo, el de Claudia Osborne o, más recientemente, el de Ana Sainz (hija de Carlos Sainz), idear tu propio traje es todo un reto. Es a lo que se enfrenta estos días Sol Prado López de Carrizosa. Desconocida para el gran público, es la diseñadora y mente creativa detrás de los vestidos de novia de T.ba, la firma encargada de vestir a las mujeres de la jet set para sus bodas.
De Lugo a Lommel para seguir creciendo
Prado ya apuntaba maneras cuando en el año 2011, con sólo 10 años, logró el doblete Europeo Mundial de 65cc. Un hito que trajo sacrificios. Para que Jorge pudiera cumplir su sueño y correr al máximo nivel, se mudó junto a su familia a Lommel (Bélgica), una de las cunas del motocross.
Enfoque Jorge Prado: todo por un sueñoLa adaptación, los nuevos amigos, los idiomas. Los problemas que le surgieron al campeón no le frenaron para continuar su sueño, pese a las lesiones que le lastraron durante sus años en 85cc. La historia cambió en la categoría de 125cc, donde en su primer año, Prado pudo devolverle el favor a su familia logrando el Campeonato de Europa.
Éxtasis en MX2 con dos mundiales
Prado siguió subiendo marchas en su carrera deportida llegando a MX2, la "Segunda División" del motocross, donde en 2016 hizo su debut, plantando cara al campeón, Jeffrey Helings, en la segunda manga de la antepenúltima carrera. Un anticipo de lo que el gallego era capaz de hacer y que en 2018 tuvo su premio.
Tras mudarse con su familia a Roma y dejar los estudios para dedicarse 100% al motocross, Jorge Prado saboréo las mieles del éxito alzándose campeón de la categoría con una placa roja que lo soltó desde mitad de temporada.
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Un éxito que repitó al año siguiente, cuando en 2019 hizo historia no sólo por volver a coronarse campeón, sino por hacerlo con más de 200 puntos de ventaja sobre el segundo clasificado, Thomas Olsen.
Una madre de la novia elegante de rojo
Confeccionado en crepé de seda en color guinda y muselina de seda a tono, la parte superior encajaba con favorecedor escote pico y se adaptaba a su silueta gracias a un sofisticado drapeado que terminaba en una falda con movimiento y caída.
Otras invitadas también se decantaron por esta firma para asistir a algunos de los enlaces con más relumbrón de la temporada. Para la boda del hijo de Borja Prado, además de la madrina, coincidieron con looks de Jorge Vázquez las elegantes Cari Lapique, con un diseño azul marino a juego con el de su hermana Myriam (que visitó de la marca de madrina en la boda de su hijo Carlos el año pasado) y Anna Gamazo, de rosa estampado de flores, una de las invitadas que más hemos visto durante los últimos meses.
Desde que volvimos de las vacaciones de verano, la temporada de bodas se ha convertido en auténtica protagonista de la actualidad. Grandes empresarios del Ibex, aristócratas y, en definitiva, miembros de la alta sociedad española han casado a sus hijos rodeados de rostros tan conocidos como la infanta Cristina o Nicolas Sarkozy en escenarios de ensueño, fincas privadas y con listas de invitados que superaban los 400. Una temporada por todo lo alto que este fin de semana ha sumado a la lista los enlaces de la duquesa de Medinaceli y del nieto de Beatriz de Orleans, otros dos acontecimientos que no han dejado a nadie indiferente.