Así se lo pasaron Paloma Cuevas y Luis Miguel en la boda del hijo de Rosa Clará
La idílica ciudad de París fue testigo de una estampa llena de amor, música y elegancia. El cantante mexicano Luis Miguel y la empresaria Paloma Cuevas brillaron como invitados en la boda de Daniel Clará, hijo de Rosa Clará, con Anne-Marie Colling, convirtiéndose sin querer en los grandes protagonistas de este enlace.
Como ha publicado la revista ¡HOLA!, la pareja acaparó todas las miradas en la celebración prenupcial en un bateau-mouche sobre el Sena. Ambos estuvieron acompañados por Palomita, la hija mayor de la cordobesa.
El día de la boda, el mexicano no acudió a la ceremonia. En cambio, Paloma Cuevas, resplandeciente en un vestido largo de chifón azul cielo con mangas de estilo capa de su nueva colección 2024 para Rosa Clará, posó en la escalinata de la basílica de Santa Clotilde. Su hija acompañó a su madre, vistiendo un diseño muy similar, pero en un tono ligeramente más claro.
La boda del hijo de Rosa Clará, en cifras: 5 vestidos de novia, 21 estrellas Michelin y 3 escenarios inaccesibles
El sábado, Daniel Clará y Anne-Marie Colling se dieron el 'sí, quiero' en una de las bodas más llamativas de la temporada. París fue testigo de una ceremonia inolvidable en la que la novia lució cinco diseños de alta costura firmados por su suegra, Rosa Clará; los invitados (entre los que se encontraban Luis Miguel y Paloma Cuevas) degustaron el menú confeccionado por el único chef con 21 estrellas Michelin del mundo, y pasearon, bailaron, se emocionaron y brindaron hasta altas horas de la madrugada en tres escenarios inaccesibles para el común de los mortales. Una boda para el recuerdo, sin duda.
“La Ciudad de la Luz fue elegida por su eterno romanticismo, su apasionante historia y su relación con la moda”, aseguran a Vanitatis portavoces de la firma en plena resaca de este fin de semana en el que los grandes looks de alta costura fueron tan protagonistas como los propios novios.
La celebración empezó el viernes con una fiesta preboda en un crucero por el Sena. Un crucero a bordo de un 'bateau mouche' que sirvió de antesala para todo lo que les depararía el día siguiente: una ceremonia religiosa en la espectacular basílica de Santa Clotilde, una cena servida por uno de los mejores chefs del mundo en el Museo Rodin bajo la atenta mirada de su famoso ‘Pensador’ y una fiesta exclusiva en Maxim’s, el local más famoso de París.
500 horas de trabajo y 6 damas de honor
El sábado era el día grande y todo salió según lo previsto. La pareja eligió la impresionante basílica de Santa Clotilde, del siglo XIX, considerada la primera iglesia de estilo neogótico de la ciudad para la ceremonia religiosa. Un espacio luminoso y decorado con cientos de flores cortadas ese mismo día.
“El cortejo nupcial se inició bajo los acordes de la canción 'Hallelujah' interpretada por un coro de 30 niños y niñas, un detalle que Anne-Marie preparó en secreto para su marido”, continúan las fuentes consultadas. La emoción en sus ojos hizo que todo valiera la pena.
La espectacular entrada del novio, con chaqué gris marengo, chaleco cruzado en color gris perla y cuello chal de Canali y camisa blanca de popelín de algodón con corbata de seda de Yusty, la hizo tal y como estaba previsto, del brazo de su madre, Rosa Clará, que lució para su gran momento de madrina un diseño en crepé de seda en color magenta con bordados de piedras preciosas, ágatas de diferentes colores entrelazadas con cristales de bohemia. Una auténtica joya de vestido.
Tras ellos, los 12 testigos de los novios: los seis 'groomsmen' (caballeros de honor), vestidos con chaqué y con corbata en el mismo tono que los vestidos de las damas de honor, y las seis 'bridesmaids' (damas de honor), vestidas también de Rosa Clará con diseños realizados en muselina de seda color rosa empolvado, y looks de tendencia con 'cut outs' y drapeados. Una de ellas era la conocida influencer Marta Sierra, íntima amiga de la novia.
No obstante, nada llamó tanto la atención de los presentes como la novia y su vestido joya, realizado en chantilly francés bordado a mano con micropedrería, delicadas flores y cristal, silueta lápiz y escote halter. Se complementaba con una femenina sobrefalda de gazar de seda natural, con gran volumen y con más de 3 metros de cola, y un velo liso de seda natural de más de 4 metros de largo. Para la realización de este vestido se necesitaron más de 500 horas de trabajo. “El encargo más importante de mi carrera, sin duda, ha sido diseñar el vestido de mi nuera”, confesaba Rosa Clará horas antes del gran día de su hijo.
Las mejores fotografías de la romántica boda parisina de Daniel, hijo de Rosa Clará, y Anne-Marie Colling
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¡Ya son marido y mujer! Tras cinco años de noviazgo, Daniel, único hijo de Rosa Clará y heredero de la firma, y la economista estadounidense Anne-Marie Colling han pasado por el altar en la Basílica de Santa Clotilde de París
Después de la ceremonia religiosa, los novios y sus seres queridos se desplazaron al Museo Rodin para celebrar su amor con un delicioso banquete
¡Una madrina muy orgullosa! Rosa Clará, ataviada con un precioso vestido rosa fucsia, no podía borrar la sonrisa de su cara al acompañar a su primogénito hasta el altar
Un vestido 'obra de arte' ante 'El pensador'
Una vez declarados marido y mujer, los vítores se sucedieron para celebrar a la pareja en su salida del templo y para dar paso a la recepción celebrada en el espléndido Musée Rodin, situado a escasos metros. Con su palacete rococó y sus majestuosos jardines de estilo francés, salpicados por las esculturas del célebre artista, quien habitó en el palacio en la última etapa de su vida, fue un escenario mágico, lleno de arte, historia y glamour, para el convite. Un espacio al alcance de muy pocos.
A la salida de la basílica, Anne-Marie volvió a cambiarse de look para lucir ante sus invitados durante la cena el segundo vestido de novia del día: un vestido de silueta clásica, con escote palabra de honor y falda tulipán confeccionado en un doble raso duquesa de seda.
“Fue pintado a mano al óleo con la técnica del espatulado por un artista del norte de Italia con un diseño exclusivo de románticas flores de cinco pétalos, inspiradas en el jazmín, y rematado con un sutil toque de polvo de oro para una auténtica imagen de alta costura contemporánea que quedará grabada en la memoria de todos los presentes”. El segundo vestido de la novia también contaba con un wateau de tul con el mismo diseño y técnica del vestido.