El Primer Amor de Julio Iglesias - Un Recuerdo Inolvidable

Julio Iglesias: ella fue su primer amor y tienes que conocerla

“La mujer de mi vida”. Así es como el cantante siempre se refirió a su apasionante historia de amor con Isabel Preysler.

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Julio Iglesias: ella fue su primer amor y tienes que conocerla

La vida del galán y popular cantante Julio Iglesias no es todo esposas, hijos, fortuna, mansiones, celos, fugas e infidelidades. Detrás de tanto, existe una apasionante historia de amor.

Básicamente en el libro de su biografía, el cantante rememora en detalle cuando conoció a Isabel Preysler como: “La mujer de mi vida”. La realidad es que en ningún libro que hable de Julio Iglesias no pasa por arriba alguna definida crónica de la relación sentimental que mantuvo con Isabel.

Cabe recordar que entre tantos rumores, esposas, hijos y affaires, Isabel Preysler fue su primera esposa y madre de sus 3 hijos mayores, Chábeli, Enrique y Julio José. Pero eso no es todo.

Isabel siempre fue proclamada por el cantante como "la mujer de su vida" –un calificativo que según su mánager Alfredo Fraile- no le dedicó a demasiadas mujeres como para tomarlo a la ligera.

Un gran éxito olvidado

Igual que Gwendolyne se esfumó relativamente rápido en el corazón de Julio, la canción de mismo título no corrió mucha mejor suerte. En Entre el cielo y el infierno, el cantante le dedica apenas una decena de líneas, incluido su paso por Eurovisión. “Gwendolyne fue seleccionada para representar a España. De esa chica rubia con la que iba a casarme no me quedaba más que una canción. Recuerdo el Festival de Benidorm, Gwendolyne en el aeropuerto de París. Sus rasgos se han borrado un poco en mi memoria, pero le debo esta canción que me ha permitido darme a conocer en Europa, estar en Eurovisión, aunque no haya ganado. Fue, sin embargo, el éxito del año. Por todas estas razones, querida Gwendolyne, te doy las gracias”.

No deja de resulta curioso comprobar lo rápido que fue barrida del repertorio de Julio la canción que lo convirtió en una estrella internacional. Ni siquiera en su poderoso directo en el Olympia del año 1976 la rescató. La vida sigue igual, sin embargo, más antigua en el tiempo (pertenece a su primer disco) le acompañó fielmente en posteriores actuaciones. Algunas teorías apuntan que dejó de interpretarla para no despertar los celos de su mujer (se casaría con Isabel Preysler en 1971, un año después de la salida del disco). Pero,si tenemos en cuenta que, según se cuenta en el libro de García Blesa, Julio la cantó ante la insistencia del público el día de su boda con Isabel, la conjetura no se sostiene. Sea por una razón o por otra, lo cierto es que Gwendolyne en la voz de Julio se quedó anclada en esos primeros setenta y es la responsable, entre otras cosas, de, según contó Paloma Barrientos en El Confidencial, su apodo de aquellos tiempos: “A Julio le llamaban el Termo, por la canción Gwendolyne ("Tan dentro de mí, conservo el calor. )”.

Por mucho que Julio haya renegado, ha habido unas cuantas versiones de este tema. Algunas tan inesperadas como la de Junco y otras que es mejor ni mencionar por aquello de que caigan en el olvido lo antes posible, pero la más curiosa quizás sea la de Lola Flores. Recoge García Blesa en su libro que en la fiesta en la que Isabel y Julio se conocieron (una especie de feria internacional para dar a conocer los productos nacionales auspiciada por la familia Terry en la se daba cita toda la españolidad del momento, desde Raphael a Bambino pasando por Camarón o Paco de Lucía), Lola Flores se arrancó con una versión flamenca de Gwendolyne, dejando claro que a pesar del posterior repudio de su compositor, era una canción ganadora.

Dejar atrás el pasado

Si bien es cierto que el embarazo fue clave para la boda, antes de dar este paso hubo otro acontecimiento importante y definitivo en la vida de la 'reina de corazones' que determinó su llegada a España y marcó su futuro.

Isabel llegó a Madrid a casa de sus tíos con 18 años por una imposición paterna. La decisión tenía que ver con un novio poco recomendable. La idea era separarlos y, una vez pasadas las locuras de juventud, volver al hogar paterno en Manila. El ‘playboy’ se llamaba Juni Kalaw, varios años mayor que la postadolescente de 17 años, con varias relaciones compartidas y una fija que alternaba con todas ellas. Una vez que Isabel, a la que su padre llamaba Chábeli, subió las escalerillas del avión con un destino de ida y vuelta, el amor ardiente lo dejó aparcado en el baúl de los recuerdos y comenzó una vida divertida y novedosa en Madrid.

Pronto formó parte del grupo de niñas bien formado por Mariola Martínez-Bordiú, Chata López Sáez o Marta Oswald y capitaneado por la nieta primogénita de Franco, Carmen Martínez-Bordiú.

Si no hubiera sido por el noviazgo incipiente con Kalaw, su primer amor y también su primer desengaño, que cambió su destino, el histórico vital habría sido muy diferente. Probablemente, hoy no sería la 'reina de corazones'.

La razón por la que Isabel Preysler se casó con Julio Iglesias (y no fue por el embarazo)

Foto: Isabel Preysler y Julio Iglesias, el día de su boda. (EFE)

Uno de los íntimos, a los que Julio se lo cuenta en un primer momento, fue Enrique Herreros, que le preguntó sorprendido si tenía intención de casarse. La respuesta fue clara y rotunda: “No me esperaba esta noticia y no tenía intención de ser padre tan pronto, pero estoy muy enamorado”. El siguiente amigo en enterarse fue Toncho Navas, jugador de baloncesto del Real Madrid que con el tiempo se convertiría en su asistente. Poco a poco, la nueva se fue extendiendo y la única que no se sorprendió fue Charo de la Cueva, madre de Julio, que rápidamente se puso manos a la obra para preparar el acontecimiento.

Así fue como, en muy poco tiempo, se apañó una boda donde solo pudo acudir desde Manila la madre Betty. El padrino fue José María Preysler, tío de la novia.

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El hijo de Isabel Preysler y Julio Iglesias vive una etapa sentimental muy feliz junto a la modelo Vivi Di Domenico, una brasileña de treinta años a la que, según nos cuenta, “me la presentó mi primo Álvaro en una reunión de amigos comunes. Me fijé en ella desde el primer momento, me gustó, y no paré hasta conseguir una cita a solas con Vivi . Llevamos juntos desde hace seis meses y nuestra relación se encuentra en un momento muy feliz”.

Hasta él punto de que ha dicho que le gustaría tener un hijo con ella. E incluso piensa en boda.

Si, me gustaría vivir la experiencia de ser padre. Algunos de mis hermanos, Chabeli, Enrique, Ana, lo son y les veo muy felices con sus hijos. ¿Casarme de nuevo? También. Si todo sigue igual de bien con Vivi, una boda entra en mis planes de futuro. Tengo a mi lado a una gran mujer. Y a mis casi cincuenta años, ya es hora de ser padre.

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