El Primer Amor de Julio Iglesias - Un Recuerdo Inolvidable

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El hijo de Isabel Preysler y Julio Iglesias vive una etapa sentimental muy feliz junto a la modelo Vivi Di Domenico, una brasileña de treinta años a la que, según nos cuenta, “me la presentó mi primo Álvaro en una reunión de amigos comunes. Me fijé en ella desde el primer momento, me gustó, y no paré hasta conseguir una cita a solas con Vivi . Llevamos juntos desde hace seis meses y nuestra relación se encuentra en un momento muy feliz”.

Hasta él punto de que ha dicho que le gustaría tener un hijo con ella. E incluso piensa en boda.

Si, me gustaría vivir la experiencia de ser padre. Algunos de mis hermanos, Chabeli, Enrique, Ana, lo son y les veo muy felices con sus hijos. ¿Casarme de nuevo? También. Si todo sigue igual de bien con Vivi, una boda entra en mis planes de futuro. Tengo a mi lado a una gran mujer. Y a mis casi cincuenta años, ya es hora de ser padre.

Vivi reside en México…

Pero ya hemos hablado de instalarnos juntos en Estados Unidos. Y a ella le parece bien. Ahora está conmigo en Madrid… hasta el día 23, que volveremos a América.

Julio José y Charisse, en una de sus últimas apariciones públicas

Julio se separó de su primera mujer, la belga Charisse Verhaert, tras ocho años de matrimonio. Se casaron en Madrid en el 2012 y rompieron a principios del 2021. Hoy, asegura él, “mantenemos una buena amistad”.

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No me canso de repetir que es una mujer maravillosa, por dentro y por fuera, y se merece un hombre mejor, que la haga feliz. La veo bien, volcada en la familia y en su trabajo.

El misterio tras ‘Gwendolyne’, el éxito que Julio Iglesias nunca volvió a cantar

Del 12 al 16 de mayo tenía que celebrarse en Rotterdam el Festival de Eurovisión. Cancelado, por supuesto. Hace ahora cincuenta años, a pocos kilómetro de ahí, un poco más al norte, en Ámsterdam, y tras un aparatoso aterrizaje, un tembloroso Julio Iglesias (Madrid, 1943) defendía su Gwendolyne arropado por el trío La la la y por la orquesta dirigida por Augusto Algueró. Aunque quedara en una honrosa cuarta posición, Julio Iglesias fue considerado unánimemente como el ganador moral.

Pero, entonces, ¿por qué no resultó vencedor? ¿Por qué si esa canción le abrió las puertas de Europa fue tan rápidamente desterrada de su repertorio para siempre jamás? ¿Tuvo algo que ver la polémica por plagio que acompañó su lanzamiento o los rumores de favoritismo en la carrera por Eurovisión? ¿Fue el disco homónimo un lanzamiento no muy reseñable más forzado por las circunstancias que por criterios artísticos? ¿Existió realmente la tal Gwendolyne? ¿Qué fue de ella?

En algunas publicaciones se dijo que el apellido de Gwendolyne, Bolloré, proviene de la aristocracia. En su libro, García Blesa reseña que el hermano de Gwendolyne, Vincent Bolloré, es amigo íntimo de Sarkozy

Julio Iglesias la vio primero y fue amor a primera vista

Fue en 1970 en una fiesta en la casa de Juan Olmedilla -donde se celebraba un homenaje especial a la bailarina Manuela Vargas-, cuando Julio a primera vista se fijó en “ella”, una jovencita de rasgos orientales que lo atrapó en un instante.

"Julio se acercó hasta Juan Olmedilla y le preguntó por aquella chica. 'Es Isabel Preysler y es filipina, está estudiando en Madrid', contestó su amigo. 'Oye, Juanito, me encanta, ¿por qué no me la presentas?'. A pesar de su interés, el encuentro no sucedió, al menos aquella primera vez". Esas fueron palabras exactas de Olmedilla cuando contó cómo verdaderamente aconteció la noche.

Pero ¿quién era Gwendolyne?

“Gwendolyne fue muy importante en mi vida. Era la primera vez después de mi accidente. Y era mi primer amor en libertad. Gwendolyne era hermosa, muy hermosa. Era de una familia noble de exiliados rusos. Quizás la sobrina de un príncipe, de tipo eslavo: con pómulos marcados, ojos grises, rubia. Debo decir que jamás he amado a una mujer más bella”. Así recuerda Julio a Gwendolyne en las páginas de Entre el cielo y el infierno (su libro de memorias editado en 1981). Y aunque no le consagra un capítulo entero como sí lo hace con Isabel Preysler, le dedica un cariñoso recuerdo. Recordemos que por aquel entonces, Julio ya era un conquistador. En una entrevista de febrero de 1969 para Diez Minutos recogida en el programa Hormigas blancas, Julio contaba como habían tenido que habilitar una especie de saco en el buzón de su casa para abarcar la cantidad de cartas de admiradoras que recibía.

Portada de 'Gwendolyne', el disco que para muchos abrió a Iglesias las puertas del éxito en el extranjero.

Pero con Gwendolyne, la prensa de la época se volvió loca. La revista Garbo dijo de ella que era una muchacha francesa a la que conoció en Cambridge y que estudiaba ballet clásico. En otras publicaciones se dijo que su apellido, Bolloré, proviene de la aristocracia (de hecho, en su libro, García Blesa reseña que el hermano de Gwendolyne, Vincent Bolloré, es amigo íntimo de Sarkozy).

Es el primer gran amor de Julio al que él siempre se empeñó en calificar de ‘imposible’. Lo cual no dejaba de ser un tanto ridículo. Un tic del dandy desvalido en el que ya se había convertido Julio a estas alturas. Eran dos chicos jóvenes, sin compromisos y nada parecía oponerse a su romance. En sus memorias, Julio escribe: “Era una francesa tipo, simpática, abierta, introvertida, romántica. Tenía 18 años. Y si tuviera que resumir en una frase todo lo que representa para mí, diría: ¡Qué lástima que el tiempo y el amor no hayan coincidido!”.

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