"La Primera Novia de Miguel Bosé - Un Vistazo al Amor Juvenil del Cantante"

Miguel Bosé asegura que sus hijos son su prioridad

El intérprete de Amante Bandido consideró que “explayarse con descaro, con violencia o con imposición, hubiera hecho mucho daño. La gente que lo ha hecho de forma discreta –y yo lo llevo de forma discreta– en paralelo a su vida normal, con naturalidad y con elegancia, creo que ha hecho muchísimo más que nadie”.

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Con respecto a sus hijos, el artista platicó que se sienten a gusto en México después de vivir su primera infancia en Madrid, y que son ellos por quienes él vive y los procurará siempre.

“Son mi prioridad más absoluta. Tienen sus amigos, su vida. Cuando lleguen al final de sus estudios, ya veremos", contó sin aclarar si algún día volverán a España, donde están sus hermanas, Lucía y Paola.

Con respecto al covid, cuando se pronunció en contra de las vacunas y cuestionó la existencia del virus, admitió que se sintió atacado porque no se le permitió a un ciudadano decir que no creía en los métodos que se estaban presentando y que no se vacunaría.

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“Fue un momento duro, pero la gente al final se dio cuenta de la gran farsa. La gente ya no cae”, mencionó. Finalmente, respondió a la pregunta sobre la lucha para romper con los géneros: “Peligroso, muy peligroso. Falta mucha información, falta mucha educación y existe mucha manipulación. Entonces, biología en las escuelas, sí; ideología, no”, concluyó.

El enemigo en casa

En general, las mujeres que han formado parte de su vida las recuerda con cariño salvo a Jacqueline, la esposa de Picasso, y a "las demonios". Cuenta en el capítulo ‘Mi casa, mi país, mi tierra, mi familia’ cómo hicieron la vida imposible a su madre cuando llegó casada a la finca Villa Paz sin saber español y siendo actriz, lo peor en aquellos años oscuros. Se trataba de la tía Ana Mari, hermana del abuelo Domingo, cuya hija, Mariví, fue con el tiempo amante de Dominguín. Formaban parte del clan Carmina (madre de las Ordóñez) y Pochola. El grupo no se dio por vencido una vez que el torero dejó las cosas claras al mostrar que Lucía, su mujer, era quien mandaba en Villa Paz, después de él, por supuesto. Y así lo narra Bosé: “Hasta que mi padre se hartó del engaño, la desobediencia, de chismes envenenados que le quitaban la cabeza de donde tenía que tenerla, entre dos astas, y desterró para siempre a los Gutiérrez González de la finca”.

Miguel Bosé ha volcado en su libro ‘El hijo del Capitán Trueno’ (Espasa) sus vivencias. Buenas, regulares, malas y malísimas como eran los desencuentros con su padre, Luis Miguel Dominguín. El torero, como se referían a él tanto Lucía Bosé como el resto de familia, tiene una presencia importante por lo que supuso para el artista la falta de entendimiento con el que se consideraba un dios. Pero si esta figura forma una parte interesante del relato autobiográfico para entender su vida, la presencia de las mujeres en su trayectoria vital es fundamental.

Las mujeres de Bosé: la tata protectora, el amor platónico por Marisol y "las demonios"

Foto: Miguel Bosé, en la presentación de su libro. (EFE/Chema Moya)

Miguel Bosé ha volcado en su libro ‘El hijo del Capitán Trueno’ (Espasa) sus vivencias. Buenas, regulares, malas y malísimas como eran los desencuentros con su padre, Luis Miguel Dominguín. El torero, como se referían a él tanto Lucía Bosé como el resto de familia, tiene una presencia importante por lo que supuso para el artista la falta de entendimiento con el que se consideraba un dios. Pero si esta figura forma una parte interesante del relato autobiográfico para entender su vida, la presencia de las mujeres en su trayectoria vital es fundamental.

Unas fueron las amantes de su padre; otras, sus primeros amores. Un tercer grupo estaría formado por las que le hicieron poco caso como Marisol (Pepa Flores), las alumnas del Liceo Francés y "las demonios" del clan Dominguín que hicieron “la vida imposible a mi madre desde el primer día”. Sin olvidar a Lucía Bosé, a la que defendió contra las iras del torero y a la que admiraba y quería con locura aceptando sus contradicciones y sus claroscuros.

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