El Enlace de Rebeca y Jordi Cruz - Un Encuentro de Amor en un Día Especial

FOTOS EXCLUSIVAS: Jordi Cruz, con su novia y su madre, verano en la Costa Brava

Foto: Jordi Cruz, de vacaciones en Calella de Palafrugell. (Ani Caballero)

Como un veraneante más, Jordi Cruz se pasea estos días por la Costa Brava del brazo de su novia, Rebecca Lima. La pareja está en Calella de Palafrugell, donde se les vio el pasado miércoles por la tarde junto a la madre del chef y miembro del jurado de ‘MasterChef’.

Las imágenes exclusivas muestran cómo muchos lo miraban y otros incluso le pidieron hacerse una foto, algo a lo que el cocinero accedió encantador.

Hacía mal tiempo en Calella, lo que no impidió que el trío cenara en la terraza del restaurante Didal, uno de los más exclusivos de este pueblo costero. Recibir la visita de un chef tan reconocido seguro que fue una buena noticia para el local, que suele tener las mesas a reventar. Como la mayor parte de los restaurantes de la zona, a los que es difícil acceder sin reserva previa.

Decíamos que el clima no acompañaba, por lo que todos llevaban consigo una chaqueta por si refrescaba. Cruz vestía todo de negro, Lima con un espectacular mono de color naranja tierra y unas sandalias de plataforma que la hacían más alta que a él. La madre del cocinero, Roser Mas, llevaba un pantalón negro y una bonita camisa de encaje.

De delincuente juvenil a prodigioso chef

Jordi Cruz Mas nace en Manresa el 29 de junio de 1978 siendo el más pequeño de 6 hermanos dentro del seno de un hogar humilde. Esta situación de benjamín de la familia le condicionó en su desarrolló en la infancia, ya que como ha confesado en alguna ocasión: "De niño me sentía muy chiquitito. Yo buscaba cariño desesperadamente, buscaba tener amigos, sentirme más integrado. Buscaba continuamente el reconocimiento de la gente para que entendieran que el chaval no es tonto", confesaba a Risto, como el déficit de cariño que había sufrido al estar tan divido en su casa lo había buscado paliar llamando la atención de sus personas cercanas.

Así fue como el pequeño Jordi comenzó a meterse en líos llegando a robarle a su madre para contentar a sus compañeros de clase: "Un día le cogí dinero a mi madre, 10.000 pestas y compré chucherías para toda la clase. En otra ocasión, mi hermano y yo incendiamos un campo. Gamberradas de chiquillos. Pasé de ser un presunto delincuente a tener una estrella Michelin", recordaba en otra ocasión viendo su evolución en la vida y después de llegar incluso a ser detenido por el robo de unos neumáticos.

Sobre sus inicios entre los fogones, el catalán siempre 'ha culpado' de ello a su madre. Un día la matriarca de los Cruz Mas se encontraba indispuesta y fuel el propio Jordi quien la relevó en la cocina. De esta forma conocío el mundo culinario creándose así una historia de amor y aprendizaje que continúa hasta estos días. El primer plato que recuerda haber elaborado fue con 7 años unas judías con patatas: "Cuando era pequeño era malo en casi todo. Se me daba muy mal estudiar pero vi una ventanita. Me di cuenta que para la cocina sí que tenía talento y decidí focalizar todo lo que tenía en esa disciplina".​​​​​​

La fría relación con su padre y el 'te quiero' final

De familia humilde, y según ha relatado en ocasiones Jordi, su padre comenzó a trabajar duro desde los 12 años. Esta circunstacias, acompañada a tener que sacar adelante a una familia con 6 hijos provocó una frustración en él que se vio repercutida en su relación con sus hijos: "Mi padre tenía una serie de frustraciones. Unas expectativas que no pudo cumplir y pasó sus últimos años enfadado un poco con la vida. Tenía tendencia a estar enfadado".

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