"El Exquisito Traje de Novia de Carmen Martínez Bordiú"

Su matrimonio con Martínez-Bordiú

José Campos y Carmen Martínez-Bordiú en una imagen tomada en 2010.

José Campos y Carmen Martínez-Bordiú en una imagen tomada en 2010. Gtres

Con 50 años, Carmen Martínez-Bordiú se enamoró del empresario cántabro José Campos. De su mano caminó por tercera vez hacia el altar en una boda celebrada en Santander el 18 de junio de 2006, que ocasionó un gran revuelo en la ciudad. La propia Carmen ha confesado en más de una ocasión que estaba viviendo junto a José una segunda juventud. Fueron siete años felices, aunque con algún bache que otro. Pero el amor se les acabó y el divorció fue la mejor de las soluciones.

'Balenciaga y la pintura española': el elegante pulso entre el modisto y los grandes bastiones de nuestro arte

A la izda. 'Vestido de noche', 1952. Cristóbal Balenciaga. Dcha. 'Retrato de María del Rosario de Silva y Gurtubay, Duquesa de Alba', 1921. Ignacio Zuloaga. |

Es fácil imaginarse al pequeño Cristóbal Balenciaga entrando a la casa de los marqueses de Casa Torres en Getaria y soltándose de la mano de su madre, la modista, para detenerse un rato más ante ese cuadro tan raro de un señor asaeteado por flechas. O quedándose inmóvil antes ese otro lienzo de una señora poco agraciada pero fascinante, ¡y tan bien vestida! Seguramente alguien le dijo que se llamaba María Luisa de Parma y que la había pintado Goya.

El marqués de Casa Torres había sido miembro del primer patronato del Museo Nacional del Prado y la familia era propietaria de una de las colecciones de arte español más potentes del mundo, en la que no faltaba un San Sebastián y una Inmaculada de El Greco y varios cuadros de Goya, Velázquez y Rivera de Pantoja. Siete de esos lienzos que encendieron la imaginación de Cristóbal Balenciaga y compusieron su primera educación artística estarán ahora en el Museo Nacional Thyssen- Bornemisza, frente a los vestidos que inspiraron. Balenciaga y la pintura española arranca, sin duda, con la ambición de ser la muestra más completa sobre el modista español desde la primera retrospectiva que se le dedicó en 1973.

A la izda. 'El cardenal don Luis María de Borbón y Vallabriga', hacia 1800. Francisco de Goya. A la dcha. Vestido y chaqueta de satén, hilos metálicos, lentejuelas y mostacillas. 1960. Cristóbal Balenciaga. |

Carmen Martínez-Bordiú cumple 70: sus días en El Pardo con los amores de su vida

Foto: Carmen Martínez-Bordiú. (Getty)

Carmen Martínez-Bordiú, actual duquesa de Franco, llegaba al mundo la tarde del 26 de febrero de 1951 en el palacio de El Pardo. Un mes antes del alumbramiento, se había habilitado una de las salas de la residencia del jefe del Estado como paritorio. En aquellas fechas aún no existían las ecografías y, por lo tanto, se desconocía el sexo de la futura nieta. Recibió el nombre de Carmen Esperanza Alejandra de la Santísima Trinidad de Todos los Santos.

Los primeros novios

A partir de esa fecha aparecieron varios novios en su vida. El primero fue Jaime Rivera, hijo de una adinerada familia y experto jinete. Rompieron cuando la joven se enteró de que al dejarla en casa, se iba con otras. Después vendría Fernando de Baviera. El problema de esa relación era que estaba casado. El marqués de Villaverde intervino para que rompiera con su hija bajo amenaza de exilio. Así funcionaban las cosas. Hubo tragedia emocional momentánea para Carmen, que se consoló rápidamente.

Al poco tiempo apareció Alfonso de Borbón, que fue siempre el candidato perfecto para Cristóbal Martínez-Bordiú, que siempre dio facilidades para los encuentros entre la hija y el nieto de Alfonso XIII. La idea del padre era convertir a la hija en futura reina de España tras la boda el 8 de marzo de 1972. En la demanda de anulación, proceso que duró siete años, Carmen explicaba para la biografía ‘Carmen Martínez-Bordiú, a mi manera' (Ediciones B) que “fueron seis meses de noviazgo sin casi relación. Para mí el matrimonio fue una manera de escapar de la autoridad paterna. Y Alfonso experimentó cierta ilusión y ambición dentro del gran fracaso que había sido su vida familiar'. El duque de Cádiz, por su parte, la acusaba “de carecer de unos fundamentos fuertes como mujer, esposa y madre. Ha sido una esposa poco madura, irreflexiva, ligera, maniática en el orden y en otros muchos detalles'. Una vez divorciados, la relación entre ellos fue inexistente.

Alfonso de Borbón llegó a echar la culpa de su separación a Isabel Preysler y otras amistades poco recomendables. “Hubo influencias nefastas y sutiles. Carmen veía con frecuencia a algunas amigas divorciadas que no dejaban de encomiar los encantos de la libertad. Y Carmen no pudo resistir las tentaciones”, dijo.

Si continuas utilizando este sitio aceptas el uso de cookies. más información

Los ajustes de cookies de esta web están configurados para "permitir cookies" y así ofrecerte la mejor experiencia de navegación posible. Si sigues utilizando esta web sin cambiar tus ajustes de cookies o haces clic en "Aceptar" estarás dando tu consentimiento a esto.

Cerrar