Así fue la boda de Eugenia Martínez de Irujo y Fran Rivera: un enlace casi de la realeza
La hija de la Duquesa de Alba y el torero reunieron a las más distinguidas personalidades de la sociedad española en la que se conjuró como la gran boda del año.
Lourdes Montes enseña su álbum de boda: "Tenía pensado mi vestido de novia desde los 17 años"
La diseñadora Lourdes Montes y el torero Francisco Rivera se conocieron, a través de amigos comunes, en una caseta de la Feria de Abril de 2011 entre rebujitos y platos de jamón ibérico. "No fue un flechazo inmediato, al menos por mi parte. De hecho, Fran tuvo que insistir mucho y tardó tres meses en convencerme de que empezara a hacerle caso. Yo no me fiaba mucho, la verdad. Después no pude estar más convencida de mi relación con él".
Pasados dos años de aquel primer encuentro, Fran calculó al milímetro su pedida de mano y decidió soltarle el '¿quieres casarte conmigo?', en la azotea de su casa sevillana. Lourdes dijo que 'sí' y, al poco tiempo, exactamente el 14 de septiembre de 2013, se daban el 'sí, quiero' en una ceremonia civil oficiada por el entonces alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido Álvarez. La celebración tuvo lugar en El Recreo de San Cayetano, la finca donde nació Antonio Ordóñez, abuelo del novio, en la localidad malagueña de Ronda.
Lo que los novios tuvieron claro desde el principio fue que en ese día tan feliz para ellos solo iban a rodearse de sus más allegados. "Va a ser una boda de amigos. Fran y yo nos negamos a invitar por compromiso", aseguraba Lourdes en una entrevista.
En total fueron 380 los invitados congregados en Ronda. Entre ellos, Cayetano Rivera, hermano del novio, acompañado de su entonces novia, Eva González; Manuel Díaz, el Cordobés, y su mujer, Virginia Troconis; el Juli; el periodista José María García -gran amigo de Francisco desde niño-; el cantante José Manuel Soto, tío de Lourdes, con su mujer, Pilar; el humorista César Cadaval y el bailaor Farruquito. Eso sí, el 'dress code' estaba claramente marcado en la invitación: chaqué y chistera el de ellos -"no sabes la insistencia de Fran con lo de la chistera"- y vestido corto y sombrero para ellas. Todos cumplieron con el protocolo. El primero de ellos, el novio, que llevó un elegante chaqué azul marino y chistera gris muy años 50.
Los otros protagonistas
A pesar de que Eugenia Martínez de Irujo y Fran Rivera tendrían que haber sido los únicos en los que se centraran todos los ojos aquel día, lo cierto es que de entre esos más de mil invitados hubo quienes quisieron arrebatar todo el protagonismo a los flamantes novios.
Belén Esteban y Jesulín de Ubrique en la boda de Fran Rivera y Eugenia Martínez de Irujo
Quizás la pareja que más revuelo causó fue la de la Infanta Elena y Jaime de Marichalar, quienes acudieron a la boda en representación de los Reyes Juan Carlos y Sofía. El matrimonio tuvo un sitio privilegiado cerca del altar desde el que observar la ceremonia y ante el que, tal y como marca el protocolo, los novios hicieron la obligada reverencia ante los Duques de Lugo.
Sin embargo, no fueron los únicos. La pareja formada por Rocío Jurado y José Ortega Cano también dieron la nota, aunque de una manera bien distinta. Y es que llegaron a la ceremonia al mismo tiempo que lo hacían la Infanta Elena y Jaime de Marichalar y, por ese motivo, se vieron obligados a entrar a la Catedral por la puerta de atrás, privándoles de su minuto de gloria ante los andaluces que se encontraban a las puertas del templo.
Mar Flores en la boda de Eugenia Martínez de Irujo y Fran Rivera
Destacada fue también la presencia de Mar Flores en la ceremonia, pues de esta forma se convertía en la primera aparición de la modelo como pareja de Cayetano Martínez de Irujo. A pesar de que según apuntaron los medios de comunicación de la época, la Duquesa de Montoro y la madre de esta no aprobaban del todo esa relación, parece que su hermano pudo convencerla y allí que acudió Flores. Con un espectacular traje consiguió dejar a todos boquiabiertos convirtiéndose en la otra protagonista de la que se prometió como la gran boda del año. El 16 de octubre de 1999 nació su única hija, Cayetana. Lamentablemente, el matrimonio no duró y en 2002 anunciaron su divorcio.
A bordo de un Rolls-Royce verde
Todos los invitados coincidieron en que la ceremonia fue emotiva, muy flamenca y llena de guiños sentimentales a la tierra sevillana de los novios. Comenzó con música de cuerda, contó con la voz de Remedios Amaya y muchos de los invitados sorprendieron a Fran y Lourdes con discursos llenos de cariño: "No sabría elegir un momento sobre los demás porque todo fue muy de verdad. De hecho, creo que es la ceremonia más bonita de las que he ido en mi vida. Nosotros lo vivimos con mucho sentimiento, emocionados pero muy felices". Tana, la hija de Francisco y Eugenia Martínez de Irujo, actuó como madrina vestida con un diseño de Roberto Diz, amigo de Lourdes. El padrino fue Curro Montes, hermano pequeño de la novia.
Unas sandalias blancas de medio tacón de Pura López, que combinó con un vestido corto para el baile, también de Pronovias, y unos pendientes isabelinos de perlas y brillantes de su abuela Maripepa, como únicas joyas, redondearon el look. El ramo de la novia, creado en forma de cascada por Macarena Herrero, de Mirka Eventos, llevaba nardos, jazmines y buganvillas, "mi flor favorita" -apunta Lourdes-, y fue una réplica del que lució la abuela materna del diestro, Carmina Dominguín, el día de la boda con Antonio Ordóñez. "Para el peinado me decidí por una trenza semideshecha, muy ligera, obra de mi peluquera Carmela Domínguez, igual que el maquillaje, en tonos muy suaves. Lo que no se me pasó por la mente fue llevar las uñas pintadas de rojo. Fran las odia".
La fiesta fue otra de las protagonistas del día. "No recuerdo abrir el baile con ninguna canción especial ni mucho menos con un vals, pero sí que la fiesta se alargó hasta muy tarde y que, como además de la música que pinchó el DJ, hubo muchos artistas invitados, unos y otros se arrancaron a cantar y lo pasamos genial".