Su madre y su hermana
Desde hace ya unas semanas, la hermana del Rey ha encontrado la paz necesaria para encarar su ruptura con Iñaki Urdangarin desde la tranquilidad. Y sus amigos y familia han sido piezas clave en este momento. La infanta ha contado con el apoyo incondicional de su hermana Elena y de su madre, la reina Sofía, quienes la han acompañado en su duelo y a quienes ella ha visitado en Zarzuela a menudo. También el rey Juan Carlos I ha estado a su lado, y ha sido él quien la ha aconsejado sobre cómo seguir los pasos de su divorcio, sobre todo en los aspectos más económicos y ‘logísticos’.
Así, por ahora, la todavía mujer de Urdangarin se quedará en Ginebra a vivir, a la espera de que su hija Irene, que está a punto de cumplir 17 años, termine sus estudios. Una vez la pequeña de la casa vuele por su cuenta y estudie en alguna universidad europea, que es lo que planea, la infanta Cristina podría volver a España. Nunca entró en sus planes, porque quería proteger a su marido de la prensa y de las críticas, pero ahora que él ya no está a su lado, doña Cristina ya no tiene motivos para seguir en Suiza.
Volver a Palma
Porque sus compromisos personales, que cada vez son más numerosos, suelen estar en España. Este fin de semana, sin ir más lejos, ha estado en Palma de Mallorca. La exduquesa de Palma ha vuelto a la tierra que un día representó y de la que fue ‘expulsada’ por el caso Nóos. La infanta llegó casi de incógnito, en una furgoneta con los cristales tintados, consciente de la trascendencia del lugar en el que estaba.
Nadie la pudo ver más que los invitados a la boda y el periódico local ‘Última Hora’, que tomó unas imágenes de la hermana del Rey. La infanta llegó con buen aspecto, más delgada que de costumbre, sonriente, con gafas de sol, el pelo suelto, un bonito vestido largo de rayas de colores y unas sandalias de plataforma de color granate. Así la fotografiaron, llegando a la finca que Kyril de Bulgaría tiene en Porreres, donde se celebró la fiesta previa a la boda.
Un nuevo comienzo
Si su primer año separados fue muy difícil y en sus encuentros se reflejaba cierta tensión y frialdad entre ellos, en lo que llevamos de 2023 parece que ha habido un cambio en la relación de doña Cristina e Iñaki. Han sabido normalizar su situación y pasar página para seguir remando juntos por sus hijos, aunque su historia de amor haya llegado a su fin. Ya en la graduación de Irene se mostraron cercanos, y ahora, en el debut de Pablo, se han mostrado aún más unidos y los dos con una sonrisa. Y es que quieren llevarse lo mejor posible por el bien de sus hijos.
Parece que ella ha encontrado la calma, sigue adelante con su trabajo y está feliz al ver que sus cuatro hijos van encaminando su futuro.
Por su parte, Iñaki volvió a encontrar el amor y sigue su noviazgo con Ainhoa Armentia. Atraviesan una época más tranquila, después del revuelo mediático que vivieron cuando su relación salió a la luz, y este verano han sido vistos de vacaciones en Asturias y en Alicante, donde ella tiene una casa. Con la firma de su divorcio iniciarán un nuevo capítulo en sus vidas, aunque no cambiarán sus prioridades. Para ellos el bienestar de sus hijos es lo más importante y seguirán luchando por ello.
¿Le había contado su marido que había otra mujer? Sus pasos en los últimos meses
Las fuentes consultadas por ¡HOLA! confirman que el exduque no le había dicho nada a su mujer. Ni en verano, durante las vacaciones que pasaron en Bidart; ni en otoño, cuando se vieron tanto en Barcelona como en Ginebra; ni en Navidad, cuando estuvieron esquiando en Baqueira (Pirineo catalán) y, después, tras esta escapada, se fueron a Vitoria. Para su círculo, las vacaciones del reencuentro. El mejor tiempo en familia (los seis juntos) desde que Iñaki ingresara en la cárcel de Brieva (junio de 2018), ya que su primogénito no había estado con ellos en verano.
Iñaki Urdangarín no le había contado nada de su relación con Ainhoa Armentia y supo un día antes de que se publicaran las imágenes que su marido había sido fotografiado con otra mujer
Junto a sus cuatro hijos, Juan Valentín (veintidós años), Pablo Nicolás (veintiuno), Miguel (diecinueve) e Irene (dieciséis), y la familia de Iñaki Urdangarín, despidieron 2021 y dieron la bienvenida al nuevo año en la capital alavesa. Allí fue fotografiada doña Cristina paseando con sus cuñadas, Laura y Lucía, antes de viajar a Madrid con Irene para felicitar el año a su madre y ver a su hermana. Tres días después, 5 de enero, estaba ya de vuelta en Ginebra. Su hija, al igual que su prima la princesa Leonor en Gales, retomaba también sus clases.
Las fotografías más comprometidas de Iñaki Urdangarín y Ainhoa Armentia se tomaron a unos 14 kilómetros de Bidart y a 150 de Vitoria. No estaba preparado, se relajaron y los pillaron
Quedaba en el aire el plan de celebrar juntos el cincuenta y cuatro cumpleaños de Iñaki. De hecho, aunque no fue así, se esperaba que el matrimonio viajara a Cataluña para ver jugar a Pablo, como habían hecho el 23 de octubre, cuando hizo su debut con el equipo de balonmano del F. C. Barcelona. Un partido que nos dejó, después de mucho tiempo, las imágenes más cariñosas del matrimonio, y que volvieron a repetirse al día siguiente. Sin saber que había fotógrafos —contrariamente a lo que se ha asegurado—, paseaban cogidos de la mano.
La Infanta Cristina e Iñaki Urdangarín: el dramático final y la verdadera historia de su separación
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La infanta de España que renunció a casi todo por amor ha sido traicionada. Habían superado los años más difíciles, el juicio público, la caída en desgracia, la cárcel, el vacío… Y ya no les quedaba mucho para empezar donde lo dejaron, después de compartir una década de suplicio, pero doña Cristina se encontró con otra pesadilla con la que no contaba.
Las imágenes de su marido de la mano de otra mujer publicadas por Lecturas han tenido un enorme impacto en la prensa y en la sociedad, pero para ella ha sido mucho más. De ver la luz al final del túnel al abismo personal. De los planes futuros que tenían a tener que tomar la decisión más difícil. La hermana del Rey está destrozada. En enero de 2016, tuvo que sentarse en el banquillo de los acusados, y ahora, seis años después, cuando ya se las prometía felices, ha tenido que romper su matrimonio. El comunicado, firmado por ambos, llegaba de la mano de Efe el lunes: “De común acuerdo, hemos decidido interrumpir nuestra relación matrimonial. El compromiso con nuestros hijos permanece intacto. Dado que es una decisión de ámbito privado, pedimos el máximo respeto a todos los que nos rodean”.