26 años de la boda de Marichalar y la Infanta Elena: detalles de un evento que habíamos olvidado
Hace 26 años los miembros más destacados de las familias reales europeas se daban cita en Sevilla. Aquel 18 de marzo de 1995 la infanta Elena y don Jaime de Marichalar se daban el «sí quiero» en la catedral hispalense, e iniciaban una vida en común que daría como resultado a sus dos hijos, Froilán y Victoria Federica. Esta boda fue uno de los grandes acontecimientos del año en nuestro país, pues era el primer enlace real que se celebraba en España en décadas. Lo que nadie esperaba aquel día es que tan solo doce años después los protagonistas decidirían poner fin a su relación con un histórico divorcio.
Adiós a la soltería
La despedida de solteros de la pareja fue en Los Arenales, una finca en Morón de la Frontera propiedad del conde de la Maza y de María Victoria Ybarra. Su hijo trabajaba en la Guardia Real y tenía mucha amistad con la infanta Elena, que solía acudir a montar a caballo y a disfrutar del campo. La cita era a las cuatro de la tarde y hasta allí llegaron las amistades de ambos y los herederos de las casas reinantes. En la puerta, la prensa, a la que no se le dieron facilidades. “No quiero ver a ningún periodista ni que nadie saque una foto”, fue la exigencia, que no petición, de la Infanta. La traición vino por la parte de las amistades porque las fotos de la duquesa de Lugo bailando aparecieron en la prensa. Fran Rivera y Espartaco tuvieron su novillada ante el horror de los príncipes nórdicos.
La Infanta eligió a Petro Valverde para su traje nupcial. Hasta que llegó Marichalar, este diseñador le cosía la mayoría de la ropa para sus apariciones oficiales. Después, el marido marcó sus pautas. Valverde, un hombre serio y fiel, nunca entendió la inquina que le demostró el duque consorte. El velo era el mismo que había lucido en su boda su madre, doña Sofía, y anteriormente su abuela, la reina Federica de Grecia.
Llamó la atención que, durante la ceremonia, la novia no pidiera la venia a su padre. Los nervios le jugaron una mala pasada y hubo ciertas críticas por este olvido. Aparte del 'sí, quiero', era lo único que tenía que recordar. Mientras la Reina se emocionó lo justo, el Rey tuvo que utilizar el pañuelo. La infanta Elena siempre fue su preferida y padre e hija siguen siendo un apoyo mutuo en estos tiempos de borrasca.
Divorcio mal visto en la monarquía
La reina Sofía no quería ni oír hablar del divorcio, ya que a pesar de todo, ella misma se había mantenido junto a su esposo a pesar de las infidelidades. Sin embargo, esto no impidió que el 15 de diciembre de 2009 se formalizara el 'cese de la vonvivencia' entre la infanta Elena y Jaime de Marichalar. Fue un momento triste y complicado para la familia real.
En los años siguientes, la relación entre Jaime de Marichalar y la infanta Elena se volvió tan fría como un témpano. Apenas los veíamos juntos en eventos, y quienes tuvieron la oportunidad de presenciar sus encuentros, como en la boda de los duques de Huéscar, dicen que apenas intercambiaron un apretón de manos gélido. Sin embargo, donde realmente chocaron fue en la forma de educar a sus hijos. Parece que las diferencias se hicieron evidentes.
Jaime de Marichalar mintió al rey y la reina para casarse con la infanta Elena
Robert RodríguezFoto: EFE
Barcelona. Sábado, 8 de julio de 2023. 15:16
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En 2010, la infanta Elena y Jaime de Marichalar se separaban después de estar juntos desde 1995. La pareja tuvo una relación cada vez más complicada, y lo que pocos saben es que Jaime mintió a la reina Sofía y a todos para llevar adelante su matrimonio con la infanta Elena.
Una de las cosas en que mintió a los reyes fue que Jaime se presentó a sí mismo como economista en su currículum, cuando en realidad no poseía la licenciatura necesaria para ejercer en ese rol. Pero eso no fue todo, Jaime incluso agregó el "de" a su apellido, mostrando su ambición por ser alguien de la realeza y hacer que su nombre sonara más aristocrático.