Federico de Dinamarca responde, por fin, a las polémicas fotos con Genoveva Casanova: escueto y serio
Desde que las fotos del príncipe Federico de Dinamarca con Genoveva Casanova paseando placenteramente por Madrid salieran a la luz, el heredero al trono danés había seguido con la política de esta Casa Real: la discreción respecto a la vida privada de los miembros de la monarquía. Así, hasta la fecha, las únicas palabras de la familia real danesa acerca de estas polémicas imágenes fueron las de un comunicado de prensa en el que aclaraban que "no comentaban ni confirmaban detalles relacionados con asuntos privados de los miembros de la Familia Real, incluido el Príncipe Heredero".
Unas declaraciones con las que, junto al perfil bajo adoptado por Federico y la reducción de su agenda pública y la de Mary Donaldson, se esperaba que el príncipe heredero dejara pasar el tiempo hasta que el asunto se disipara. Sin embargo, tal y como han publicado algunos medios como el diario sueco ‘Svenskdam' y desde España ‘El Otro Mundo’ o 'Semana', Federico de Dinamarca ha roto su silencio.
“Príncipe heredero Federico, ¿tiene algún comentario sobre lo que han publicado los medios españoles?”, era la pregunta que un periodista hacía al hijo de la reina Margarita II en una de sus últimas apariciones públicas. Sin embargo, la sorpresa llegaba cuando, aunque de manera escueta, el príncipe Federico se dirigía al periodista para decir: "No tengo".
Dos palabras que no son baladí, pues suponen la primera intervención del heredero al trono de Dinamarca, en la que, aunque brevemente, se refiere a las imágenes que han generado gran polémica mundial y sobre las que algunos medios daneses apuntaban hacia Genoveva a la hora de pensar en su autoría. Unas instantáneas que han ocasionado el retiro voluntario de Genoveva Casanova de la vida pública y con las que volvemos a pensar con el último movimiento de la mexicana en redes sociales.
Un rey 'rockero' con problemas retóricos
"Es muy distinto a mí en muchas cosas. Tiene un sentido para la gente que me gusta mucho, y le es más fácil hablar con todo tipo de personas. Es más directo", reconoció Margarita II hace años.
Las diferencias con su madre se plasman en sus intereses: si a ella le gustan la música clásica y la literatura, a Federico siempre le han tirado mucho el deporte, la aventura (hizo casi 3.000 kilómetros en una expedición con trineos por Groenlandia) y la música rock y pop, desde David Bowie a Metallica o Led Zepelin.
Suya fue la idea de organizar un macrofestival de rock antes de su boda o crear hace cinco años la Royal Run, carreras populares en las principales ciudades que se han convertido en un éxito de público y en las que él participa con su familia.
El hoy proclamado rey, que tiene tatuado un tiburón en un gemelo y un motivo nórdico en un hombro, carece de las habilidades retóricas de su madre y sigue sonando inseguro en público, de ahí que los medios recurran más a su abuelo, Federico IX, a la hora de las comparaciones, por el gancho entre la gente de ambos.
Federico ha protagonizado no obstante alguna polémica en los últimos años, como cuando se saltó la prohibición de conducir por un puente en medio de un temporal, su problemática carrera como miembro del Comité Olímpico Internacional o las recientes fotos en Madrid con la mexicana Genoveva Casanova, un incidente que la Casa Real no ha comentado pese a algunas críticas en Dinamarca.
Quién es Bettina Ödum y cómo se acabó su relación con el príncipe Federico
De hecho, los rumores de palacio de la época afirman que, después de que el príncipe declarara en público tras una de aquellas rupturas forzosas «cuando me miro en el espejo y pienso en mi vida, siento tentaciones de quitármela», la reina se limitaba a sugerirle a su hijo que la muchacha no era apropiada, pero que la decisión final era suya. Aunque en este caso Federico en vez de decidir, decidió jugar a dos bandas.
Nadie puede acusar a Bettina Ödum de no haber dejado huella en la vida de Federico de Dinamarca, al principio para bien, después para regular. A pesar de la recomendación real de que se buscase una chica que no fuera danesa, Federico convirtió a Bettina en la última piedra en la que quería tropezar y se empeñó en una relación que duró dos años contra viento y marea.
Para él Bettina era una buena candidata a reina, modelo y danesa, sí, pero también la menos relampagueante de sus amoríos. Hasta llevaba North Face, salía de casa con la cara lavada y apoyaba al príncipe en sus proyectos más locos con determinación, como cuando el heredero al trono decidió que necesitaba participar en una expedición al ártico montado en un trineo tirado por perros.
Federico y Mary de Dinamarca en una recepción en Tokyo en 2019. / / GTRES
Bettina no se achantó y North Face en mano acudió al aeropuerto de Copenhague dispuesta a despedir a su novio, al que no vería hasta cuatro meses más tarde, barbudo, cansado y oliendo a perro. Lo más alejado que existe del glamour royal.
Hoy Federico vende a los medios (como todos los royals) que lo suyo con Mary fue amor a primera vista, pero a primera vista lo que todos podemos cotejar es que en octubre del 2000 con quién se iba de fiesta era con Bettina, con quién pasó las navidades en París fue con Bettina y con quién se comió las uvas de Fin de año y quemó la tarjeta de crédito en compras fue con la danesa.
Interés por el deporte y carrera militar
El cambio comenzó pronto, y meses después completó su primera maratón, un punto de inflexión, según reveló su hermano menor en la citada biografía: "después de arrastrar y pelearse durante 15 o 20 años con muchas frustraciones que tenía dentro, la maratón le mostró que era capaz de algo especial".
La imagen de ambos festejando en las gradas como dos daneses más el triunfo en la Eurocopa 1992 contribuyó también, pero fue a través de la carrera militar donde encontró orden y estructura, en especial, el duro curso de adiestramiento en el cuerpo de buzos.
Es muy distinto a mí en muchas cosas. Tiene un sentido para la gente que me gusta mucho, y le es más fácil hablar con todo tipo de personas. Es más directo.
"Soy una persona antes y otra después (. ). Uno se siente bien diciendo: hemos ganado una batalla, una de las que uno pelea por sí mismo", dijo.
De su paso por ese cuerpo le quedó un apodo, "Pingo", por el nombre de un pingüino de un popular tebeo al que recordaba al caminar con el traje lleno de agua.
El primer miembro de la Casa Real danesa en completar estudios universitarios (Ciencias Políticas, que cursó entre Dinamarca y Estados Unidos mejoró mucho su reputación cuando se le vio llorar a lágrima viva mientras esperaba en el altar en 2004 a su futura esposa, la australiana Mary Donaldson, a quien había conocido en los Juegos Olímpicos de Sídney.
Con la proclamada hoy reina Mary ha tenido cuatro hijos -Christian (18 años), Isabella (16) y los mellizos Vicente y Josefina (12)- y ha ofrecido una imagen de matrimonio joven y moderno que recogía a sus hijos en bicicleta, como tantos otros daneses, siguiendo su idea de darles una educación menos estricta.
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"Mi madre ha sido, como pocos, una con su reino. Espero ser un rey unificador", dijo en un breve discurso ante miles de daneses el nuevo rey, que se vio acompañado después por su esposa, la reina Mary, y sus cuatro hijos, encabezados por el nuevo príncipe heredero Christian.
La subida al trono de Federico X, de 55 años, se había hecho efectiva minutos antes en un Consejo de Estado al firmar la declaración de abdicación Margarita II, que a los 83 años anunció por sorpresa su retirada tras 52 años de reinado en su discurso de Fin de Año, aduciendo problemas de salud y la necesidad de dejar paso a la nueva generación.
Mi madre ha sido, como pocos, una con su reino. Espero ser un rey unificador.
"Su majestad Margarita II ha abdicado. Larga vida a su majestad el rey Federico X", repitió tres veces Frederiksen.
Federico, quien se refirió a su madre como "una regente fuera de lo usual", señaló que necesitará el apoyo de "mi amada esposa, mi familia y eso que es más grande que todos nosotros".
El discurso terminó con la elección del lema de su reinado, una tradición danesa, que será "Unidos, comprometidos por el reino de Dinamarca", que sucederá al "La ayuda de Dios, el amor de la gente, la fuerza de Dinamarca" de su madre.
A continuación, la reina Mary salió al balcón y, luego, se unieron sus cuatro hijos: Christian, de 18 años, Isabella, de 16, y los mellizos Vicente y Josefina, de 12 años.