"Boda de Isabel Preysler y Carlos Falcó - Un Enlace de Elegancia y Estilo"

Isabel Preysler y Carlos Falcó, Marqués de Griñón.

Su relación era el runrún de Madrid. La clase aristocrática comenzó a culpar a la filipina y a sentenciar que lo único que pretendía Isabel era un título nobiliario. Pero eso no mermó el declarado interés del marqués por casarse con ella. Así, el domingo 23 de marzo de 1980, contraían matrimonio, esta vez con absoluta discreción, en la pequeña y antigua capilla de la finca familiar de “Casa de Vacas”, en Malpica de Tajo (Toledo). Siete meses antes de la boda, Isabel había conseguido la nulidad de su matrimonio con Julio Iglesias gracias al Tribunal Eclesiástico de Brooklyn, en Nueva York (EEUU), famoso por su rapidez y eficacia como coladero. Fue el abogado Antonio Guerrero Burgos, fundador y ex presidente del Club Siglo XXI, de Madrid, perteneciente al cuerpo jurídico militar, duque de Cardona y grande de España, amigo íntimo de Carlos Falcó, quien ayudó a Isabelita a conseguir su objetivo.

Un nuevo horizonte se abría ante la ambiciosa y, a veces, esperpéntica, filipina. O al menos así lo pensaba Isabel Preysler. Pero poco o nada aportaba ella a este cerrado círculo aristocrático, salvo la seducción, siempre envuelta en un halo de misterio que pronto supo explotar, revalorizar y promover. Los flashes de los fotógrafos continuaban a su lado y la apuntaban con mayor interés y asiduidad. Era su época más gloriosa. Y además, contaba con un marqués que la protegía. Nada hacía presagiar por entonces que el matrimonio acabaría por derrumbarse.

El título de "marquesa" le dio a Isabel la oportunidad de introducirse en círculos más importantes e influyentes y de conocer a quienes de otra forma no hubiera conocido. Así coincidió en varias ocasiones con los Reyes.

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De la amistad al amor

Ella aún no era la reina de corazones, pero gozaba de gran popularidad. Su matrimonio con Julio Iglesias la había situado en el foco mediático, y su elegancia innata pronto la convirtió en un icono de estilo para la España de los ochenta.

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En 1978 sus caminos se cruzaron en un pase privado que la embajada norteamericana organizó de la película Fiebre del sábado noche. El marqués ya se había divorciado de Jeaninne e Isabel estaba a punto de separarse del cantante.

“Isabel Preysler y el marqués de Griñón, sorprendidos en Gitanillos mientras contemplaban la actuación de Olga Guillot”, decía ¡HOLA! en una de sus crónicas. Nuestra revista hablaba entonces con los protagonistas de la noticia. Y si bien Isabel insistía en que entre ellos sólo había “una amistad que no es de ahora, sino que viene de lejos. Desde que estaba soltera”; Carlos evadía la pregunta directa que lanzaba ¡HOLA!: “¿Estás enamorado de Isabel?” “-A esa pregunta me reservo la contestación. En su momento, me la plantearía”.

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La boda ‘secreta’ de Isabel Preysler y Carlos Falcó

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Apenas queda un día para la boda más esperada del año. Tamara Falcó e Íñigo Onieva darán mañana el ‘sí, quiero’. Y el escenario elegido para su paso por el altar no es otro que El Rincón, el palacio que fuera, durante tantos años, hogar de su padre, Carlos Falcó. Decía su hermana Xandra, hace tan sólo unos días, que el marqués se sentiría “muy feliz y muy orgulloso” con este enlace. “Adoraba a Tamara”, añadía.

Porque Tamara no sólo es heredera de su legado, sino de su título más preciado, el marquesado de Griñón, que, antes que ella, también ostentó su madre, Isabel Preysler, cuando el 23 de marzo de 1980, se casaba con Carlos Falcó en una íntima ceremonia, casi secreta, que causó un gran revuelo.

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Portada de ¡HOLA! de la boda de Isabel Preysler y Carlos Falcó

Isabel Preysler, su gran amor

Fue Carmen Martínez-Bordiú quien hizo de Celestina entre Carlos Falcó e Isabel Preysler. Una relación que durante un tiempo fue clandestina. Se conocieron en una proyección privada de la película Fiebre del sábado noche, cuando ella todavía estaba casada con Julio Iglesias. Lo suyo fue un flechazo y la boda casi inmediata. Se casaron el 23 de marzo de 1980 en la capilla de la ermita de Malpica del Tajo en Toledo. El aristócrata tenía todo lo que Isabel quería y tanto pedía a su anterior marido: estabilidad. "Estaba súper enamorado de mi madre. No le salió bien el matrimonio, pero yo era fruto de ese amor, donde él lo había dado todo, y ese amor me lo transmitió a mí", confiesa Tamara Falcó, su única hija en común.

Isabel Preysler, Carlos Falcó y su hija Tamara

Carlos Falcó y Isabel Preysler pusieron fin a su relación en 1985 tras siete años de relación, cuando ella se enamoró locamente de Miguel Boyer, el que sería su futuro marido. El marqués de Griñón defendió hasta el último momento su matrimonio, a pesar de los rumores que indicaban que entre su mujer y el ministro de Haciencia había algo más que una simple amistad. "Mi madre se sentía muy culpable por haberle dejado", asegura Tamara. Con el tiempo las heridas se curaron y se convirtieron en grandes amigos.

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