El legado de Marie Curie
Marie Curie dejó un importante legado médico, científico y cultural. No solo porque sus descubrimientos aportaron nuevos elementos a la tabla periódica, sino porque su entendimiento de la radiación y sus posibles aplicaciones médicas resultaron fundamentales para el desarrollo de la medicina moderna y salvaron numerosas vidas en la Primera Guerra Mundial. Sin embargo, Marie pagó un alto precio por ello: su salud, lo que resultó un primer ejemplo de los riesgos que representa la radiación para el bienestar humano.
Por otro lado, su brillante trayectoria científica constituyó un cuestionamiento a los prejuicios y discriminaciones de la época en contra de la mujer.
Después de su muerte, su nombre ha sido honrado en diferentes contextos científicos, como la unidad de medición de la radiactividad (curio o Ci), el elemento 96 de la tabla periódica (curio, de símbolo Cm) o el asteroide 7000 curie, descubierto en 1939, entre otros.
Referencias
- Lasca, P. (2021). “Marie y Pierre Curie: el encuentro idílico y el duro e imprevisto final de 11 años de amor”. Clarín.com. https://www.clarin.com/
- Ministerio de Cultura de Argentina. (2020). “Marie Curie, la mujer que cambió la ciencia moderna”. https://www.cultura.gob.ar/
- Muñoz Páez, A. (2020). Marie Curie. Penguin Random House.
- The Encyclopaedia Britannica. (s. f.). “Marie Curie”. https://www.britannica.com/
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¿Cómo citar?
"Marie Curie". Autor: Gilberto Farías. De: Argentina. Para: Enciclopedia Humanidades. Disponible en: https://humanidades.com/marie-curie/. Última edición: 2 noviembre, 2023. Consultado: 24 abril, 2024.
Sobre el autor
Licenciado en Letras (Universidad Central de Venezuela)
Opinión de Madame Bovary
Madame Bovary es una historia sobre personas, sobre cómo viven sus vidas y sobre cómo pueden arruinarse a sí mismas si se ciegan por sus sueños e ideales. Esto se ve claramente en sus dos protagonistas principales: Charles y, sobre todo, Emma Bovary.
El resto de los personajes siguen los pasos de estos dos protagonistas, y son tanto testigos como detonantes, directos o indirectos, de su desgracia. Pero todo lo que acontece en la historia es culpa de un matrimonio que no sabe cómo vivir su amor y, en lugar de comunicarse y solucionarlo, se deja llevar por un amor irreal. En el caso de Charles, la ceguedad del enamoramiento; en el caso de Emma, la idealización del romanticismo.
La existencia impuesta dentro de unos cuerpos que son capaces de ir más allá y desear más de lo que deberían termina por arruinar este matrimonio, víctima de la tragedia. Charles es conformista y sólo quiere ser feliz junto a su esposa y, para ello, es capaz de negar lo evidente: que su esposa lo engaña constantemente. Emma, por su parte, no se conforma con nada y vive de ilusiones irreales y amores imposibles que sólo tienen un final feliz en los libros.
Irónicamente, los sueños de Emma terminan por matarla y esto termina también con la vida de Charles, quien, de tanto conformarse, terminó siendo incapaz de escuchar a su mujer y ayudarla como era necesario. Una visión pesimista por parte del autor, que nos invita a pensar que los humanos somos soñadores por naturaleza, pero que soñar demasiado nos lleva a la infelicidad.
Última actualización: 10 mayo, 2020
Lector empedernido y amante de la fotografía. Me encanta la literatura de fantasía y ciencia ficción. Escribo resúmenes, opiniones y reseñas para ayudarte a decidir tu próximo libro.
El matrimonio con Pierre Curie
En los planes de Marie no estaba casarse, sino volver a Polonia y asumir un cargo en la docencia universitaria. Por ese motivo, rechazó el primer ofrecimiento de matrimonio de Pierre, con quien tenía una estrecha relación de amistad y compañerismo profesional.
En el verano de 1894, Marie regresó a Varsovia e hizo todo para quedarse. Consiguió un empleo y durante un año intentó ingresar al claustro de la Universidad Jaguelónica de Cracovia, pero fue rechazada por ser mujer. Justo entonces recibió una carta desde Francia, en la que Pierre le proponía que volviera y emprendiera un doctorado.
En 1895 Pierre y Marie contrajeron matrimonio. Ella, a partir de entonces, sería conocida como Marie Curie. Su boda fue sencilla y sin ritos religiosos, pues Marie, como su padre, profesaba el ateísmo, y ella vistió el mismo traje azul oscuro que emplearía durante años en su laboratorio.
Dos años después de su boda, nació su primera hija, Irène. Marie cursaba sus estudios doctorales, y atender a la niña se convirtió en un problema para la pareja, enteramente dedicada a sus investigaciones científicas, pero el suegro de Marie se mudó con ellos y se dedicó al cuidado de su nieta.
Los primeros hallazgos científicos de Marie Curie
La asociación entre Pierre y Marie Curie fue fructífera desde un comienzo. Inspirada en los hallazgos de Henri Becquerel (1852-1908) sobre los rayos que emitían las sales de uranio (U) y por el reciente descubrimiento de los rayos X por parte de William Röntgen (1845-1923), Marie eligió como tema de estudio doctoral la hasta entonces desconocida radiación del uranio, y empleó para ello un aparato electrómetro creado por su esposo y su cuñado quince años antes.
A través del estudio de otros compuestos minerales, como la pechblenda, la torbernita o la autunita, Marie descubrió la existencia de otros elementos que, como el uranio, emitían una forma desconocida de energía. De este modo se identificó el polonio (Po), llamado así en homenaje a la patria de Marie, y el radio (Ra) cuyo nombre proveniente del latín (radius, o sea, “rayo”) le permitió acuñar también el término “radiactividad”.
Los esfuerzos de Marie se centraron en identificar lo más posible estos nuevos elementos. Sus primeras publicaciones fueron muy bien recibidas, gracias a la intermediación de su antiguo maestro Gabriel Lippmann, y el éxito de Marie no se hizo esperar.
En 1900 fue nombrada catedrática de la Escuela Normal Superior, la primera mujer de la historia en ejercer este cargo. En 1902 había recibido ya dos veces el prix Gegner, con el que la Academia de las Ciencias de Francia apoyaba las investigaciones científicas, y en 1903 el prix La Caze. En 1903 defendió con éxito su tesis y recibió el título de doctorado, mención cum laude.
Ese mismo año, los Curie fueron galardonados con la Medalla Davy e invitados a Gran Bretaña a exponer sus hallazgos sobre la radiactividad, pero a Marie no se le permitió dar el discurso por ser mujer. Su disertación, en cambio, se tradujo a cinco idiomas y se reimprimió diecisiete veces en el mundo entero.
Personajes de Madame Bovary
Los personajes principales de Madame Bovary son los siguientes:
Se dice que Madame Bovary está inspirada en el caso real de Veronique Delphine Delamare, una ama de casa que se casó con un médico y cometió una gran cantidad de actos adúlteros antes de suicidarse en 1848.
Por su parte, la novela cuenta la historia de una mujer que nunca quiso renegar de su destino. En tres partes bien diferenciadas acompañamos a Emma, más tarde conocida como Madame Bovary, una amante de las novelas románticas que quiere vivir una historia de amor como la que lee en los libros, pero se desilusiona al ver cómo es la realidad de casarse con un hombre que no ama y es invadida por la amargura.
Primera parte
La historia comienza contándonos la infancia y juventud de Charles Bovary, un joven que aprendió a leer y escribir gracias a su madre, ya que su padre se gastaba el dinero en alcohol y juegos de azar. Charles decide estudiar medicina, pero, al no ser un estudiante brillante, aprueba en el segundo intento. Su madre, entonces, le instala un consultorio en el pueblo provinciano de Tostes y le obliga a casarse con Héloïse Dubud, una mujer viuda y mucho mayor que él, pero muy adinerada. Los pocos años que dura ese matrimonio son un infierno para Charles, que soporta los celos de su esposa, que llega a abrir sus cartas privadas.
Enamorado, visita de nuevo al señor Rouault para pedir la mano de Emma. Ella, que es una mujer amante de las novelas románticas y que quería experimentar en su vida lo que era la felicidad, la pasión y los arrebatos que se describían en los libros, acepta la proposición. Durante tres días se celebra su boda, donde se divierten muchas personas y sólo la madre de Charles se muestra reticente. Después de la noche de bodas, Charles siente cómo su vida comienza de nuevo y, ahora, por fin puede ser feliz.
Sin embargo, a Emma le pasa justo lo contrario. Tras marcharse a vivir con Charles a Tostes, no está cómoda con la situación. Víctima de la idealización de las novelas románticas, Emma creía estar enamorada de Charles y que, después de la boda, su vida de casada sería como la de los libros, pero no era así. No sentía la pasión ni la felicidad que añoraba desde sus años en el convento. Allí, ella leía novelas románticas a escondidas, imaginando ser una doncella de la Edad Media que esperaba por su príncipe. Y descubrió que, con Charles, pasaba más de lo mismo: soñaba con grandes amores, pasionales y animales, mientras su marido comparte techo con ella y no la hace sentir como quisiera.