Su matrimonio con Sonsoles Suárez
La entrevista comenzó, entre bromas y gestos de cariño, hablando de la relación de Pocholo con Sonsoles Suárez, hija del expresidente Adolfo Suárez, con la que se casó en septiembre de 1992 en el Monasterio de Piedra. “La conocí, me enamoré y le dije que nos íbamos a casar. Y nos casamos enamorados los dos”, declaró Pocholo.
Según siguió relatando, la boda fue “un poco estrepitosa” y multitudinaria. “Había de todo, políticos de un bando, de otro… Fue una boda un poco política”. Además de aristocrática. Su tío, Cristóbal, el yerno de Franco, no quiso asistir. Y tras la boda, llegó la luna de miel: “Perdimos un vuelo, y como iban enlazados, pues perdimos todos. Nos compramos una moto y nos fuimos a Paraguay y recorrimos toda Sudamérica con la moto, lo pasamos muy bien, la verdad”.
Su matrimonio con Sonsoles, sin embargo, solo duró dos años, aunque mantienen una buena relación. Por motivos de negocios (Pocholo iba a trabajar en un terreno de su padre donde criaban caballos y ganado), se trasladaron a Uruguay, y según explicó Pocholo, debido a las alergias de Sonsoles, ella lo pasaba muy mal allí. “Nos separamos y ella se fue a Mozambique a vivir, a ayudar en una escuela que tenía la reina Sofía, y se enamoró de un chico allí”, comentó.
La separación fue un duro golpe para la familia de Pocholo, que tenía mucho aprecio a Sonsoles. “Hubo mucha pena, mucha tristeza. Nos separamos de mutuo acuerdo, sin ningún tipo de discusión. Había que hacerlo. Nunca he hablado de ella porque no le gustaba nada que se hablara de ella, ni ella de mí. Así lo pactamos y así ha sido hasta hoy”, afirmó.
Respecto a la relación con su yerno, Adolfo Suárez, habló de él con mucho cariño, y afirmó estar seguro de que le caía bien y que tanto él como su mujer, Amparo, siempre le trataron muy bien y fueron muy cercanos.
El porqué de su apodo, Pocholo
Según le explicó Pocholo a Bertín Osborne, cuando su madre estaba embarazada le pusieron una inyección con la que le contagiaron a madre e hijo, aún en el vientre, hepatitis B (que aún sigue teniendo, pues por el momento no tiene cura). “Tuvieron que hacerle una cesárea, y nací a los siete meses. Mi madre sufrió muchísimo, ya antes de nacer la hice sufrir”. Y él estuvo muy delicado durante los primeros meses de su vida. Por ello, explica, todo el mundo decía: “este niño está pocho, se va a morir”, y de ahí que empezaran a llamarle Pocholo, pese a que su nombre es José María.
Pocholo Martínez-Bordiú recibió a Bertín Osborne en su casa de Ibiza para hablar de muchos temas, en una distendida y entrañable entrevista entre dos personas que se conocen y se aprecian desde siempre, y en un entorno maravilloso como es la isla en la que Pocholo lleva afincado más de cuarenta años.
La polémica con Cayetano Martínez de Irujo
Pocholo y Cayetano llegaron a ser grandes amigos. Los dos, miembros de familias de la aristocracia española, con gustos y aficiones similares, amantes de la buena vida y del deporte. Sin embargo, a raíz de la publicación del libro ‘De Cayetana a Cayetano’, la autobiografía del hijo de la duquesa de Alba, en la que habla de él, entre otros muchos personajes, esa amistad se ha roto. “Cayetano no ha tenido las ganas de hablar conmigo”, respondió Pocholo cuando le preguntó Bertín qué había pasado entre ellos.
El presentador, muy amigo de ambas partes, quiso mediar, y le dijo que Cayetano no es consciente de que su libro haya podido ser un problema para Pocholo. “Si hablas cosas que no debes hablar, pues te vas a enfrentar. El libro no lo he leído, pero sí he visto lo que ha dicho la prensa. Tanta educación para luego lo que ha hecho… Éramos muy amigos y fue una época muy divertida”, contestó Pocholo.
Bertín, firme en su papel de mediador, le dijo que todos cometemos errores en la vida, que Cayetano es consciente de que algunas cosas no debería haberlas dicho y que deberían hablar. “Que le perdone el cura, a mí lo que me gusta es la gente que da la cara. Ha habido gente a quienes les ha destrozado la vida. Para qué lo haces, no lo entiendo”, respondió. “Lo peor en la vida es ser chivato”, concluyó.