El inicio del romance entre Camila y Andrew
Camila Rosemary Shand era una joven debutante cuando conoció a Andrew Parker Bowles a principios de los 60. Parker Bowles era un oficial de caballería del ejército de su majestad, siete años mayor que Camila, cuando el hermano pequeño de este, Simon, los presentó. El noviazgo de más de una década fue largo, a la par que intermitente.
Era precisamente en esas idas y venidas en las que la pareja se relacionó de lleno con los miembros de la casa real. Mientras que Andrew mantuvo un romance con la princesa Ana, en 1972 Camilla conoció a Carlos. Dos personas que fueron y son muy importantes en la vida de Camila y Andrew Parker Bowles a día de hoy: Carlos como el segundo marido de Camila y Ana como gran amiga del exmarido de la reina.
El día que Diana de Gales se enfrentó a Camila Parker y estalló la guerra con el príncipe Carlos
La conocida como Princesa del Pueblo y la entonces conocida como Camila Parker Bowles lideraron un intenso cara a cara del que poco tiempo después se fueron conociendo todos los detalles. Y es que a pesar de que el detonante de este enfrentamiento era el triángulo amoroso que en su día creó el príncipe Carlos, este optó por salir corriendo, según comentó Diana, «como un pollo sin cabeza».
Un vestido de novia que reutilizó dos años después
Camilla eligió dos vestidos de la firma Robinson Valentine para su boda. El primero de ellos, que lució en la ceremonia civil, estaba realizado en gasa de seda color crema, de cuello redondo y por debajo de la rodilla, con un abrigo a juego bordado a mano y una pamela con plumas en el mismo tono del diseñador Philip Treacy.
Para la misa que tuvo lugar en el castillo de Windsor, la duquesa de Cornualles cambió el vestido midi por un vestido largo con falda con ligero vuelo en color azul grisáceo y un abrigo a juego con bordados de oro y cuello chimenea, que complementó con un bonito tocado dorado, también de Philip Treacy.
Lo más curioso es que es de las pocas novias reales que puede presumir de haber reutilizado su vestido de novia: lo hizo en junio de 2007, dos años después, cuando volvió a lucir el mismo conjunto de vestido blanco y abrigo a juego, esta vez con tocado y zapatos diferentes, para la inauguración de la Asamblea Nacional de Gales.
Así fue la boda de Camila y Parker Bowles cuando se cumplen 50 años del enlace
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Antes de que Camila se convirtiera en reina, antes de que fuera la segunda esposa de Carlos III, fue la señora de Andrew Parker Bowles. Concretamente, el 4 de julio de 1973, tras una ceremonia celebrada en la Guards Chapel de Wellington Barracks, muy cerca del palacio de Buckingham, a la que acudió la mismísima Isabel II, que, paradojas de la vida, acabaría siendo su suegra.
No obstante, la boda no sucedió por deseo o iniciativa de los novios completamente, sino que, como muchos otros momentos en la vida romántica de la hoy reina, terceras personas jugaron un papel fundamental. Hoy, 50 años después, en lo que sería la celebración de las bodas de oro de los Parker Bowles, la situación dista mucho de esa boda y el papel de Camila en la historia de la monarquía inglesa es totalmente diferente.
Remontándonos a los inicios de la relación con su primer marido, Andrew Parker Bowles supuso el primer quebradero de cabeza para la que un día tornaría en reina de Inglaterra. Un título, por cierto, proporcionado por la mismísima Isabel II, que especificó tal designación para Camila frente al título de princesa consorte con el que todo el mundo pensó que se la llamaría tras la coronación de Carlos.
Camila procede de una familia británica acaudalada con buenas relaciones entre la nobleza. La posición económica de su familia hizo que recibiera una educación privilegiada en algunos de los mejores centros educativos del mundo, como la escuela de posgrado Mon Fertile en Tolochenaz, Suiza. Más tarde, se mudaría a Francia para desarrollar sus estudios universitarios.