Las memorias de Liz Truss revelan la última conversación que tuvo con la reina Isabel, dos días antes de morir
Aunque hace más de un año y medio que la reina Isabel de Inglaterra falleció, su recuerdo parece estar más presente que nunca con los últimos acontecimientos sucedidos en el seno de la familia real británica. En ese sentido, a partir de las memorias de la primera ministra Liz Truss publicadas en 'The Sun', podemos saber con mayor detalle cómo fueron las horas y días previos a su muerte, el 8 de septiembre.
Truss, que ocupó el 10 de Downing Street durante tan solo 45 días, vivió como primera ministra la muerte de la soberana más longeva del Reino Unido y el ascenso al trono de Carlos III. Sin embargo, ha sido el encuentro que la política tuvo con la reina Isabel dos días antes de fallecer en Balmoral, el que toma relevancia. La política ha explicado que, pese a su avanzada edad, si algo destaca de esta reunión fue el implacable carácter de la monarca en sus horas finales.
En estas memorias, Truss explica que la Reina le dijo que se verían "de nuevo" la siguiente semana y que, dada la forma de la madre de Carlos III de pronunciar estas palabras, la política cuenta que pensó que "absolutamente eso pasaría". "Era una mujer extremadamente sabia y muy, muy atenta", expresa en su relato sobre el encuentro.
De ahí que la noticia de la muerte de la soberana a los dos días de este encuentro le sobrecogiera, tal y como ella misma ha manifestado. La ex primera ministra recuerda haber pensado: "¿Por qué a mí? ¿Porqué ahora?". Y es que, tal y como la política señala en sus memorias, el fallecimiento de la reina Isabel con todos los actos y eventos conmemorativos que ello implicaba supuso para Truss estar "muy lejos de mi zona de confort natural".
Un vestido de novia que reutilizó dos años después
Camilla eligió dos vestidos de la firma Robinson Valentine para su boda. El primero de ellos, que lució en la ceremonia civil, estaba realizado en gasa de seda color crema, de cuello redondo y por debajo de la rodilla, con un abrigo a juego bordado a mano y una pamela con plumas en el mismo tono del diseñador Philip Treacy.
Carlos y Camilla, a la salida de la ceremonia civil en Windsor.Para la misa que tuvo lugar en el castillo de Windsor, la duquesa de Cornualles cambió el vestido midi por un vestido largo con falda con ligero vuelo en color azul grisáceo y un abrigo a juego con bordados de oro y cuello chimenea, que complementó con un bonito tocado dorado, también de Philip Treacy.
Lo más curioso es que es de las pocas novias reales que puede presumir de haber reutilizado su vestido de novia: lo hizo en junio de 2007, dos años después, cuando volvió a lucir el mismo conjunto de vestido blanco y abrigo a juego, esta vez con tocado y zapatos diferentes, para la inauguración de la Asamblea Nacional de Gales.
74 años de la boda de Isabel II y Felipe de Edimburgo, el hombre que renunció a sus raíces por amor
Tal día como hoy, hace ya 74 años, la Reina Isabel II y Felipe de Edimburgo se convirtieron en marido y mujer durante una fastuosa boda real oficiada en la la abadía de Westminster. Los novios pasaron por serias dificultades antes de poder celebrar su gran día, empezando por el rechazo de buena parte de la opinión pública y de las altas esferas británicas a semejante unión. Ni siquiera el cielo londinense parecía querer poner de su parte, amaneciendo nublado y lluvioso aquel 20 de noviembre. Por fortuna, las nubes se retiraron a media mañana, como también lo hicieron en los años posteriores en los que los ciudadanos por fin aceptaron al príncipe como esposo de la soberana.
El mundo rinde homenaje a la reina Isabel II
La reina Isabel II y su estilo único y colorido 2:59(CNN) -- Uno de los muchos legados que dejó la reina Isabel II es una ilustración de cómo la ropa puede unir a una nación. Captada en movimiento por un ejército de hombres y mujeres detrás de una cámara a lo largo de su reinado de 70 años, la monarca británica con más años de servicio mostró una comprensión innata y fina de la marca visual.
El padre de Isabel, el rey Jorge VI, había explorado previamente el valor de la moda y la creación de imágenes con resultados positivos: en una misión para recuperar la confianza del público después de que su hermano Eduardo VIII abdicara para casarse con la estadounidense Wallis Simpson, que se había divorciado dos veces, Jorge invitó al sastre Norman Hartnell para examinar la colección de arte del Palacio de Buckingham en busca de inspiración. Mientras que la sofisticada Simpson vestía a la última moda, el rey encargó vestidos para su esposa e hijas que subrayaran las tradiciones y, en consecuencia, la estabilidad de la era victoriana.
El rey Jorge VI, la reina Isabel (más conocida como la reina madre) y la entonces princesa Isabel, hacia fines de la década de 1930. (Crédito: UIG vía Getty Images)
Tras la muerte de su padre, en 1952, la llegada al trono de la reina Isabel II trajo consigo la necesidad inmediata de volver a calmar a su pueblo. El espectáculo de Isabel, miembro glamorosa y carismática de la realeza, ahora se fortalecería con seriedad y autoridad para asegurar a los políticos, jefes de Estado internacionales y súbditos su intención de largo plazo.
Una íntima ceremonia en el ayuntamiento de Windsor con la ausencia de Isabel II
Apenas 28 invitados pudieron vivir en directo el 'Sí, quiero' de Carlos y Camilla, algo absolutamente excepcional en la boda de un príncipe heredero. Ambos estaban divorciados y apenas tres años antes, la iglesia anglicana había cambiado la norma para aceptar los matrimonios de personas divorciadas. Pero la iglesia de Inglaterra llegó al convencimiento de que era mejor un matrimonio civil, de tal manera que se convirtió en el primer miembro de la familia real inglesa en casarse de esta manera. A esa ceremonia civil no asistieron ni Isabel II ni Felipe de Edimburgo.
Después de la ceremonia civil, la novia se cambió de traje y acudieron a un servicio religioso en la capilla de San Jorge y una celebración posterior, en la que sí estuvieron los monarcas acompañados de 800 invitados.