Una íntima ceremonia en el ayuntamiento de Windsor con la ausencia de Isabel II
Apenas 28 invitados pudieron vivir en directo el 'Sí, quiero' de Carlos y Camilla, algo absolutamente excepcional en la boda de un príncipe heredero. Ambos estaban divorciados y apenas tres años antes, la iglesia anglicana había cambiado la norma para aceptar los matrimonios de personas divorciadas. Pero la iglesia de Inglaterra llegó al convencimiento de que era mejor un matrimonio civil, de tal manera que se convirtió en el primer miembro de la familia real inglesa en casarse de esta manera. A esa ceremonia civil no asistieron ni Isabel II ni Felipe de Edimburgo.
Después de la ceremonia civil, la novia se cambió de traje y acudieron a un servicio religioso en la capilla de San Jorge y una celebración posterior, en la que sí estuvieron los monarcas acompañados de 800 invitados.
19 años de la boda de Carlos y Camilla: los detalles que pasamos por alto
Tras tres décadas esperando, Carlos y Camilla se casaron el 9 de abril de 2005. Una ceremonia civil de apenas 20 minutos, una novia aquejada de sinusitis y dos looks nupciales que incluso reutilizó dos años después: repasamos algunos de los detalles de la boda de Carlos y Camilla, que celebran 19 años de casados este 2024.
El 9 de abril de 2005 es una fecha inolvidable no solo para Carlos III y la reina Camilla, sino también para la historia de la monarquía inglesa. Aquel día, Carlos y Camilla se casaron en Guildhall, el ayuntamiento de Windsor, en una sencilla ceremonia civil, y después ofrecieron una recepción en el castillo de Windsor, una de las residencias favoritas de la reina Isabel II y la que eligió para pasar el confinamiento durante la Covid-19.
19 años después de aquel día de primavera, las cosas han cambiado mucho para Carlos y Camilla. El eterno príncipe heredero ya es rey, aunque afronta este aniversario centrado en su recuperación del cáncer que le fue diagnosticado a principios de este 2024. Camilla, por su parte, no solo recibió el reconocimiento de la reina Isabel II en sus últimos días (dejó por escrito que quería que Camilla fuera reina) sino que se ha convertido en uno de los baluartes de la monarquía británica en tiempos convulsos. Con Carlos III de baja, Kate Middleton recibiendo quimioterapia tras su diagnóstico de cáncer y el príncipe William volcado en el cuidado de Kate y sus hijos, Camilla es el gran referente de la familia real británica y la encargada de llevar el peso de la agenda oficial junto con la princesa Ana y los duques de Edimburgo, Sophie y Eduardo.
Recordamos algunos de los momentos más destacados e inolvidables de aquella boda celebrada el 9 de abril de 2005, con la que sellaron una de las grandes historias de amor de la monarquía inglesa.
Un vestido de novia que reutilizó dos años después
Camilla eligió dos vestidos de la firma Robinson Valentine para su boda. El primero de ellos, que lució en la ceremonia civil, estaba realizado en gasa de seda color crema, de cuello redondo y por debajo de la rodilla, con un abrigo a juego bordado a mano y una pamela con plumas en el mismo tono del diseñador Philip Treacy.
Para la misa que tuvo lugar en el castillo de Windsor, la duquesa de Cornualles cambió el vestido midi por un vestido largo con falda con ligero vuelo en color azul grisáceo y un abrigo a juego con bordados de oro y cuello chimenea, que complementó con un bonito tocado dorado, también de Philip Treacy.
Lo más curioso es que es de las pocas novias reales que puede presumir de haber reutilizado su vestido de novia: lo hizo en junio de 2007, dos años después, cuando volvió a lucir el mismo conjunto de vestido blanco y abrigo a juego, esta vez con tocado y zapatos diferentes, para la inauguración de la Asamblea Nacional de Gales.