Un diseño para su propia boda
Con él comparte ahora sus estancias en Miami, lo que refleja el buen momento que vive la pareja. Lo auguraban las declaraciones que dio a Paloma Barrientos tras casarse: “Soy muy feliz. Ha sido todo precioso y muy emotivo. Nunca imaginé que algo así pudiera pasarme a mí. Casarme otra vez a los cincuenta no entraba en mis planes, y si además me hubiesen dicho que era con Josep, me habría entrado la risa. Todo ha salido perfecto y la gente disfrutó, que era lo que queríamos”.
Rosa Clará es el nombre de una persona y también el de una marca internacional de vestidos de novia que tiene puntos de venta en todo el mundo. En América, por ejemplo, hay tiendas de la firma en Estados Unidos, México, Brasil y Canadá. No es de extrañar, pues, que la diseñadora catalana haya decidido instalarse parte del año al otro lado del Atlántico. De este modo, puede dirigir sus negocios internacionales y controlar el horario americano.
Nunca se le cruzó por la cabeza vender como hizo su competidor directo
Pero eso sí, no piensa en hacer ‘un Palatchi’, que vendió su compañía por 550 millones de euros al fondo BC Partners. La Clará quiere seguir teniendo la vista puesta en el negocio, pero sin estrés.
Casada con un multimillonario.
El esposo de Rosa Clará es el empresario y financiero español Albert Torras. Torras y Clará se conocieron mientras ambos estudiaban en la Universidad de Barcelona y han estado juntos desde entonces. Además de ser el esposo de la diseñadora de moda, Torras ha tenido una exitosa carrera en el mundo de las finanzas y ha ocupado puestos de liderazgo en empresas como Deloitte y Arthur Andersen. Actualmente, es el presidente de la empresa de servicios financieros Addax Capital y ha sido miembro del consejo de administración de Rosa Clará desde 2008. Torras ha sido un gran apoyo para Clará en su carrera y ha contribuido al éxito de la marca Rosa Clará a través de su experiencia en finanzas y su visión empresarial.
Clará ha conquistado el ‘exfeudo’ de Puigdemont en Girona, dónde fue alcalde entre 2007 al 2016, al inaugurar la única franquicia de la ciudad. Para ese momento estaba vestida totalmente de negro, y de sus manos resaltaban dos enormes anillos blancos de brillantes y los dos enormes diamantes en sus orejas.
Cariñosa, afable, con don de gentes y con una sonrisa inherente a su talento, Rosa Clará se siente actuamente satisfecha. Su negocio nupcial es el segundo más potente de España con una facturación de 45 millones de euros anuales, según los últimos datos del 2014. Desde entonces, la firma no rinde cuentas a nadie. Excepto a Hacienda.
Su pasión por la vida y la creatividad en su ADN.
Según ella misma declaraba en 2017, quiere disfrutar de la vida; por lo que decidió dedicarse a viajar por el mundo para conocer diferentes culturas. Adicionalmente, fue una visionaria. Rosa Clará, de 62 años, supo aprovechar un vacío en el nicho de la moda nupcial a niveles inimaginables. Pero antes de que esto sucediera dejó de ser la mano derecha de Alberto Palatchi (72), exdueño de Pronovias, después de que se enfadaran y ella abriera en 1995 una pequeña tienda de prêt-à-porter en pleno Paseo de Gracia de Barcelona.
Aquella fue la semilla para crear el segundo imperio español de vestidos de novia que a día de hoy cuenta con 140 tiendas y 3.500 puntos de venta en todos los continentes. Tanto esfuerzo le ha supuesto un cierto desgaste, e incluso llegó a asegurar que su cabeza necesitaba descansar. Si hace cinco años Rosa confesaba que tenía que aprender a delegar, ese punto débil ya no existe.