La tristeza tras la boda de Charlene de Mónaco - Un evento especial teñido de melancolía

Charlene de Mónaco, el verso suelto de los Grimaldi

Pese a haberse casado con el heredero al trono monegasco, la nadadora ha sido, y continúa siendo, un verso libre dentro de su estricta familia. Siempre que ha podido, ha hecho gala de esa "libertad" que tiene: un claro ejemplo es que Charlene es la única 'royal' de Mónaco con cuentas oficiales en redes sociales.

Además, en ocasiones ha demostrado facetas que serían casi impensables en otros miembros de la realeza: desde admitir públicamente algo tan humano como el hecho de estar psicológicamente afectado por la pandemia a ¡raparse la cabeza, como si de una estrella del pop se tratase!

En 2020, la princesa sorprendió con este extremo look.

También al contrario que otras princesas, la gran labor solidaria que ejerce Charlene de Mónaco no se aprecia de puertas para fuera: sus viajes no suelen tener la etiqueta de viajes oficiales y ella prefiere no hablar en público de su lado más filántropo y humanitario.

La terapia de Charlene

El príncipe Alberto y sus hijos están muy involucrados en el proceso de recuperación, pero se mantiene el seguimiento médico, que incluye sesiones regulares. Los terapeutas deben volar a Monte Carlo o al revés. De hecho, a finales de marzo, se la vio en el aeropuerto de Niza camino de Suiza para una revisión. La información fue publicada por el programa Royal Talk, transmitida por el canal alemán RTL y se presentó como prueba una foto tomada muy de lejos. Aún así, se pudo apreciar su último cambio de imagen: la princesa lleva el cabello muy corto y rubio platino.

Charlene de Mónaco

La triste historia de Charlene de Mónaco: atrapada y enferma por amor

Charlene de Mónaco tiene una complicada historia a sus espaldas.

Puede que la ya conocida como "maldición de los Grimaldi" sea solo una leyenda urbana, pero los problemas por los que está pasando Charlene de Mónaco en los últimos meses han reavivado el pensamiento popular de que, al igual que sobre los Kennedy, sobre la familia real monegasca pesa una maldición. El origen de la leyenda se remonta al primer rey Grimaldi: el monarca tuvo un romance con una mujer a la que acabó abandonando y esta, presa de la ira, vaticinó que "nunca un Grimaldi encontrará la felicidad en un matrimonio".

A la vista están los divorcios de Carolina y Estefanía, y los constantes rumores de crisis e infidelidades a los que han tenido que hacer frente Charlene y Alberto de Mónaco. Pero la ahora princesa consorte del pequeño país de la Costa Azul no siempre ha tenido ese halo de melancolía en su mirada que le vemos de un tiempo a esta parte.

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