Déja que la amistad sea primero
Tal como lo había comentado en el post sobre los noviazgos virtuales la amistad debe ser lo primero que surja entre tú y ese chico, si apenas lo conoces y ya están hablando de una relación amorosa, existe una alta probabilidad de fracaso de la misma.
Y no es porque yo sea pájaro de mal agüero, sino debido a que se están saltando un paso sumamente importante, que es el de conocerse verdaderamente como personas, conocer sus intereses, sus gustos, y más aún sus verdaderas personalidades.
Porque cuando hay un cortejo de por medio, ¡olvídalo!, todos siempre mostramos nuestra mejor cara, la parte bonita, pero es durante la convivencia desinteresada y el trato a lo largo del tiempo que poco a poco vamos revelando nuestras distintas facetas.

Así que antes de aceptar ser su novia, dense un tiempo para conocerse mejor, sean tan solo amigos y aprovecha de conocer cómo es el comportamiento del chico en distintas situaciones y frente a distintas personas.
Conoce a su familia, fíjate como trata a las mujeres de su casa (madre, abuela, hermanas, primas…) porque seguramente así también podría tratarte a ti si aceptas entrar en su vida como algo más que una amiga.
Rodéate de sus amigos y amigas, fíjate con qué tipo de personas anda y cómo se comporta cuando está con ellos; permite que él también tenga acceso a tu mundo, a tu gente, de esa manera sabrás si podría o no llevarse bien con ellos.
El mito del amor romántico
Antes de profundizar en las etapas que atraviesan todas las relaciones de pareja, es interesante hacer mención al llamado mito del amor romántico. En la sociedad en la que vivimos estamos acostumbrados a recibir mensajes relacionados con el amor muy distorsionados y alejados de la realidad.
Esto nos lleva a aceptar que amar a la pareja implica sentir que el otro es nuestra media naranja, hasta el punto de coincidir y estar de acuerdo en absolutamente todo. Creemos que, en el amor, hay cabida para mariposas, pero no para heridas, críticas, enfados…
De igual manera, asumimos que querer tiene que ver con estar continuamente con esa persona, compartiendo siempre actividades e intereses. Además, también nos han inculcado que el amor es estático e invariable y que los sentimientos y el sexo permanecen siempre igual de intensos y floridos.
Por desgracia, el mito del amor romántico es, como su propio nombre indica, sólo un mito. Es decir, sólo es una imagen distorsionada e idealizada de lo que es el amor. Por ello, nada tiene que ver con la realidad de las relaciones de pareja. Lo cierto es que las relaciones pasan por distintas fases, deben lidiar con la adversidad, no coinciden en todo y necesitan tener un espacio individual y privado ajeno a la otra persona.
Muchas veces, el hecho de asumir estas ideas como ciertas es lo que nos conduce a tener unas expectativas irreales acerca de cómo debe ser nuestra relación de pareja. Por ello, es fácil frustrarse al ver que nuestro amor no es tan ideal como nos habían prometido.
Amar a una persona de manera real implica dificultades, pero también una enorme satisfacción cuando juntos se consiguen superar metas y obstáculos en sintonía. En este sentido, aceptar que toda relación implica subidas y bajadas y etapas de cambios y crisis, nos ayudará a vivir nuestras relaciones de una manera más consciente, realista y satisfactoria.
Sus acciones contradicen sus palabras
¿Cómo saber si me quiere o solo quiere pasar el rato? En primer lugar, si las acciones de tu pareja no son coherentes con sus palabras, es posible que no sepas a qué atenerte ni qué esperar de él/ella. Puede incluso que estos mensajes contradictorios te estén causando angustia y constantemente estés tratando de leer entre líneas qué es lo que tu pareja en realidad quiere o siente.
Algunas señales de que tu pareja no te quiere de verdad son:
- Te dice que te quiere, pero no muestra interés real ni preocupación.
- Te asegura que no está interesado/a en otras personas, pero coquetea con terceros.
- Quiere estar contigo pero te critica cuando estás a su lado.
- Te promete que te llamará después o escribirá luego, pero no lo hace.
- Te dice que te quiere, y poco después que te odia.
- Se enfada contigo y después se comporta de manera cariñosa, como si no hubiera ocurrido nada.
Por lo tanto, una discrepancia continua entre las acciones y las palabras de la pareja es un problema. Cuando las personas no se comportan de manera similar en circunstancias similares, generan inconsistencia e inestabilidad, provocando incertidumbre en la otra persona.
Olvídate del físico, mira lo que siente y piensa
Cuando se trata de escoger al novio adecuado, lo mejor será que dejes de lado los estereotipos.
Sí; es cierto, el físico atrae, pero lo que realmente determinará si ese chico y tú podrán tener una relación de noviazgo genuina y exitosa es precisamente lo que no está tan a la vista, es decir, lo que hay en el corazón y en la mente de esa persona.
Con esto no me estoy refiriendo a sentimientos del tipo romántico, te hablo de todo tipo de sentimientos y de pensamientos que ese chico pueda tener hacia ti.
Lo recomendable es que te fijes en un hombre con agallas, que esté dispuesto a apostarlo todo por ti, que esté dispuesto a estar a tu lado de manera incondicional, en las buenas y en las malas, un hombre que te proteja, que te apoye, que te escuche, que sea un verdadero amigo, un confidente, alguien a quien le importes tú, tu bienestar y el de los tuyos.
Obviamente, esto no se consigue solo a través de una cara bonita y uno que otro musculito.
Quizás te parezca que eso es ser muy exigente, pero créeme, Dios siempre querrá para ti lo mejor.
Si encuentras a un chico que ame a Dios con todo su corazón, seguramente estarás frente a un hombre que cumpla con todo lo anterior, y vaya que sí existen.
Mantén los ojos bien abiertos, quizás ese valiente ya exista en tu vida y lo tengas muy cerca, y puede que lo hayas estado ignorando por causa de estarte fijando en el chico malo, «El Musculitos».
¿Cómo debo reaccionar a esto?
Es normal que no estemos preparados para esta situación, ya sea que te haya pasado antes o te esté pasando ahora, la respuesta más directa es relájate, no te está terminando, sin embargo cuando le pasa a uno no le basta esta respuesta, queremos saber ¿exactamente qué hago? bien, pues comienza por.
No la interrogues
Cuando ella se decida a por fin decirte esto, habrá pasado mucho tiempo desde que lo viene pensando, no es una decisión que se tome a la ligera, así que ten empatía y no seas tóxico, además actuar correctamente ante la situación podría ayudarte y mucho, así que toma como regla no hacer ninguna pregunta, aunque quieras.
Escucha sus palabras y tómalo muy en serio
No hay nada peor que sentirse mal y ver que a la otra persona no le interesa, cuando alguien se tome el tiempo y la delicadeza de tratar esto contigo, no será positivo para ella, porqué si fuera positivo para ella "tomarse un tiempo" entonces te terminaría por completo
Y si todo estuviera bien, no se tomaría un tiempo, así que lo peor que puedes hacer es reírte o no prestarle atención, escucha en silencio y espera a que termine de hablar, ella lo agradecerá y será más probable que vuelvan, si te enojas por el contrario, le darás motivos para creer que lo que hizo fue lo correcto.
