Lectura del libro del Apocalipsis
Yo, Juan, oí en el cielo algo que recordaba el vocerío de una gran muchedumbre, cantaban:
“Aleluya. La salvación y la gloria y el poder son de nuestro Dios”.
Y salió una voz del trono que decía:
“Alabad al Señor, sus siervos todos,
los que le teméis, pequeños y grandes”.
Y oí algo que recordaba el rumor de una muchedumbre inmensa, el estruendo del océano y el fragor de fuertes truenos. Y decían:
“Aleluya. Porque reina el Señor, nuestro Dios, dueño de todo, alegrémonos y gocemos y démosle gracias.
Llegó la boda del Cordero,
su esposa se ha embellecido,
y se le ha concedido vestirse de lino
deslumbrante de blancura — el lino son las buenas acciones de los santos —”.
Luego me dice: “Dichosos los invitados al banquete de bodas del Cordero”.
Palabra de Dios.
Libro de Ruth (1:16)
Respondió: Rut no me ruegues que te deje, y que me aparte de ti; porque a dondequiera que tú vayas, iré yo; y dondequiera que vivas, viviré. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios será mi Dios. Donde tú mueras, moriré yo, y allí seré sepultada; así me haga Jehová, y aún me añada, que solo la muerte hará separación entre tú y yo.
Más valen dos que uno,
porque obtienen más fruto de su esfuerzo.
Si caen, el uno levanta al otro.
¡Ay del que cae
y no tiene quien lo levante!
Si dos se acuestan juntos,
entrarán en calor;
uno solo, ¿cómo va a calentarse?
Uno solo puede ser vencido,
pero dos pueden resistir.
¡La cuerda de tres hilos
no se rompe fácilmente!
¿Cómo empezar un discurso para una boda?
Puedes empezar por dar las gracias a los novios e ir de lo menos a lo más importante, para darle un ritmo que enganche a la gente. Así, deja lo más emocionante para el final.
O también puedes hacerlo completamente al revés, empezar por lo más importante e ir de mayor a menor relevancia. Tú eliges.