Combinar con complementos
A diferencia de lo que ocurre en las bodas de noche, las bodas de día regalan muchas más opciones en materia de complementos. Y el principal es el diseñado para la cabeza, ya sea una pamela, un canotier, un tocado, un turbante, una corona de flores o una diadema. Por la noche están terminantemente prohibidos, pero durante el día son unos accesorios geniales. Eso sí, deben acompañarse de joyas sencillas, olvidando los pendientes o colgantes largos, para evitar saturación y restar importancia a su poder de atracción.
Las pamelas deberían usarse más en las bodas tradicionales de primavera y de verano y en los momentos en los que no llueva, ya que, aunque se utilizan como complemento decorativo, su objetivo principal es proteger del sol. El protocolo dicta que se llevan con un vestido por debajo de las rodillas, volcadas hacia el lado derecho y que no se pueden retirar hasta el vals, siempre y cuando no sean muy grandes y no molesten durante el banquete. Además, lo ideal sería buscar el equilibrio con el vestido, dando mucha importancia al estilo de la pamela si el conjunto es poco llamativo, y quitándole peso si el traje llama más la atención. La idea es que ambos conjunten y no se pisen o recarguen en exceso el look. Las diademas de brillantes también son perfectas en este tipo de celebraciones. Con ambas opciones, los recogidos son los peinados ideales.
Para las bodas más desenfadadas, de corte boho o hippie, celebradas en el campo o en la playa, resultan más adecuados los tocados sencillos, las coronas de flores, las semicoronas o los canotiers, dependiendo del tipo de boda.
En cuanto a las joyas, lo importante es que ninguna de ellas “estropee” el conjunto. Si el vestido es sencillo, las joyas deben llevar el peso, siempre y cuando no haya complementos para la cabeza. Aunque también depende mucho del tipo de escote, pues las joyas no deben entrar en conflicto con él.
Elegir el corte del vestido ideal
¿Qué dice el protocolo sobre el largo del vestido? En las bodas de día no se recomienda un vestido de fiesta largo salvo si vas a tener un papel importante, como el de madrina o de dama de honor. Una estrategia que funciona en cualquier época del año.
Así, la recomendación es un traje de fiesta corto, ya sea midi por debajo de las rodillas o uno mini por encima. Unas propuestas que puedes encontrar en un sinfín de opciones, pues como las bodas de día son muy comunes, las posibilidades también crecen. El mono es otra excelente posibilidad para una boda de día. ¡Es una apuesta segura!
De todos modos, los vestidos largos para bodas de día no sobran tanto en bodas de corte bohemio o hippie, que generalmente se celebran en la playa o en entorno rural. Estos trajes son mucho más lánguidos y vaporosos, tan ligeros que siempre resultan frescos, y se distinguen por su estética más informal, a la que no aplica ningún tipo de seriedad extra, algo que sí es habitual en los vestidos largos de fiesta.
Vestidos rojos largos
Año tras año, todo tipo de mujeres eligen este color por su facilidad para combinarlo y porque es uno de los pocos colores que queda bien tanto a las morenas como a las rubias. Los vestidos de fiesta largos son ideales para bodas por la noche o en lugares cerrados.
Adaptarse al lugar de celebración
Aunque en el pasado las bodas se basaban solo en algunos patrones, actualmente la tendencia es diferente y las posibilidades de los espacios son mucho mayores. Y como las bodas han cambiado de estilo, los invitados tienen muchas más opciones de jugar con sus looks.
Así, ten en cuenta el lugar de celebración y el estilo de la boda para elegir entre un modelo u otro. En un ámbito más informal, apuesta por estampados o vestidos más ajustados, quizá con algún complemento más moderno. Esto es genial para bodas de estilo boho, donde el campo o lugares especiales como zonas industriales requieren una vestimenta más desenfadada. En caso de asistir a un evento más tradicional utiliza un solo color y combínalo adecuadamente con los complementos, dejando a un lado los tonos demasiado llamativos y buscando la elegancia por encima de todo.