La apuesta sin mangas de Chábeli Iglesias
Chábeli Iglesias y Ricardo Bofill se conocieron en un viaje a Marruecos y, poco después, su noviazgo se consolidó. Finalmente, se casaron un 11 de septiembre de 1993 en el Taller de Arquitectura de Ricardo Bofill padre, situado en la localidad barcelonesa de Sant Just Desvern, un lugar que les causó problemas, pues el párroco de la localidad se negó a celebrar la ceremonia religiosa por no ser el taller un lugar sagrado.
Finalmente, el juez de paz fue el encargado de oficiar la ceremonia, en donde Chábeli lució un vestido sin mangas de Dafnis, basado en una idea de Valentino. La prenda contaba con un detalle de encaje en la parte superior, que envolvía los hombros de la novia y combinaba con el resto del encaje del vestido y velo.
Además, contaba con una silueta ceñida a la cintura y un detalle de doble falda en la parte de abajo, en donde una era más corta. Esto aportó mucho vuelo y personalidad al vestido, que además combinó con un tocado en el cabello y unos pendientes de perla, añadiendo mucha sofisticación sin perder la jovialidad del resto del vestido.
tragedia y separación La otra ruptura de Mario Vargas Llosa: cómo era su relación especial con Tamara Falcó, la hija de Isabel Preysler
Mario Vargas Llosa, Isabel Preysler y Tamara Falcó. / GTRES
Cuando Isabel Preyler anuncia su ruptura con Mario Vargas Llosa desvela que el escritor se despide de la totalidad de su mundo. Desde su presencia, hasta su familia. Esto incluye a Tamara Falcó, con quien compartía una especial complicidad después de los ocho años que ha pasado junto a su madre.
La ruptura afecta directamente a Tamara por el cariño latente, un sentimiento que le llevaba a rememorar a su padre, Carlos Falcó. «Era como un niño pequeño hasta cuando falleció, y no me refiero a inmaduro, me refiero a esa curiosidad. De hecho, en algunos aspectos Mario me recuerda mucho a él porque también ha conservado eso», describe en su documental Lazos de Sangre.
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A Tamara le parece admirable la capacidad de aprender, sin importar la edad o estatus. Mario, ganador del Premio Nobel de Literatura, sigue interesado a sus 86 años por las personas que le rodean, lo que ha enternecido a la hija de su ex pareja (según ella misma ha confesado en entrevistas).
Se convirtió en uno más del clan Preysler, y ese atributo puede ser más poderoso que un título. Con ellos ha probado el lujo y, entre otras cosas, ha descubierto quién era Jimmy Choo. Fue un octogenario que se adentró en una nueva dimensión para él, donde los zapatos tenían nombre y apellido.
‘Son muy todoterreno los dos’
—Vosotros viajáis muchísimo por todo el mundo y habéis decidido llevar a vuestros hijos siempre con vosotros, pero me imagino que debe ser complicado, con dos niños tan pequeños. ¿Cómo os organizáis?
—Al principio, hace dos años, era un poco caótico, la verdad, pero ahora son muy todoterreno los dos niños, se adaptan muy bien a todo. Da igual si hay cambios horarios o si alguna vez tienen que tomar un vuelo a las dos de la mañana. No les cuesta nada. Lo llevan muy bien.
—Saben que su papá es campeón de tenis, ¿verdad?
—Saben que juega al tenis porque lo ven todo el tiempo. Mateo siempre quiere tener su minirraqueta en la mano, para ser como su padre.
—Cuántas cosas han pasado en vuestra casa últimamente, Ana. Primero la ruptura del compromiso de Tamara y ahora la separación de tu madre y Mario. ¿Cómo está ella?
—Yo la veo bien, la veo tranquila. Creo que, al final, ellos tienen que intentar ser lo más felices posibles y si separarse es lo mejor para ellos ahora, pues es lo que tenían que hacer.
“Tamara está bien. Ella tampoco se ha escondido en ningún momento. Lo ha visto todo el mundo, que sigue igual de fuerte que en el primer momento en el que empezaron a pasar todas estas cosas, y la veo tranquila y en paz”
—¿Te esperabas algo así o ha sido una sorpresa para ti, igual que para todos los demás?
—No, no me lo esperaba, pero también, como te digo, yo estoy casi todo el tiempo fuera, entonces, para mí no es fácil, no estoy en el día a día con ellos. No sé exactamente cómo estaba todo.