Un traje de novio color crema
Por su parte, el tenista profesional iba igual de impecable y acertado que ella. ¿Cuál fue su elección? Un traje de tres piezas en color beige, de Pedro del Hierro, combinado con una camisa blanca y una corbata en tonos azules. Un look elegante pero desenfadado, ideal para un ambiente tropical cerca de la playa.
La apuesta sin mangas de Chábeli Iglesias
Chábeli Iglesias y Ricardo Bofill se conocieron en un viaje a Marruecos y, poco después, su noviazgo se consolidó. Finalmente, se casaron un 11 de septiembre de 1993 en el Taller de Arquitectura de Ricardo Bofill padre, situado en la localidad barcelonesa de Sant Just Desvern, un lugar que les causó problemas, pues el párroco de la localidad se negó a celebrar la ceremonia religiosa por no ser el taller un lugar sagrado.
Finalmente, el juez de paz fue el encargado de oficiar la ceremonia, en donde Chábeli lució un vestido sin mangas de Dafnis, basado en una idea de Valentino. La prenda contaba con un detalle de encaje en la parte superior, que envolvía los hombros de la novia y combinaba con el resto del encaje del vestido y velo.
Además, contaba con una silueta ceñida a la cintura y un detalle de doble falda en la parte de abajo, en donde una era más corta. Esto aportó mucho vuelo y personalidad al vestido, que además combinó con un tocado en el cabello y unos pendientes de perla, añadiendo mucha sofisticación sin perder la jovialidad del resto del vestido.
“Muy tranquila”
—¿Cómo la encuentras ahora a nivel anímico?
—Creo que ha pasado momentos malos, pero la veo muy tranquila, en paz, a gusto. Le está yendo fenomenal profesionalmente y todas las personas que la queremos estamos aquí para arroparla, así que está en un momento en el que la veo bien y eso es lo importante.
—Ella misma ha confesado que está teniendo ayuda terapéutica y es algo que merece ser aplaudido, porque ayuda a tomar conciencia de lo importante que es cuidar también la salud mental.
—Me parece fenomenal. En muchísimos países es totalmente normal y en España cada vez es más común también. Por ejemplo, en Estados Unidos, todo el mundo está con psicólogos todos los días. La gente se está dando cuenta de lo importantísima que es la salud mental, de la necesidad de hablar con alguien y necesitar ayuda.
—¿Y tú recurres a este tipo de ayuda?
—Ahora mismo no. Pero, si me hiciera falta, no lo dudaría en ningún momento. En mi caso, como estoy viajando todo el tiempo con mi marido, también nos desahogamos con todas nuestras historias. Pero, si me hiciera falta, sin duda, acudiría.
—¿Cómo piensas celebrar estas próximas Navidades?
—De momento, las vamos a celebrar en Madrid. Y digo de momento porque mi familia cambia mucho de planes a última hora. Pero yo creo que las vamos a pasar en Madrid.
—¿Crees que tus hermanos Chábeli y Enrique vendrán a Madrid con sus respectivas familias?
—Creo que no. Si nos quedamos finalmente en Madrid, ellos se van a quedar en Miami. Cada vez tenemos más hijos y cada vez es más complicado. Julio también suele trabajar fuera en fechas navideñas. Entonces, creo que se complica un poco. Pero si no podemos reunirnos en Navidad, intentamos siempre reunirnos a principios de año, haciendo un viaje, para compensar.
Habla Ana Boyer
—Ana, ¿cómo estás viviendo esta noche tan efervescente de Moët & Chandon?
—La estoy viviendo de una manera muy especial porque he tenido la suerte de venir con mi madre y me apetece mucho compartir esta noche con Möet.
—¿Y por qué brindamos esta noche?
—Por reírnos mucho. Que haya mucha alegría.
—¿Cómo definirías el momento que estás viviendo actualmente?
—Muy bueno. Es un privilegio poder vivir todas las experiencias con mis hijos: los viajes que estamos pudiendo hacer y el tiempo que estamos pasando en familia, que, obviamente, no siempre se puede y es un lujo.
—En unos días —el miércoles siete— se cumplen cinco años de tu boda con Fernando.
—Me parece increíble que hayan pasado ya cinco años. Parece que era ayer cuando estábamos en nuestra boda. Hago un balance muy positivo de estos años y nos veo felices juntos, así que muy contenta.
—¿Cómo lo vais a celebrar?
—No creo que vayamos a hacer mucho. Haremos algún plan juntos y, durante el día, también con nuestros hijos.
—¿Qué destacarías de Fernando como marido?
—Como persona, destacaría millones de cosas, la verdad. Siento muchísima admiración por él porque es una persona superluchadora, muy disciplinada, con muchísimo talento… Y con nosotros, es un padrazo. Es el más cariñoso siempre, detallista y muy atento. De verdad, es una persona extraordinaria.
—¿Qué has aprendido de él en estos años?
—Esas ganas de superarse a sí mismo, sus ganas de luchar. Esa fuerza que tiene él la he admirado siempre y a mí me ha enseñado mucho estos años.
—También tenéis otra celebración a finales de diciembre, el segundo cumpleaños de Mateo. ¿Cómo ves lo rápido que ha crecido?