Una boda en una finca de ensueño
La boda, como decíamos, se celebrará en la finca sevillana ‘El Esparragal’, propiedad de la familia Oriol. Es una de las más impresionantes de la provincia de la capital andaluza por sus más de cuatrocientos años de historia y su espectacular belleza. Situada en Gerena, es además una de las más antiguas de Sevilla: el cortijo principal data de 1615, aunque su origen era un monasterio de la orden de los jerónimos hasta 1850. Después, pasó a manos particulares, se fue ampliando y, a mediados del siglo XX fue adquirido por los marqueses de Casa Oriol.
Actualmente consta de 2.700 hectáreas dedicadas tanto a cultivos de secano como de regadío, ganado vacuno y cría de caballos pura sangre española. La familia ofrece ‘El Esparragal’ como alojamiento, así como para celebrar diferentes eventos. Cuenta con 15.000 metros cuadrados de jardines donde el sábado 8 de julio tendrá lugar una cena para celebrar la boda entre Paloma y José Luis, así como una ermita donde contraerán matrimonio, alejados de miradas ajenas y con la comodidad de no tener que desplazarse fuera de la finca. La ermita, pese a ser propiedad de la familia Oriol, está gestionada por la Hermandad de la Encarnación de Gerena.
Una novia elegante y atemporal
Carolina confió en Navascués la confección de su primer vestido de novia. “Quería un diseño atemporal, elegante y nada recargado, pero con un toque de elegancia como son las mangas abullonadas”.
Su propósito era claro: “Quería sentirme una novia clásica, ya que creo que es el único día de tu vida que puedes ir así, y era el estilo de traje con el que más identificada me siento”. Y la firma se encargó de crear el modelo perfecto, que acompañó de un tocado hecho por Carmen María Mayz; y un ramo, de Blooms, en el que predominaban los verdes y algún toque blanco. Aunque el detalle más especial fue la cinta azul que anudaba las flores, con el nombre de sus cuatro abuelos para que, de algún modo, también estuvieran presentes ese día.
En cuanto a las joyas, optó por la sencillez, luciendo tan sólo su anillo de pedida y unos pendientes que le había regalado su suegra, ambos de Suarez.