El amor verdadero - La historia detrás de las novias de Juan Carlos de Borbón en el gran día

Alfonso XIII (1886-1941)

A los 27 años, Alfonso XII muere, dejando a su hijo Alfonso XIII al frente de la corona española. Tras una regencia con su madre, Alfonso XIII llega al trono y contrae matrimonio con la inglesa Victoria Eugenia de Battenberg. La hemofilia entra de lleno en la familia real española. De los seis hijos (Alfonso, Jaime, Beatriz, Cristina, Juan y Gonzalo), dos mueren por la enfermedad. El periodista especializado en historia, César Cervera, afirma en la serie documental Los Borbones: una familia real que: “El tema de la hemofilia en la familia de Alfonso XIII y Victoria Eugenia siempre fue una especie de elefante en la habitación, un tema muy incómodo del cual siempre Alfonso XIII culpaba a su mujer”.

Aunque no aparezcan en el árbol genealógico de los Borbones, Alfonso XIII también tuvo amantes e hijos ilegítimos aunque a día de hoy sigue sin esclarecerse el número. Solo uno de sus hijos ilegítimos, Leandro, el que tuvo con la actriz Carmen Moragas, fue reconocido años después como hijo del monarca y miembro de la familia real española.

Tras la muerte de Alfonso XIII en 1941 en Roma, la corona salta de cabeza en cabeza. El primogénito, Alfonso, renuncia voluntariamente a sus derechos sucesorios al casarse con una plebeya. El segundo heredero, Jaime, es sordomudo, por lo que su padre le presiona para que renuncie.

Beatriz y Cristina, corren turno por ser mujeres. Y así es como los derechos sucesorios recaen sobre don Juan, el quinto de los hijos del matrimonio real.

Alfonso XII (1857-1885)

Tras la muerte de su madre en el exilio, Alfonso XII vuelve a España y recupera el trono en 1874. Contrajo matrimonio con María Mercedes de Orleans. Desgraciadamente, la reina falleció cinco meses más tarde. Posteriormente, volvió a casarse con María Cristina de Habsburgo-Lorena. De este matrimonio nacieron tres hijos: Mercedes, María Teresa y Alfonso, que pasaría a ostentar la corona posteriormente como Alfonso XIII.

Según el historiador Carlos Seco, el rey gozó de una extraordinaria popularidad. “Es curioso que a esta popularidad contribuyese incluso ‘el donjuanismo’ impenitente de don Alfonso, muy dado a aventuras extramatrimoniales, de las cuales dos tuvieron especial resonancia -la de su devaneo con Adela Borghi y, de forma mucho más estable, sus amores con Elena Sanz, de la que tuvo dos hijos-”.

Caprile, en todas las quinielas

En toda boda que se precie, el secreto mejor guardado es el vestido de la novia. Aunque todavía no han trascendido detalles del mismo, previsiblemente el autor será Lorenzo Caprile. Además de uno de los modistos más reconocidos de nuestro país, es muy afín a la familia Borbón-Dos Sicilias. Ha firmado grandes vestidos para las tías de la novia, al igual que para su madre.

Fue el encargado de vestir el día de su boda a sus tías María y Victoria de Borbón Dos-Sicilias y a su tía segunda la infanta Cristina de Borbón en su enlace con Iñaki Urdangarin. Hace un par de años, en septiembre de 2021, recibió el encargo de vestir a su tía política Sofía Landaluce para que ejerciera como madrina en Palermo, en el enlace de su primo Jaime de Borbón-Dos Sicilias con Charlotte Lindesay-Bethune.

Sus amores de juventud

Quizá, su primer amor controvertido fue la condesa, periodista y escritora Olghina de Robilant. Nacida en Venecia el 3 de noviembre de 1934, fue en Roma, tras trasladarse a esta ciudad, donde se convirtió en una de las grandes protagonistas de la jet set y en una celebrity muy solicitada por todos los medios.

Con don Juan Carlos tuvo un sonado romance en los años 60, cuando el padre de Felipe VI era príncipe y estudiaba con 18 años en la Academia de Zaragoza. Olghina de Robilant tenía por aquel entonces 22 años. La revista italiana ‘Oggi’ publicó las cartas de amor entre el entonces cadete y la joven condesa.

En España la acusaron de traidora por haber vendido la correspondencia, una acusación que siempre negó y que efectivamente nunca se pudo comprobar. En esas cartas, don Juan Carlos le declaraba su amor: “Sabes que estoy enamorado de ti como ninguna otra chica hasta hoy. Pero también sabes que, por desgracia, no puedo casarme contigo. Debiendo, por tanto, escoger, creo que Gabriela (de Saboya) es la más conveniente”.

Juanito y Ella, que compartían cierta tendencia a romper con algunas normas, se sintieron muy pronto atraídos. No obstante, aunque según narran las crónicas de la época, él bebía los vientos por ella y llevaba consigo siempre su fotografía, ella se resistió tanto a ese noviazgo que finalmente nunca llegó a oficializarse.

Unos años de juventud en los que pronto se comprometió con la reina Sofía y en los que conoció también a la madre de su cuarta hija, Alejandra, cuya identidad, como decíamos, se guarda bajo llave.

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