Juan Gonzalo Ospina el abogado penalista de la familia de Edwin Arrieta en España
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La representación legal de Edwin Arrieta en España, la paralización del volcado de los terminales móviles de los canteranos del Real Madrid, la absolución de los “Ángeles del Infierno”, la retirada de la euroorden al hacker español que activó todas las alarmas en Francia… son solo algunos de los éxitos recientes y populares de este despacho penalista de Madrid cuya estrategia está basada en dispensar un trato boutique tanto a grandes causas como defensas penales imposibles.
Juan Gonzalo Ospina gana las primarias para representar a Ahora Abogacía en las elecciones del ICAM

El movimiento Ahora Abogacía propondrá al abogado Juan Gonzalo Ospina liderar su candidatura a las próximas elecciones a la Junta de Gobierno del Colegio de la Abogacía de Madrid (ICAM), que se celebrarán en diciembre. Según informa la agrupación, Ospina ha obtenido el 81,12% de los votos emitidos en las primarias que se han desarrollado desde las 8:00 de esta mañana hasta las 13:00 horas.
El proceso de primarias ha contado con la participación de 407 abogados colegiados en el ICAM. Durante el proceso de validación, previo a las primarias, se han suprimido 87 inscripciones consideradas no válidas por tratarse de personas no colegiadas en el ICAM, según el censo público de colegiados.
Al cierre de las primarias, las actas de las votaciones han sido depositadas ante el notario de Madrid Manuel Richi por el secretario del Comité Electoral, Martín Hernández-Palacios. Posteriormente, se ha comunicado el resultado a todos los candidatos nominados.
Ospina cuenta ahora con un plazo para aceptar liderar esta candidatura hasta la próxima reunión de la Junta Directiva de Ahora Abogacía, que tendrá lugar el lunes por la mañana. En caso contrario, se propondría automáticamente ser cabeza de lista electoral a Carolina Mata de la Torre, que ha obtenido un 8,16% de los apoyos.
Música en directo y mucho baile
Finalizada la boda, tal y como ellas mismas narraron en sus stories, se desplazaron hasta La Hacienda La Soledad, una finca cercana a Sevilla muy codiciada para la celebración de este tipo de eventos.
Entre los detalles a los que ha podido tener acceso Vanitatis está el catering, servido por Gastronomia Alfardos. La empresa de diseño floral y decoración de eventos La Galería Jesús Fuertes fue la encargada del ramo de la novia y de todas las flores que decoraron la iglesia y la finca. De hecho, los centros de las mesas fueron uno de los detalles que más llamaron la atención de las invitadas, que corrieron a presumir de ellos en sus redes sociales.
De agradable a irresponsable
En aquellos días previos a la boda hubo unas declaraciones de Alfonso de Borbón asegurando que había encontrado al amor de su vida: “Me caso por amor. María del Carmen es la mujer con la que me gusta estar, conversar. Es vitalista, agradable, excepcional. Reúne todo lo que para mí debe tener una mujer para ser feliz con ella”. Cuando las tornas cambiaron y Carmen se fue a París para vivir con Jean-Marie Rossi, el duque y padre de sus dos hijos sustituyó estos adjetivos en el proceso de anulación por los de “insufrible, caprichosa, de vida alegre, inmadura para el matrimonio, maniática, frívola, irresponsable. Ha tenido que recibir una buena formación religiosa, eso no lo dudo, pero no se ha reflejado prácticamente en su vida”.
La boda de la nietísima formaba parte de una estrategia que no cambió el destino de España, pero sí la vida de Carmen, que se casaba recién cumplida la mayoría de edad, que en aquel momento era a los 21 años. Para muchos fue un enlace apañado e incluso así lo dejaba caer el propio hermano, José Cristóbal, tiempo después: “Fue una boda de conveniencia. Es posible que algún miembro de la familia lo viera como una manera de perpetuarse en el poder”.
Aunque las crónicas de la boda no hicieron mención de los líos de familia, los hubo y de órdago. Don Jaime, padre del novio, estaba divorciado de Emanuela Dampierre, madrina del enlace, y quiso que su segunda esposa, la cantante Carlota Tiedemann, fuera invitada. Oposición radical por parte de Alfonso de Borbón y de la propia Emanuela, que llegó a decir: “Si esa golfa se le ocurre aparecer, yo no voy”. Por la otra parte, Carmen Franco y el marqués de Villaverde hacía mucho tiempo que solo eran matrimonio de cara a la galería. Franco se refería a él como “ese señor que se ha casado con mi hija”.
