Elena de Borbón
Va impecable. Esos zapatos azules, por cierto, son los que hubiera debido llevar Carla Pereyra. Ella no tiene nada que demostrar, ella es la hija del rey y no le hace falta ponerse un modelo estrambótico ni tocado ni joyas. Va elegantísima, el traje es realmente espectacular y le sienta perfecto, pero ha cometido un fallo enorme: las gafas de sol.
Las gafas de sol realmente pueden hacerte sentir más atractiva cuando no te encuentras en tu mejor momento. Las sientes como si te estuvieras poniendo una máscara, lo que realmente puede cambiar tu personalidad en un segundo. Pero no puedes usar gafas de sol dentro de una iglesia… por lo que por lógica tampoco las puedes usar a la entrada del templo.
Entiendo que ella no tenía su mejor día y por eso se puso las gafas. Además, la sonrisa que está mostrando es muy forzada. Si yo tuviera que hacer una afirmación arriesgada diría, basándome en la intuición, que ha estado llorando porque ha visto a su padre. Y que por eso se ha puesto las gafas.
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Victoria Federica
La noche anterior estuvo en una fiesta, y eso lo sé porque lo he visto en los medios, no porque tenga ni idea de cuál es su vida privada. Se ha levantado tarde y ha olvidado ponerse los pendientes. Entra en la iglesia sin ellos y sale con ellos. Entiendo que le molestaban, se los quitó en el taxi y los dejó en el bolso pensando que se los pondría justo al salir del coche… y olvidó ponérselos.
El traje es muy bonito pero los zapatos son un error garrafal. Ella tiene un estilista y el estilista obviamente no tiene ni idea de lo que se requiere para ir a una boda en un templo católico. Esos zapatos serían ideales para irse a bailar al Lulú hasta las seis de la mañana (si eres joven y entrenada y eres capaz de bailar sobre tacones), pero unos zapatos rojos no deben llevarse a una ceremonia católica tradicional, y ella lo sabe. Lo sabe muy bien porque ha crecido en ese ambiente. Por eso, el hecho de que sea ella, la nieta del rey, la que se ha puesto los zapatos rojos debe interpretarse como una señal.
Los zapatos rojos tienen una larga tradición en el imaginario popular. Transmiten confianza y audacia, poder y fuerza (por eso los usa Dorothy en El mago de Oz). El rojo es un color vibrante y que llama la atención, por lo que elegir zapatos rojos se entiende como una declaración de seguridad en uno mismo y de asertividad. Y como un mensaje sexy.
El hecho de que se haya puesto unas sandalias de tacón rojo implica que ella, de alguna manera sutil, nos está dejando caer que ella tiene una vida más allá del entorno extremadamente tradicional en el que ha crecido. Ella tiene otra vida más moderna, con otros intereses, y se permite ese pequeño fallo de protocolo. Porque puede, porque ella lo vale, y porque hoy es hoy.
Magdalena Martínez Almeida.
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Sobre el evento de este fin de semana en cuestión, no hubo "ni foto oficial ni posado, tampoco redes sociales para enseñar el anillo de compromiso y el reloj. Eso da una pista de cómo va a ser la boda"; dijo Cortázar, vaticinando una boda discreta. "Algunos apuntan a que se va a casar en el centro de Madrid. otros en una finca privada y que no veremos nada… Otros que irá a jesuitas, lo Jerónimos… Cuando llegue el gran día nos veremos."
La subdirectora de Es la mañana de Federico, Isabel González, señaló que Almeida opta "por tanta privacidad para que no sea como la boda de El Escorial de la hija de José María Aznar". Cortázar, por su parte, apostó por "una finca y en privado. Para casarte en Madrid en las grandes iglesias hay listas de espera para un sábado. Tienes que esperar años a veces. Si hacen trato de favor al alcalde, esta boda mal empieza".
¿Y qué hay de la familia de Teresa Urquijo? "A la familia no les preocupa la diferencia de edad, están encontradísimos". Una boda a la que Cortázar vaticina que irá la infanta Elena y su hija Victoria Federica, por la vinculación de la familia de ella al mundo del caballo.