Una boda clásica no siempre pasa de moda
Así como hemos detectado los errores del personaje de Kim, también hay que reconocerle sus aciertos: uno de ellos es su buen gusto. En los 22 años transcurridos desde el estreno de la película hasta hoy han cambiado muchas cosas, pero los detalles clásicos en la decoración de las bodas siguen vigentes.
La elegante decoración del salón con flores blancas, las velas y los candiles en la iluminación y el auto de los novios abriéndose paso entre la pirotecnia fría son algunos de esos detalles atemporales que no pasan de moda. También el vestuario: el escote de hombros caídos que lleva Cameron Diaz está más presente que nunca en los vestidos de novia 2019 y el color lavanda del vestido con corte sirena de Julia Roberts sobrevive bien al cambio de siglo.
¿Realismo en «La boda de mi mejor amigo? Algo de eso hay
«La boda de mi mejor amigo» habla, como toda comedia romántica, de la imposibilidad de encontrar el amor. Y la soltería que se potencia si, como dice George: “la mayoría de los hombres solteros tremendamente guapos de su edad son gays”.
Pero el reclamo no es exclusivo de Julianne: “se busca soltero de treinta y pico, sin compromisos (pero dispuesto a uno), heterosexual y ligeramente irresistible” ¿Quién dijo que el cine no es realista?
Viene spoiler de nuevo! (igual la vio todo el mundo, pero por si acaso…)
«La boda de mi mejor amigo» es de esas comedias románticas distintas. Julianne termina sola y sin promesas de amor, bailando con George, al ritmo de la archifamosa canción “I say a little prayer”. Porque como él le dice: “¡Que demonios! La vida sigue y quizás no haya matrimonio, quizás no haya sexo, pero…¡como vamos a bailar!”. Y al final, bailar sola también es bailar.
Título original: My best friend’s wedding
Duración: 105 minutos
País: Estados Unidos
Año: 1997
De yapa, lo menos visto de la película: los títulos del comienzo (típico que la agarrás empezada en el cable…)
*Este artículo fue publicado originalmente el 23/12/2013 en Suite101.net
Elige bien a tus damas
Apenas unos minutos después de conocer a Julianne, Kim ya la está nombrando dama de honor. Sabe que en el pasado hubo una corta historia de amor que dio paso a nueve años de perfecta idealización. Aun sabiendo eso, deposita su confianza en la ex de su prometido. ¿O es una manera de tener controlada de cerca a la mujer a la que tanto admira Mike? En cualquier caso, tiene sentido alejar a quien no te traerá la mejor energía, ¿no crees?
En un exceso de inocencia o de ignorancia de las artimañas de Julianne, Kim le confiesa a su antagonista que odia ir al karaoke, uno de los pasatiempos favoritos de su pareja. Y es normal que le genere ansiedad ponerse cantar al micrófono, porque precisamente la afinación no es uno de sus talentos. ¿Y dónde creen que la lleva Jules?
Por suerte, la anécdota tiene un final feliz para la novia, que termina conquistando a un entregado público. Moraleja: no abras la puerta de tus miedos e inseguridades cuando la expareja de tu prometido anda cerca.
Tráiler de "La boda de mi mejor amigo"
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