Amor en espera - Navegando la Intimidad en el Camino al Altar

En primer lugar, hablad de ello

Denise explica que el problema de hablar de temas delicados es que tendemos a "evitar herir tanto a la otra persona que no prestamos atención al daño que nos causamos a nosotros mismos". Para comunicarte con eficacia, intenta ser lo más explícito posible sobre las cosas concretas que necesitas o no quieres y evita hablar con tópicos o de forma indirecta. "Hazte cargo de cómo te sientes", sugiere, "independientemente de que seas tú quien tenga un mayor o menor deseo sexual".

Si te resulta difícil saber hacia dónde dirigir la conversación, aborda primero las tres áreas siguientes.

¿Qué hacer si mi esposo no puede tener relaciones conmigo?

Si tu esposo está experimentando dificultades para tener relaciones íntimas contigo, es importante abordar el problema de manera comprensiva y comunicativa. En primer lugar, es esencial tener una conversación abierta y sincera con tu pareja para comprender las razones detrás de su dificultad. Puede haber diversas causas, como problemas de salud, estrés, ansiedad o incluso problemas emocionales subyacentes. Asegúrate de brindar un espacio seguro y de apoyo para que tu pareja se sienta cómoda al compartir sus preocupaciones contigo.

Una vez que hayas identificado las razones detrás de la dificultad de tu esposo, es importante buscar soluciones adecuadas. Dependiendo de la causa raíz, pueden existir diferentes enfoques. Por ejemplo, si se trata de un problema de salud, es recomendable buscar la ayuda de un profesional médico para obtener un diagnóstico y tratamiento adecuados. Si se trata de estrés o ansiedad, es posible que se requiera terapia individual o de pareja para abordar estos problemas emocionales.

Además, es fundamental mantener una comunicación abierta y honesta durante todo el proceso. Asegúrate de expresar tus propias necesidades y emociones, pero también de escuchar y comprender las de tu pareja. Juntos, pueden explorar diferentes opciones y soluciones que les permitan reconstruir la intimidad y fortalecer su relación. Recuerda que cada pareja es única y lo que funciona para otros puede no ser aplicable en tu situación. Lo más importante es mantenerse comprometido y apoyarse mutuamente durante este proceso de búsqueda de soluciones.

5. Experimenta con otras formas de intimidad

Un problema recurrente que Relate ve en las parejas que luchan por su vida sexual es tener una visión lineal de lo que es el sexo. "No puedo insistir lo suficiente en la diferencia entre la intimidad y el coito", dice Denise. "Explora otras formas de dar placer al otro o a ti mismo, ya sea mediante la masturbación (por cierto, ¿conoces el movimiento ‘no fap’, que afirma que evitar la masturbación tiene beneficios?), el sexo oral o incluso simplemente besándose".

Ha descubierto que en muchas relaciones uno de los miembros de la pareja se aparta del otro cuando se besan o se tocan por miedo a defraudar al otro cuando luego se niega a tener relaciones sexuales. "Esto significa que una persona se siente rechazada incluso de los actos básicos de intimidad", explica. "Redescubrir estos actos puede impulsar realmente la vida sexual y lo que se siente el uno por el otro".

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