Amor en espera - Navegando la Intimidad en el Camino al Altar

¿Por qué un hombre no puede tener relaciones sexuales?

Según el libro «Soluciones para problemas íntimos de pareja: ¿Por qué mi esposo no puede tener relaciones conmigo?», existen diversas razones por las cuales un hombre puede experimentar dificultades para tener relaciones sexuales. Una de las principales causas podría ser la disfunción eréctil, que puede estar relacionada con factores físicos, como enfermedades cardíacas, diabetes o problemas hormonales. Además, el estrés, la ansiedad y los problemas emocionales también pueden afectar negativamente la función sexual masculina. Es importante destacar que estos problemas pueden tener un impacto significativo en la relación de pareja, generando frustración y desencuentros. En estos casos, es recomendable buscar ayuda profesional, como terapia de pareja o atención médica especializada, para abordar y resolver estas dificultades de manera efectiva.

¿Qué le puedo dar a mi esposo para que se le pare?

Para ayudar a resolver el problema de la disfunción eréctil en tu esposo, es importante entender las posibles causas detrás de este problema. La disfunción eréctil puede ser causada por factores físicos, psicológicos o una combinación de ambos. Algunas causas físicas pueden incluir problemas de circulación sanguínea, enfermedades crónicas como la diabetes o el uso de ciertos medicamentos. Por otro lado, el estrés, la ansiedad o problemas de relación pueden desempeñar un papel importante en la disfunción eréctil de origen psicológico.

Una opción para abordar este problema es buscar ayuda profesional, ya sea de un médico o terapeuta sexual. Ellos podrán evaluar la situación de manera más precisa y ofrecer soluciones personalizadas. Además, es importante mantener una comunicación abierta y comprensiva con tu esposo, recordándole que esta situación no es su culpa y que están juntos para encontrar una solución. También puedes considerar incorporar cambios en el estilo de vida, como llevar una alimentación saludable, realizar ejercicio regularmente y reducir el estrés.

1. Averiguad si el sexo es realmente el problema

No es necesariamente algo malo si lo único que quieres hacer cuando tienes una noche solo en casa es sumergirte en alguna de las mejores series de Netflix de 2022 o dormirte, pero si el sexo se ha convertido en lo último que tienes en mente, primero hay que averiguar si el sexo en sí es realmente el problema.

"A menudo puede haber problemas en el día a día de una relación que contribuyen a los problemas en el dormitorio, pero no se habla de ellos", explica Denise. "El trabajo, los problemas de dinero, los hijos, el no sentirse apoyado; todas estas cosas contribuyen a que una persona no quiera tener sexo tanto como la otra". Si uno de los dos tiene un bajón sexual, hay que averiguar los motivos que lo impiden. Es crucial abordar todo lo que está fuera de la relación física, ya que a menudo es la verdadera causa.

4. Si hablar no cambia mucho, toma medidas prácticas

Si te falta sexo en tu relación, mucha de la tensión no se habla y se convierte en el elefante de la habitación. Una forma de eliminar los silencios incómodos de la rutina de relajación es planificar el sexo en una rutina específica para no tener que discutirlo o ignorarlo.

Denise explica que un horario de sexo puede eliminar la tensión, pero subraya la importancia de conseguir la frecuencia adecuada para ambas personas. "Es necesario que ambos se sientan cómodos y que no se sientan presionados por un horario", recomienda. "Tanto si decidís hacerlo tres veces como una vez a la semana, consultadlo con el otro".

Para ver si un turno de sexo podría funcionar de verdad, hablé con Matt, un músico de 27 años que me contó que su vida sexual con su prometida fue rescatada al introducir uno.

"Suena muy victoriano y poco romántico", me dice, "pero nos ahorró la tensión de preguntarnos si íbamos a tener sexo cada noche, lo que me parecía una gran presión al ir a la cama". Matt y su prometida acordaron tener sexo cada cuatro días, lo que funcionó para el mayor deseo sexual de ella y el ligeramente menor de él. "En realidad no lo discutíamos", explica, "ahora, aparte de cuando el sexo no es factible, simplemente está programado en nuestras mentes, así que no nos molestamos ni discutimos por ello".

Qué hacer si tu pareja tiene menos ganas de sexo que tú (o al revés)

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Preguntamos a una terapeuta cómo abordar el problema común de tener una libido diferente a la de tu otra mitad.

Si la comunicación es la clave de una buena relación, seguramente también es el atajo para una vida sexual satisfactoria dentro de dicha relación.

Es más fácil decirlo que hacerlo cuando se trata de ser abierto sobre tus deseos si sientes que no son los mismos que los de tu pareja. Esto puede significar que te sientas rechazado porque sientes que siempre eres el que intenta conseguir algo, o inadecuado porque sientes que no puedes satisfacer las necesidades de tu pareja.

No es necesario sentirse culpable o avergonzado por tener un deseo sexual diferente al de la persona con la que estás, todos tenemos libidos muy diferentes que fluctúan constantemente, así que es natural que muchas relaciones acaben con deseos sexuales conflictivos.

Hemos hablado con Denise Knowles, terapeuta sexual y de relaciones de pareja de Relate, que nos ha explicado algunas formas de tratar el desajuste de los impulsos sexuales que son más prácticas que "aprender a comunicarse" y menos severas que acabar con él para siempre.

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