No tengo dinero
Es una excusa parecida a la anterior, pero si tienes trabajo y no quieres mentir mejor decir directamente que “no tienes dinero”. Es la respuesta más clásica y también la más comprensible, por lo que comentábamos del gran gasto que supone ir a una boda para un invitado, y no hablemos ya si la celebración es fuera de tu lugar de residencia. Así que esa excusa es más que creíble, especialmente si le añades algo como que te han bajado el sueldo, te han reducido las horas o te has metido en una inversión (un coche, casa, lo que sea) y no puedes tener más gastos. Es posible que algunas parejas te digan que no te preocupes por el regalo, que no hace falta, pero aun así puedes decirles que no puedes hacer frente al resto de los gastos.
Vivir lejos es el mejor salvavidas ante las bodas insustanciales. No vale vivir en la provincia de al lado, aunque residir a 500 km puede valer, ya que el desembolso (viaje, alojamiento, etc.) es mucho mayor que para otras personas. Generalmente, los familiares y amigos importantes pueden gozar del privilegio de tu asistencia, pero el resto tendrá asumido que no te moverás de tu lugar de residencia. Quizá visites a tu familia en el mismo lugar a las dos semanas, pero ellos no tienen por qué saberlo. Si vives en otro país, la invitación ni siquiera será enviada, aunque hay de todo. ¡No te fíes y prepara la excusa de la distancia en cuanto puedas!
Tengo un viaje planeado
Cuando hay viajes de por medio, nadie dice ni “mu”. Un viaje implica a otras personas, reservas, preparaciones e ilusiones entre los que ningún plan alternativo es capaz de interponerse. ¡Ni siquiera una boda! Cuando se casa un amigo de hace quinientos años o un primo octavo, los viajes se convierten en la excusa perfecta, sobre todo si son al extranjero y han supuesto un gran desembolso económico. Esta excusa puede ser real, pero si te la inventas, ¡cuidado con las redes sociales y con quien te encuentras porque te pueden pillar muy fácil la mentira! También puedes aprovechar y después de pensar esta excusa aprovechar y montar un viaje justo ese fin de semana.
Esta excusa también es muy creíble porque se entiende perfectamente que en esa situación no te puedes permitir gastos extra. No andas sobrado de fondos y lo dices de una forma que invite a la comprensión más que a la lástima. Si es verdad, no dudes en utilizar esta razón para no ir porque está más que justificado y es que las bodas suponen un gran gasto de dinero para los asistentes. Desde la despedida de soltera hasta el vestido de fiesta y los complementos para el look pasando, evidentemente, por el regalo que se haga a la pareja.
12 excusas para no ir a una boda: las mejores para salir del paso
¿Tienes boda y no quieres ir, pero no sabes qué excusa poner? ¡No te preocupes! Te vamos a dar las mejores y más creíbles excusas para quedar bien y librarte de esa celebración a la que no quieres ir.
3. Discurso de boda gracioso y emotivo
Cada persona es libre de escribir a su antojo, pero os recomendamos el equilibrio entre emoción y humor. Porque emocionar es clave cuando se trata de un discurso así y para ello son vitales las referencias al pasado, mencionar a personas importantes y hablar de los sentimientos que os han llevado a dar ese gran paso. Aunque suene melodramático o engañoso, busca las lágrimas del personal o un discurso que puede provocarlas. Esto significa que tus palabras y tono son lo suficientemente emocionantes.
Pero no te olvides del humor. La comedia ayuda a que todo sea más llevadero y en combinación con la emoción forman una bomba de relojería. Para empezar, el humor ayuda a romper el hielo, a calmar los nervios (tanto los tuyos como los de tu círculo más cercano) y a poner las bases de un discurso que, como decimos, debe bascular en torno a la comedia y a la emoción. Porque el humor rebaja la emoción para no convertir el discurso en una piscina de lágrimas o en un drama. Además, esta técnica potencia las sonrisas y las risas, dos de las más grandes formas de expresión que no pueden faltar en un día de alegría como ese. El humor es clave para la vida, para las relaciones, para afrontar todo de una manera más positiva. ¡No te olvides de él en tu boda!
Para hacer uso del humor, intenta no recurrir al chiste fácil, a los tópicos ni a las bromas pasadas de época. Busca ser original, ingenioso/a, tira de anécdotas y menciona hechos de todo tipo, tanto los conocidos por tu pareja (o por la pareja si eres uno de los invitados) como los que sean vox populi. Pero no conviertas el discurso en una interpretación exagerada o esperpéntica, pasada de vueltas. Esto no es el Club de la Comedia y quizá no tengas el talento como para buscar ese tipo de risas. Si hablas con una gracia comedida, seguro que te los metes a todos en el bolsillo.
Participamos en Teatro Rocinante:
DIRECTORIO CEDRAM/ROCINANTE.
PLANTA TECNICA DE "ROCINANTE": Raúl Medina, Rafael Covarrubias, Jorge Alberto Hernández, Bárbara Pohlenz, José Luis Morales. PERSONAL: Rocío Barragán, Alfonso Hernández, Ireri Margarita Araujo. ADMINISTRACION: María de Lourdes Arévalo. DIRECTOR TECNICO: Gustavo López Jiménez. DIRECTOR GENERAL: Miguel Ángel Cárdenas.
Idea original, documentación y realización de este blog/bitácora:
Lucía Puente-Treviño.
Dibujo del camión/Teatro Rocinante (en la portada de este blog):
"Morris" Jorge Alberto Hernández (técnico de Rocinante).