Protocolo de una boda religiosa: entrada a la iglesia
Primero los invitados
¿Cómo debe ser la entrada a la iglesia en una boda? Lo correcto es que todos los invitados entren en la iglesia a medida que vayan llegando y se sienten. Lo educado es hacerlo entre media hora y 15 minutos antes de la hora de inicio de la ceremonia, lo que garantizará que todo el mundo esté en su sitio cuando el novio primero y la novia después hagan su entrada.
Este es el protocolo de boda religiosa católica, aunque, al igual que ocurre en las bodas civiles, cada vez es más normal que las parejas y sus invitados opten por saltarse el protocolo de la boda, lo que en este caso se traduce en que familiares y amigos se sientan donde quieren.
Bodas religiosas: entrada del novio y la madrina
Una vez que todos los invitados ocupan su sitio y unos minutos antes de la hora de inicio de la ceremonia, es el momento de la entrada del novio a la iglesia. El novio entrará dándole el brazo derecho a la madrina –normalmente su madre, aunque puede ser quien vosotros queráis– y caminará hasta situarse a la derecha del altar, donde ambos esperarán de pie la llegada de la novia.
Orden de entrada en una boda para el cortejo nupcial: diferentes posibilidades
¿Cuál es el orden de entrada en una boda para las damas de honor? Si no hay niños precediendo la entrada de la novia, pueden hacer su entrada en la iglesia las damas de honor, ya sea solas o con los best men. En caso de ir acompañadas, lo harán en parejas hasta el altar, donde se colocarán las chicas en el lado izquierdo formando una fila y los chicos en el lado derecho simétricamente. Sin best men, el pasillo lo recorrerán las damas de honor en fila. Aunque las damas de honor también pueden entrar después de la novia. Se trata de una opción muy frecuente cuando hay un cortejo infantil previo.
'Estirando el chicle', la revolución del podcast tiene nombre de mujer
En marzo de 2020 llegó la pandemia y con ella el confinamiento. Fue entonces cuando, intentado aprovechar el éxito de Válidas y hacer más leves las horas en casa surgió la idea de hacer un podcast: Estirando el chicle. Desde casa y a través de videoconferencia fueron los primeros pasos del que se ha convertido ya en uno de los programas referentes del entretenimiento nacional, con más de 130.000 suscriptores solo en YouTube. "Estirando el chicle es un podcast de comedia que surge de la necesidad de Victoria y Carolina de rajar sobre todas las cosas que les indignan. Semana a semana y sobre un tema concreto, Carol y Vicky comparten experiencias y anécdotas con otras mujeres, hacen crítica social, se faltan al respeto y cantan. Cantan fatal", reza su presentación en Podium Podcast, la plataforma a través de la que cada viernes se puede escuchar un nuevo episodio.
Cada uno de sus capítulos gira en torno a un tema concreto y de lo más variopintos, como el arte, la infancia, los cánones de belleza, la depilación, el amor o el alcohol. Entre sus últimas invitadas se encuentran mujeres también de lo más dispares entre sí, desde Manuela Carmena, hasta Mónica Carrillo o Elvira Lindo, pasando por Leticia Dolera, Nagore Robles o Chelo García-Cortés.
Como en la inmensa mayoría de dúo cómicos, sus protagonistas se complementan perfectamente. Por un lado se encuentra Carolina, más calmada y reflexiva; por el otro, Victoria, más escandalosa y descarada. Ambas sin pelos en la lengua y dispuestas a hablar sobre temas muy cotidianos para la mayoría de las mujeres que, tradicionalmente, se han pasado por alto en el mundo del humor. "Cuando empezamos no teníamos grandes aspiraciones, ni tampoco nos parecía que estuviésemos haciendo nada especial, así que nos extrañó mucho que la gente se sorprendiese por los temas que tratábamos. Pero, claro, al final te das cuenta de que la gente está acostumbrada a escuchar discursos muy parecidos todo el rato", dijo Carolina en una entrevista con Vogue.
La respuesta de Patricia Sornosa
A Patricia Sornosa no le ha sentado muy bien este comunicado de Carolina Iglesias y en sus ‘stories’ de Instagram ha asegurado que ella siempre ha tenido ese discurso y que todo el mundo es consciente de lo que piensa. Además, ha expresado que si Carolina Iglesias y Victoria Martin consideraban que “soy un error, ¿para qué me invitan?”.
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Mónica Paredes
Asimismo, Carolina Iglesias ha asegurado que esta polémica le ha servido como aprendizaje. "Estoy en constante deconstrucción; en mis 29 años me he equivocado muchas veces y de cada error he sacado un aprendizaje. Aunque asusta, esa es la vida y también la profesión que he elegido". También ha invitado a sus seguidores a acompañarla en su proceso de construcción y aprendizaje.
“Otro aprendizaje es que nadie te enseña a gestionar una polémica, que no hay normas para enfrentarla y sentirla. El silencio no siempre comunica y mi silencio ha sido fruto del miedo al ver la magnitud de lo ocurrido, que me ha paralizado”, ha confesado la humorista gallega.
“Gracias a nuestro público que nos expuso su desacuerdo de una forma tan educada, es un orgullo teneros. Y de nuevo: lo siento. No he sabido gestionarlo mejor”, ha concluido su comunicado Carolina Iglesias.