Auge y crisis del espíritu de unidad
La sociedad se rearmó moralmente. Fue un punto de inflexión. Antes de acabar el año 1997 se creó la Fundación Miguel Ángel Blanco, en cuyo impulso participó RTVE, y surgió también el Foro de Ermua, creado por profesores y otros profesionales vascos, en pro de la unidad antiterrorista de los grandes partidos y de la disolución de ETA. Y la hermana de Miguel Ángel, Mari Mar Blanco, lleva años abanderando la defensa de la dignidad de las víctimas desde la Fundación Víctimas de Terrorismo, que preside, y como diputada del PP en el Congreso.
Si siguen el hilo de esta historia, tal vez recuerden que el espíritu de Ermua no sopló mucho tiempo donde quiso su gente. La firma al año siguiente de los Acuerdos de Lizarra entre los partidos nacionalistas, incluido HB, provocó la contraposición de un bloque constitucionalista que quebró la unidad surgida de Ermua y trajo la decepción por la trayectoria de lo que había sido la petición espontánea de un pueblo por uno de los suyos. La brecha política se hizo más profunda años después entre PP y PSOE y afectó a las asociaciones civiles por las negociaciones con ETA.
12 de JULIO
05.00 horas
Las portadas de la prensa
12.00 horas
La gran manifestación de Bilbao para pedir la liberación de Miguel Ángel Blanco congrega a más de 500.000 personas, la mayor de la historia del País Vasco. En ella coincidieron el presidente del gobierno, José María Aznar: el líder del PSOE, Joaquín Almunia; y el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, junto al lehendakari Ardanza y todas las autoridades vascas. El padre de Miguel Ángel no tiene fuerzas para ir. El resto de la familia sí acude.
Miles de personas por toda España se manifiestan para exigir a ETA que libere al concejal.
15.40 horas
Solo faltan 20 minutos para el fin del ultimátum y los etarras se disponen a cumplir su amenaza.
15.59 horas
16.00 horas: FIN DEL ULTIMATUM
Los etarras introducen a Miguel Ángel en el maletero de un vehículo.
Ponen rumbo a Lasarte, en Gipuzkoa.
Sobre las 16.10 horas.
El vehículo con Miguel Ángel Blanco y sus secuestradores llega a un descampado de la localidad por un camino estrecho por el que solo puede transitar un coche a la vez.
Irantzu Gallastegui se queda en el coche sujetando el volante mientras Geresta y Txapote obligan a Miguel Ángel a bajar. Caminan unos 20 metros por una pequeña senda.
Miguel Ángel Blanco tiene las manos atadas con un cable por la parte delantera del cuerpo.