"Vestido Boda Carmen Martínez Bordiú Balenciaga - Elegancia sin Límites"

La gran boda del año

El 8 de marzo de 1972, el Palacio de El Pardo se vistió de gala para albergar la que sin duda sería la gran boda del año y la culminación de una trama conspiratoria tramada desde el interior de la regia residencia. Quien conocía realmente a Franco sabía que por mucho que se celebrase esta ceremonia, no cambiaría de opinión respecto a su sucesor. Eso sí, Carmen Polo se mostró tan entusiasmada como el primer día y ese día - probablemente por única vez en su vida - su sonrisa consiguió equiparar al brillo de sus joyas.

Carmen Martínez-Bordiú y Alfonso de Borbón posan con su familia el día de su boda

Carmen Martínez-Bordiú y Alfonso de Borbón posan con su familia el día de su boda

Alfonso de Borbón vestía el uniforme diplomático, mientras que su prometida lució un diseño exclusivo realizado por el mismísimo Cristóbal Balenciaga. El modisto estaba retirado desde 1968, pero hizo una excepción para elaborar este vestido para el que se necesitaron 14 metros de raso natural de color blanco y reflejo gris rosáceo. A lo largo de él se bordaron flores de lis (emblema de los Borbones) hechas a mano con 20 carretes de hilo de plata y más de 10.000 brillantes (perlas, nácar y cristal). Todo ello coronado por una impresionante tiara de esmeraldas y un manto de 7 metros de longitud.

La lista de invitados sin duda estuvo a la altura de tal acontecimiento, aunque la convocatoria contó con más ausencias que asistencias : estaban invitadas todas las Familias Reales de Europa, pero únicamente acudieron los Príncipes Rainiero y Grace de Mónaco, la esposa del Aga Khan y el Príncipe Bertil de Suecia acompañado de sus sobrinas Cristina y Desirée. Como no podía ser de otro modo, los Príncipes Juan Carlos y Sofía ocuparon un lugar destacado en el enlace de su primo. Eso sí, sus rostros expresaban de todo menos alegría por estar allí.

Legado [ editar ]

El cierre de la casa de alta costura de Balenciaga en 1968 no supuso la desaparición de la "marca Balenciaga". La marca estuvo inactiva hasta 1986, cuando Jacques Bogart S. A. adquirió los derechos de la marca a los herederos de Balenciaga. [ 9 ] ​ Aunque desligada de la figura de su creador, Balenciaga se ha mantenido activa en el mundo de la moda desde entonces hasta la actualidad. Comprende productos de alta costura, prêt-à-porter, perfumería, joyas y otros complementos. La empresa Balenciaga se ha mantenido activa principalmente en la gama de perfumería y accesorios. En la actualidad, los bolsos Balenciaga son unos de los más deseados por las fashion victims. Otro de los objetos de deseo de la firma Balenciaga son sus zapatos, por su gran originalidad en el diseño. En las colecciones históricas del Museu Tèxtil i d'Indumentària destaca la de sombreros y tocados de Balenciaga, por su gran variedad de formas. En el taller de Cristóbal Balenciaga se formaron muchos modistos, algunos de los cuales alcanzarían fama internacional y llegarían a tener firma propia. Entre estos se cuentan Paco Rabanne, André Courrèges, Emanuel Ungaro, Hubert de Givenchy u Óscar de la Renta. Su obra ha sido objeto de numerosas exposiciones museísticas, empezando por una exposición antológica que le brindó el Museo Metropolitano de Nueva York en 1973 (The World of Balenciaga), que se exhibió durante siete meses, con 180 modelos expuestos. Los trajes de Balenciaga se acompañaron de pinturas de Goya, Velázquez, El Greco, Zuloaga, Miró o Picasso, en las cuales se habían inspirado los diseños del modisto vasco. Fue la primera vez que un museo de arte de la categoría del Museo Metropolitano de Nueva York ascendía vestidos a la categoría de obras de arte. En España se celebró también una exposición homónima, El mundo de Balenciaga, que se instaló en las salas nobles del Palacio de Biblioteca y Museos Nacionales de Madrid. En su localidad natal se estableció una fundación con el objetivo de crear un museo dedicado a su figura. Tras numerosos problemas y soslayado el proceso judicial sobre presuntas irregularidades en su gestión, [ 10 ] ​ se inauguró finalmente en Guetaria el 10 de junio de 2011 el Museo Balenciaga. [ 11 ] ​ [ 12 ] ​ El museo cuenta con unas 1200 piezas, aunque solo una parte se muestra simultáneamente. Las obras están expuestas sobre maniquíes invisibles. Su amigo, el escultor Eduardo Chillida, le hizo una escultura-homenaje llamada Homenaje a Balenciaga. La ciudad de San Sebastián le rinde también homenaje con un paseo, que se sitúa en el barrio de Igueldo, donde Balenciaga tuvo una casa.

Cristóbal, el discreto modisto vasco

Basta con acudir a cualquier archivo fotográfico para descubrir que el diseñador vasco era poco dado a la exposición pública, las fotos en las que sale retratado, solo o en compañía, son más bien escasas. La leyenda cuenta que veía sus desfiles, y las reacciones de los asistentes, desde un agujero hecho en las cortinas de las bambalinas. En su vida solo concedió dos entrevistas, tal vez porque consideraba que sus diseños ya hablaban por él.

En sus primeras colecciones, voluntaria o involuntariamente, Cristobal Balenciaga dejó claro quién era y de dónde venía. Porque es en ellas en las que están presentes «los colores que él veía en Guetaria, el azul del agua, el verde de las montañas, el rojo de los cascos de las embarcaciones», señala la escritora. Y en los años finales de su carrera acompañó un vestido de novia con un tocado similar «al gorro de los pescadores» tan presentes en su infancia.

Fotograma de la serie de Disney+ sobre Cristobal Balenciaga recreando uno de sus desfiles. / Disney+

Pero Balenciaga no solo fue vasco, y las «chaquetillas de los toreros» que creó «para que las mujeres las llevaran con sus vestidos», o la inspiración que encontró en pintores como Velázquez, El Greco o Zubarán también mostraban al mundo su amor por su país. Una España en la que «ayudó a vestirse y a disfrutar de la moda a las mujeres de la posguerra», apunta Fdez. Miranda, «pero no solo a aristócratas como Sonsoles de Icaza, sino también a muchas mujeres del norte que vestían Balenciaga en las casas de Eisa, la marca que tenía en España».

Galería: Los hermanos Martínez Bordiú, los siete nietos de Franco

Francis Franco en su juicio en Teruel

Francis Franco en el entierro de Carmen Franco

Francis Franco con sus hijos

Francis Franco conduciendo en Madrid

Carmen Martínez-Bordiú, Cynthia Rossi, Margarita Vargas y Luis Alfonso de Borbón en el funeral de Carmen Franco

Francis Franco en el funeral de Carmen Franco

Cristóbal Martínez-Bordiú en el funeral de Carmen Franco

Jaime Martínez-Bordiú y Marta Fernández en el funeral de Carmen Franco

Luis Alfonso de Borbón y Margarita Vargas yendo a la cripta de Carmen Franco

Carmen Martínez-Bordiú y Jaime Martínez-Bordiú llevando los restos de Carmen Franco

Carmen Franco junto a sus hijos

"Consciente de mi responsabilidad ante Dios y ante la Historia y valorando con toda objetividad las condiciones que concurren en la persona del Príncipe Don Juan Carlos de Borbón y Borbón (. ), he decidido proponerle a la patria como mi sucesor". Con estas palabras el dictador Francisco Franco proclamó el 22 de julio de 1969 al posterior Rey Juan Carlos I como su heredero y puso fin a años de especulaciones sobre quién sería el encargado de sucederle. Eso sí, Franco no pudo evitar con su decisión que las conspiraciones cesasen para conseguir sentar en el trono a otro de los nietos de Alfonso XIII : Alfonso de Borbón y Dampierre. Unas conspiraciones que partieron del mismísimo seno del Palacio de El Pardo.

Nulidad matrimonial, romances polémicos y la trágica muerte de su hijo

Carmen y Alfonso, muerto ya Franco, iniciaron los trámites de separación en 1979. Carmen había dejado a sus hijos en Madrid y se había instalado en París con un hombre 30 años mayor que ella: el anticuario Jean-Marie Rossi, al que había conocido en 1977, durante un crucero, en la ciudad italiana de Bari. Fue una gran pasión amorosa para Carmen.

Carmen Martínez Bordiú y Alfonso de Borbón con sus dos hijos, Francisco de Asís y Luis Alfonso.

En 1983, Carmen y Alfonso obtuvieron el divorcio, que confiaba la custodia de los dos hijos, Francisco de Asís y Luis Alfonso, a Alfonso de Borbón, algo que la sociedad española interpretó como un abandono de sus deberes como madre por parte de Carmen. La nulidad matrimonial llegó en diciembre de 1986. En la sentencia eclesial, se dice que Carmen era inmadura y caprichosa. La relación con Rossi duró dos décadas. Alfonso nunca aceptó aquella ruptura y pensó durante años que Carmen regresaría. Pero no fue así.

Luego llegó el gran golpe en la vida de Carmen: la muerte en un accidente de coche de su hijo mayor Francisco de Asís, de 11 años. Conducía su padre, a la vuelta de un viaje de ski, y se saltó un semáforo, chocando contra un camión. Su hermano Luis Alfonso sobrevivió. Ella misma ha declarado que no derramó ni una lágrima. «Cuando un dolor es tan fuerte se te secan las lágrimas», le contaba a Bertín Osborne hace unos años.

Tras varias relaciones, con los empresarios Roberto Federici, José Campos y Luis Miguel Rodriguez, Carmen ha rehecho de nuevo su vida su vida, a sus 72 años, en Portugal, junto a Tim Mackeague, un «coach australiano», de 35 años, alejada de la vida pública. Su tiempo lo distribuye entre las visitas a sus hijos, en Burdeos, donde vive Cynthia, y España, donde vive Luis Alfonso con su familia.

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