¿A qué se dedica Ana Boyer?
Debido a al renombre de su familia, tanto en lo público y mediático como en lo personal, muchos se preguntan con frecuencia cuál es la profesión de Ana Boyer. La pequeña de los Preysler se licenció en Derecho y ADE y dicen que desde la muerte de su padre en 2014, es ella quien revisa todos los contratos de publicidad de su madre y, de hecho, es quien le asesora en los acuerdos. Pero desde un año más tarde del fallecimiento del patriarca de los Boyer, la madrileña estuvo trabajando un tiempo en el despacho de abogados Uría & Menéndez.
Después, por motivo laborales, se trasladó a Sao Paulo para formar parte de la plantilla de empleados del banco BTG Pactual. Tras esto, conoció a su actual marido, por quien cambió gran parte de su vida. Según las revistas especializadas en corazón, la joven Boyer no ha vuelto a dedicarse a nada relacionado con su carrera, sino que ha pasado a colaborar con marcas publicitarias gracias a su impulso en redes sociales.
Un modelo de línea sirena
El modelo, de línea sirena, contaba con un corsé que se ajustaba al cuerpo, confeccionado en tul cristal varillado y complementado con un suave forro de organza en seda marfil. El velo de tul, de tres metros y medio de largo, salía de ambos manguitos del vestido -que luego quitó para la posterior celebración-. El ramo de la novia se trajo desde España y lo hizo Floreale.
En cuanto a su peinado optó por un look muy natural, acorde con el marco del enlace. “Me puse un adorno de flores y lo llevaba bastante natural, porque aquí, en un sitio de playa, es lo que me apetecía. Suelto, pero cogido un poco con las flores”. Las joyas que llevaba eran de Suárez -unos pendientes, una pulsera y un colgante- y la más especial el anillo de compromiso que me regaló Fernando. “Es un solitario precioso”.
Un lugar de ensueño en el mar Caribe
A principios de agosto del año 2017, Ana y Fernando amanecieron juntos en una playa de México, donde Fernando supo que había llegado el momento de la verdad. Tal y como nos confesaba la propia Ana, no se esperaba que le pidiera matrimonio. “En ese momento fue una sorpresa. Bueno, Fernando y yo ya estábamos muy en serio. Llevábamos mucho tiempo juntos y teníamos planes de futuro. Pero en ese momento fue una sorpresa, claro”.
Tras el compromiso, el siete de diciembre llegaba el gran día. Tenían claro que querían una boda íntima, rodeados de sus seres queridos y más allegados; y el lugar elegido para celebrar su unión fue Mustique -un lugar predilecto para la Familia Real inglesa, que es asidua del lugar-. En una de esas islas paradisíacas que existen en el Mar Caribe, tan pequeña que es difícil de situar en los mapas.