Historia de origen
Annabelle: Muñeca de porcelana vestida de blanco; con grandes ojos celestes; pelo rubio, lacio con flequillo y atado en dos trenzas; cejas muy finitas y arqueadas; pómulos pronunciados y rosados; una media sonrisa espeluznante. Nunca cambia la expresión de su cara.
Chucky: El aspecto de niñito adorable, pelirrojo con grandes ojos celestes, pecas y una sonrisa pequeña se transforma cuando es poseído y cobra diversas expresiones, de furia o satisfacción al asesinar a alguien. Su look se completa con un muy colorido suéter a rayas debajo de un enterito de jean. El nuevo Chucky tiene un vestuario parecido pero su pelo es de un tono un poco más oscuro y sus ojos también son rojos. En las siete películas anteriores Brad Dourif hizo la voz de Chucky, pero en esta nueva remake está a cargo de Mark Hamill.
Miedo vs Humor
Annabelle: Las tres películas son estrictamente de terror. En la tercera entrega de la serie hay algunas situaciones humorísticas entre los personajes, pero no está involucrada en ellas la muñeca.
Chucky: Comenzó teniendo como objetivo asustar pero las posibilidades humorísticas que ofrecía un inocente muñeco de juguete poseído que comete crímenes cada vez más exagerados fue llevando la serie de películas al terreno de la comedia de terror.
Comienzos de la serie de películas
Annabelle: Su primera aparición fue en El Conjuro, de James Wan. Apenas estuvo unos minutos en pantalla en el prólogo, como parte de un caso anterior de los investigadores de lo paranormal, Ed y Lorraine Warren. Los grandes ojos celestes, piel de porcelana un poco arruinada y cierta cualidad espeluznante hicieron de la muñeca uno de los objetos más memorables de ese museo del mal que los Warren mantenían en su casa. Así Annabelle, cual joven modelo descubierta en un shopping, consiguió que la eligieran para ser lanzada al estrellato con su propia película.
Chucky: Nació de la mente de Don Mancini, cuando estaba estudiando cine en la UCLA y escribió el guión de la primera película, inspirado por el cinismo del marketing y la publicidad para venderle productos a los niños. Un joven productor compró el guión y ese fue el puntapié inicial para una serie de películas exitosísimas.