Por qué Tamara Falcó puede ser una de esas 'personas vitamina' que recomienda la psicóloga Marian Rojas
La definición de Marian Rojas continúa: «Transmiten alegría e ilusión de vivir. Liberan emociones negativas y potencian lo positivo. Tienen sentido del humor». Si Tamara Falcó ha seguido los consejos de su psicóloga, normal que Íñigo Onieva le haya prometido la luna para volver. Él mismo lo ha reconocido en su perfil de Instagram: «Eres un ángel que Dios ha puesto en mi camino, que saca lo mejor de mi y me hace querer ser mejor persona en lo personal, profesional y espiritual».
Evidentemente, la guía de Marian Rojas también ha ayudado a la magia de esta pareja reconciliada. ¿Quién es esta psiquiatra? Se trata de una de las expertas centradas en el bienestar emocional más exitosas: su primer libro, Cómo hacer que te pasen cosas buenas (2018), lleva 40 ediciones y se vende en 40 países. Marian sigue los pasos de su padre, el psiquiatra y escritor Enrique Rojas, y de su abuelo, Luis Rojas Ballesteros.
La saga de los Rojas es bien conocida en la psiquiatría y psicología española, pues Enrique Rojas tiene aún más éxito que su hija con sus libros, superventas desde hace décadas. Además, la fe católica de la familia se alinea con la espiritualidad de Tamara Falcó, así como los temas que han interesado desde siempre al patriarca: el hedonismo, la permisividad, el nihilismo, la promiscuidad sexual y el relativismo.
La madre de Marian Rojas también es una profesional excelente en su campo, además de practicante católica y, como su esposo, vinculada al Opus Dei. Se trata de Isabel Estapé, hija de Fabián Estapé (uno de los economistas más influyentes en la Transición, catedrático, rector y asesor gubernamental), agente de bolsa, notaria y patrona de la Fundación La Caixa.
Isabel Estapé fue la primera mujer que ingresó en la Real Academia de Ciencias Económicas y Financieras de España, además de fundar una familia numerosa con cinco hijos. Desafortunadamente, los Rojas Estapé vivieron una dolorosa tragedia cuando su único niño, Enrique, se ahogó en la piscina familiar con solo dos años. Almudena, una de sus hijas, es monja de clausura.
Marian Rojas Estapé: 5 recomendaciones para no caer en la adicción a las pantallas
En su intervención, Marian Rojas apuntó 5 claves muy importantes que tenemos que tener en cuenta para que las pantallas no acaben dominando nuestras vidas, ni las de nuestros hijos. Vamos a verlas:
Lo primero que debemos entender es que los seres humanos, tanto jóvenes como adultos, accedemos a esos dispositivos cuando nos sentimos tristes o aburridos, enseñando así a nuestro cerebro a que “cada vez que hay aburrimiento o estrés, con un poquito de pantalla, nos sentimos aliviados”, explica Marian, y añade que: “Estamos acostumbrando a nuestro cerebro a no poder estar estresado o aburrido”.
En este sentido, Marian Rojas es tajante: “El estrés hay que aprender a gestionarlo, no buscar una vía fácil. Es como si alguien tuviera un minibar en su habitación y, cada vez que se sintiera estresado, se tomara un chupito de algún alcohol: es una sensación de bienestar, pero lo que estás haciendo es no gestionar bien tu vida”.
el secreto de la marquesa Quiénes son Marian Rojas y Francesca Román, las terapeutas que han sanado el corazón roto de Tamara Falcó
Tamara Falcó vive maleta en ristre su momento más dulce con Íñigo Onieva: la reconciliación va viento en popa a toda vela, de viaje romántico en viaje romántico. Les vimos enamoradísimos en Laponia y, ahora, volvemos a contemplarles disfrutando a lo grande en Praga. Son la vida estampa del perdón y la felicidad. Algo que, probablemente, tiene mucho que ver con las psicólogas de la marquesa de Griñón.
La heredera de Isabel Preysler ha vivido uno de los momentos más complicados de su biografía con su escandalosa ruptura con Iñigo Onieva, un trance que pudo superar gracias a sus cuatro pilares: «La fe, la familia, los amigos y el trabajo». Así lo confesó en su última entrevista, en Harper's Baazar, donde desveló un dato que no conocíamos sobre su salud mental: Tamara Falcó tiene a sus «terapeutas de cabecera».