Lo que no se vio de Letizia en la cena de gala en Holanda: el misterio del taburete, los pies ocultos de la reina y la conexión secreta de Amalia en Madrid

Después de que los reyes de los Países Bajos, Máxima y Guillermo Alejandro, recibieran con honores a Felipe VI y a la reina Letizia vestida de verde en la emblemática plaza Dam de Ámsterdam, los dos matrimonios, que han hecho gala de una gran conexión y sintonía en los últimos años, han participado en distintos actos de la cena de gala, el plato fuerte de la jornada. Ofrenda floral ante el Monumento Nacional, (con lookazo con mensaje de Máxima), almuerzo privado y visita a la Fundación Cruyff y al puerto de la ciudad, han marcado las actividades.
Pero el plato fuerte del día llegó por la noche con la cena de gala que los reyes de los Países Bajos han ofrecido a Felipe y Letizia. El despliegue de vestidos y tiaras que ha tenido lugar en el Palacio Real no solo nos ha permitido contemplar el esperado duelo de estilo entre Letizia y Máxima, la gran novedad ha sido el estreno de la heredera al trono Orange en una visita de Estado. Y la princesa Amalia ha arrasado en la cena de gala.
Una forma de identificar un vestido de gala es por su largo, el cual cubre las piernas en su totalidad y llega al suelo con una pequeña cola. A diferencia de los vestidos de noche, los vestidos de gala suelen ser más elegantes y sofisticados, y suelen ser utilizados para eventos de gala o ceremonias formales. Además, suelen estar confeccionados con materiales de alta calidad y tener detalles decorativos como pedrería o encaje.
Los vestidos de gala se distinguen por su largura, que cubre completamente las piernas y alcanza al suelo con una pequeña cola. Son más refinados que los vestidos de noche y se emplean en eventos formales. También presentan materiales de alta calidad y se adornan con detalles como encajes y pedrería.
