Acordar la vestimenta con la madre de la novia
Según lo que dicta la tradición, la madre del novio es la que primero debe escoger su look y avisar a la madre de la novia para no coincidir excesivamente, sobre todo en el color. La madrina puede hablar con ella para no evitar situaciones embarazosas o, si lo prefiere, dejarlo en manos de la novia, que será quien mejor podrá mediar sin que ninguna de las dos partes se enfade.
¿Qué llevar en la cabeza?
Según dicta el protocolo, todo vale. Desde no llevar ningún tipo de adorno en el pelo hasta optar por un tocado, un sombrero, una pamela o una mantilla. El primero podrás llevarlo indistintamente a lo largo de toda la jornada, mientras que el tocado y el sombrero son solo válidos para enlaces de día. Según dicta el protocolo, deberás mantenerlos durante toda la ceremonia.
Respecto a la mantilla, y aunque ha tendido a desaparecer en muchas zonas de España, es una de las señas de identidad protocolarias de las madrinas de boda. Se suele llevar en las ceremonias religiosas, y su color y largura dependerá de la hora del día en que se celebre el enlace. A su vez, el largo también deberá ir acorde con la altura de la madrina.
Y recuerda que el peinado que elijas tendrá que ir en consonancia con el tipo de accesorio que hayas elegido para el cabello. De nuevo, todo sirve: dejar el pelo suelto o bien apostar por un semirecogido o un recogido en tendencia.
¿Qué color es el más adecuado?
Ni que decir queda que el blanco y las tonalidades beige, marfil, nude y similares están totalmente prohibidas para las invitadas, ya que son colores reservados para la novia que es la gran protagonista del día. También hay que tener en cuenta que, mientras en las bodas de día el negro es también es un color tabú, en su versión nocturna es muy buena opción, porque el negro está considerado como un color elegante. Eso sí, lo recomendable es combinarlo siempre con complementos llamativos para darle un toque de alegría al look. Un outfit total black solo haría parecer que se está en un funeral, y una boda siempre es motivo de alegría.
Lo mejor es apostar por colores alegres y evitar, a toda costa, el blanco