La apuesta sin mangas de Chábeli Iglesias
Chábeli Iglesias y Ricardo Bofill se conocieron en un viaje a Marruecos y, poco después, su noviazgo se consolidó. Finalmente, se casaron un 11 de septiembre de 1993 en el Taller de Arquitectura de Ricardo Bofill padre, situado en la localidad barcelonesa de Sant Just Desvern, un lugar que les causó problemas, pues el párroco de la localidad se negó a celebrar la ceremonia religiosa por no ser el taller un lugar sagrado.
Finalmente, el juez de paz fue el encargado de oficiar la ceremonia, en donde Chábeli lució un vestido sin mangas de Dafnis, basado en una idea de Valentino. La prenda contaba con un detalle de encaje en la parte superior, que envolvía los hombros de la novia y combinaba con el resto del encaje del vestido y velo.
Además, contaba con una silueta ceñida a la cintura y un detalle de doble falda en la parte de abajo, en donde una era más corta. Esto aportó mucho vuelo y personalidad al vestido, que además combinó con un tocado en el cabello y unos pendientes de perla, añadiendo mucha sofisticación sin perder la jovialidad del resto del vestido.
Su cambio de vida: Miguel y Mateo
Ana le desea lo mejor a su hermana y que sea tan feliz como lo es ella desde que unió su vida a Fernando Verdasco. Hace poco cumplieron una década juntos y cinco años de matrimonio y, en este tiempo, sus vidas han ido avanzando, siempre de la mano y en la misma dirección. “Fernando y yo hemos evolucionado mucho como pareja y nos hemos ido adaptando el uno al otro. Creo que nos hemos compenetrado muy bien y hemos compartido todos nuestros proyectos de futuro”, nos contaba recientemente.
“Tamara ya es una experta en todos los temas de la boda porque se está ocupando de todo y tiene muy claras las cosas que le gustan y que no”
Pero su gran cambio llegó en forma de auténtica revolución de amor con la llegada de sus hijos. Miguel cumplió cuatro años el pasado mes de marzo y Mateo cumplirá tres en diciembre y son el centro de su mundo. La abogada y el tenista disfrutan de cada segundo con sus niños y se han convertido en una familia trotamundos, ya que, siempre que pueden, viajan con los pequeños por todos los circuitos de tenis en los que Fernando participa. De su matrimonio, de cómo se prepara para el enlace de su hermana, de sus hijos y de sus planes de futuro nos ha hablado Ana en este reportaje, donde posa espectacular en el Caserío Aldeallana, en Segovia, con joyas de Rabat de las colecciones Rainbow, Diamonds, Three Wishes, Gold Essentials y Black & White.
—Ana, después de tantos años trabajando con la firma Rabat, ¿cuál es la joya más especial para ti?
—Me gustan mucho las joyas Rainbow, de Rabat, y también la colección Three Wishes, porque tiene muchas joyas que se pueden usar en el día a día y eso me encanta. De Rabat me han conquistado muchas cosas, pero, sobre todo, los valores que representa, como la familia. Además, tenemos muy buena relación desde hace años y nos lo pasamos genial juntos.