La primavera ya no volverá a ser lo mismo cuando pruebes esta cerveza ideal para todos tus planes
La novia lució dos vestidos en uno, con los que consiguió ese efecto sorpresa y transformador. Como base lució un diseño de satén rústico que, para la ceremonia, complementó con un abrigo del mismo tejido con detalles de encaje en las mangas. Para la fiesta prescindió de esta prenda y añadió en los hombros del vestido una base plumas. "Para darle un toque distintivo y un aire de gracia y movimiento", apunta.
Dos vestidos en uno, la elección de Paula
"Siempre tuve claro que quería un vestido convertible para mi boda. Me inspiró la idea de jugar con dos estilos en un solo día: uno elegante y formal para la ceremonia religiosa y otro más libre y desenfadado para la fiesta", nos explica la novia. Por eso, cuando llegó el momento de buscar no tuvo dudas y recurrió a los diseños de María Baraza, experta en este tipo de creaciones.
Paula nos explica que se sintió cautivada por los modelos que la creativa proponía en su colección Eternas. "Me cautivó la manera que ha tenido la diseñadora de presentar esta colección, homenajeando a la imagen atemporal y cariñosa de nuestras abuelas, simbolizando así una conexión generacional. Me enamoré del diseño Veniciana, especialmente de la chaqueta. Sin embargo, decidí personalizar el vestido base optando por una estética más relajada", nos cuenta.
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La boda gallega de Paula, la novia del vestido convertible y el abrigo con detalles de encaje
Entre los muchos condicionantes que existen a la hora de elegir un vestido de novia, están que favorezca la figura de quien lo lleva, represente su estilo y personalidad y sea acorde al tipo de ceremonia que se va a celebrar. Esta última circunstancia ha hecho que, en los últimos años, ganen protagonismo los diseños convertibles: prendas que evolucionan a lo largo de la celebración, adaptándose a cada momento. Una elección que convenció a Paula, que apostó por un diseño de María Baraza para expresar distintas facetas de su personalidad a lo largo del día.
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Su historia de amor
Paula y Álex se conocieron el 2009, cuando prácticamente eran unos niños. "Desde aquel momento, siempre supimos el uno del otro ya que teníamos amigos en común. Aunque cada uno siguió su propio camino, esos vínculos compartidos nos mantenían informados sobre la vida del otro de alguna manera. Fue años más tarde cuando nos reencontramos, y desde aquel momento, no nos hemos separado".
