"El Vestido de Novia de Eugenia Martínez de Irujo"

"Lo que a mí no me habían permitido"

Sobre esa tiara haría entonces un comentario muy irónico el periodista Carlos García-Calvo en 'Sabor a ti', analizando que quizás no deberían lucirse joyas de una mujer tan desgraciada en su matrimonio como lo fue la emperatriz Eugenia. Un presagio que no parecía compartir Cayetana de Alba, como ella misma decía en sus memorias, 'Yo, Cayetana'.

"Mi única hija se iba a casar con un torero. Lo que a mí no me habían permitido lo iba a hacer mi hija. Por fin, los Alba, tan amantes de este arte, de Andalucía, ligados desde generaciones a los toros, iban a cruzarse con una gran dinastía. En realidad, no con una, sino con dos, tres, cuatro, porque Fran Rivera era un Ordóñez, un Dominguín, un Rivera… El nieto de mi gran amigo Antonio Ordóñez, una de las figuras más grandes del toreo", escribiría la duquesa. De hecho, su yerno sería el primer torero de la historia en tener un título nobiliario como duque de Montoro.

Menos claro lo tenía Carmina Ordóñez, ya que, sugiriendo una 'espantá' al estilo de Juan Ortega en su boda con Carmen Otte, la madre de Fran Rivera le dio un consejo a su hijo antes de partir hacia el altar. Así lo reveló él mismo en una entrevista con Anne Igartiburu: "Mi madre sabía que éramos muy jóvenes. Que era un poquito precipitado, que no estábamos preparados para eso", reflexionaba sobre los 24 años del novio y los 29 años de la novia.

"La noche antes me cogió y me dijo: 'Esto no va a funcionar. Cogeos un coche (en referencia a unos amigos que estaban con él), idos y no te cases. Esto no va a funcionar", recordaba su hijo. Unas palabras a las que se sumó su tranquilidad por las consecuencias de esta huida: "No te preocupes, que yo me quedo aquí y dentro de un mes no se habla de nada".

Carencia familiar

Sin ser consciente aún de que su familia era diferente, el conde de Salvatierra no entendía muy bien porque no podía pasar todo el tiempo que quería junto a su madre, por la que sentía autentica devoción."La saludábamos por las mañanas y por las noches. Hasta que nació Eugenia, teníamos más acercamiento, pero cuando nació mi hermana pasó ella a tener el protagonismo, todos la adorábamos. Fernando y yo perdimos relevancia, aunque yo volví a adquirir protagonismo años después" revelaba el hijo de la duquesa de Alba.

Cayetano Martínez de Irujo junto a su madre, la duquesa de Alba

"Yo he tenido una carencia de familia unida y de madre. Yo se lo dije a mi madre con treinta y tantos años y supuso una tarde llorando. Ella no lo entendía, ella fue Duquesa de Alba más que madre y, luego, con Eugenia, sin embargo, todo lo contrario, la tenía con ella en todo momento" añadía Cayetano quien después acaba reconociendo que con el paso de los años él acabó convirtiéndose en "el hijo chico más querido" de su madre, así como "el escogido para llevar la casa durante los últimos cinco años".

Cayetano Martínez de Irujo junto a su novia, Barbara Mirjan y su hermana Eugenia y su marido, Narcis Rebollo

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Cayetano Martínez de Irujo y su novia, Bárbara Mirjan

Pertenecer a una de las de las familias más antiguas y conocidas de la aristocracia española tiene sus beneficios, pero también puede conllevar carencias, tal y como ha revelado Cayetano Martínez de Irujo, de 60 años, IV duque de Arjona y XIII conde de Salvatierra e hijo de la inolvidable Cayetana de Alba. "Nunca hemos tenido ningún lujo, pero nunca nos ha faltado de nada, es un privilegio pertenecer a una familia que es parte de la columna vertebral de la historia de España, pero humanamente, Fernando y yo…" confesaba Cayetano dejando entrever que su infancia no fue todo lo bonita que tenía que haber sido durante su visita al plató de la TardeAR, donde ha hablado con Ana Rosa Quintana de su niñez, de su madre, de la actual relación que mantiene con sus hermanos, así como de la diferencia de edad que le separa de su pareja, Bárbara Mirjan, de 27, y con la que se lleva 33 años.

Cayetano Martínez de Irujo en el programa de Ana Rosa

Bastante descontento con la infancia que le tocó vivir y por la que tuvo que ser traslado ya de mayor en un centro de salud mental de Estados Unidos, Cayetano confesaba: "Yo de pequeño no tenía casi nada. Nos daban una vida prusiana, parecíamos Boys Scout. Teníamos todo ordenado durante el día y los fines de semana que me hubiera encantado comer en el comedor teníamos que ir a montar a caballo o a natación y por la tarde guitarra, francés".

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Pero parece que la aristócrata no solo ha acudido a Sevilla por la moda flamenca, sino también porque realizaba una fiesta privada muy peculiar. Y es que Eugenia Martínez de Irujo ha sido la encargada de recibir a Hillary Clinton en su casa.

El Palacio de Dueñas ha sido el lugar elegido por Eugenia para dar una fiesta privada a la que fuera candidata a la presidencia de Estados Unidos. Tras unos días de conferencias en Madrid, Clinton se ha trasladado a Sevilla para unirse a esta fiesta llena de otros invitados muy famosos.

Así lo hemos visto en las redes sociales, en concreto a través del perfil de Eugenia Martínez de Irujo donde ha subido algunas de las instantáneas de la fiesta y en las que se ve a Hillary Clinton y también a algunos invitados españoles.

Entre algunos de los invitados que no se han querido perder esta fiesta privada estaban David Bisval, Vanesa Martín, Pablo López, Rosa Tour, o Farruquito. También ha faltado el diseñador español Lorenzo Caprile, a quien Eugenia ha querido hacer un guiño con uno de sus vestidos.

La anfitriona ha querido lucir un diseño de uno de sus diseñadores favoritos. Sin duda, es uno de los vestidos más espectaculares que le hemos visto a Eugenia Martínez de Irujo. Con corte midi, ceñido al cuerpo y lleno de flores bordadas en blanco, rojo y verde.

Destaca una pequeña abertura lateral que le ayuda a realzar la figura. Para darle el toque final al look, la aristócrata añadió unas sandalias de tacón con plataforma y bastante altura de Yves Saint Laurent. Este tipo de zapatos son habituales en Eugenia ya que le ayudan a estilizar la figura.

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